martes, 23 de julio de 2024

La llamada de Lantíaca

      Hace unos pocos minutos que he colgado el teléfono, me ha llamado Lanti desde Creta para darme las gracias por el escrito de ayer, dice que ha sido como una sorpresa de verano que no esperaba y que está encantada.

      En esos instantes, añade, que se está preparando para ir a la playa y que no quiere llegar tarde (allí llevan una hora de adelanto en el reloj) por el calor infernal de estos días. Ha comentado que hace más que aquí en El Puerto porque está más al sur. Diciéndome que su pueblo, Matala, está en el paralelo 34 por encima de la línea del ecuador, algo así como a la altura de Rabat o Casablanca.

      Cuenta que hoy va a la playa de sus sueños infantiles en la que mirando al horizonte del Mediterráneo imaginaba que por allí iba navegando la flota de Alejandro Magno a la caza de barcos piratas o camino de nuevas conquistas. Sobre esto también me ha relatado una pequeña anécdota, con su moraleja, que cuentan a los niños de Creta.

      Se dice que llevaron preso ante el gran Alejandro a un capitán pirata que había sido capturado. El poderoso Alejandro le reprochó su conducta en los mares y el hombre contestó:

      ─A mí me llaman “pirata” porque soy un pobre desgraciado que sólo tengo un barco. Si tuviese toda una escuadra y un ejercito me llamarían “conquistador”.

      Alejandro quedó impresionado por la respuesta y perdonó la vida de aquel pirata cretense.

      También me ha hablado más respecto al origen de su nombre, dice haber descubierto que cabe la posibilidad de ascendencia celta. Por lo visto ha averiguado que en algunas lenguas célticas como el gales vulgar y el gaélico, tienen un extenso historial de uso de términos con el prefijo “Lant─” que significa algo así como recinto sagrado o iglesia. Incluso existe la palabra “Lantigern” que se refiere a un santo del siglo V. Ella considera que cabe la posibilidad de que “Lantíaca” sea un derivado de ese nombre céltico, aunque le rondan muchas dudas porque las evidencias son muy limitadas y el contexto cultural de Creta no proporciona ninguna pista sobre el origen.

      Después, casi atragantada de la risa, me cuenta que un primo suyo ─hijo de una hermana de su padre─ tiene otra teoría que, supuestamente, oyó una vez a su madre narrar. En esa nueva historia se sugiere que el origen del nombre “Lantíaca” es español, pero no le ha querido explicar nada más y está muy intrigada.

      Seguro que otro día se lo cuenta. Se va a la playa corriendo...

lunes, 22 de julio de 2024

Lantíaca

     No sé si en alguno de mis anteriores escritos he hablado de mi amiga Lantíaca, la del nombre extraño. La conozco desde hace muchos años, años que no diré porque ella se conserva aún joven y guapa. Es griega, nació en la antigua isla de Creta en un pueblito llamado Matala de la parte sur, de apenas cien habitantes; aunque muy joven su familia se trasladó a Atenas. Ella regresa a Matala cuando necesita perderse y relajarse ─allí le quedan algunos primos─ en su hermosa playa de arena dorada y aguas cristalinas que en verano atrae a muchos turistas que van en busca de un lugar pintoresco y sereno.

      Además de su belleza natural el pueblo también tiene un pasado histórico interesante. Una de sus características distintivas es la existencia de cuevas talladas en los acantilados que rodean su bahía. Estas grutas fueron habitadas en la antigüedad y en la década de los 60 del siglo pasado fueron pobladas por grupos de hippies y otros viajeros que deseaban un modo de vida alternativo.

     Con Lantíaca ─Lanti para los amigos─ he hablado a veces sobre su desconocido nombre, ¿de dónde viene ese nombre? Ella lo ha investigado mucho y nunca ha llegado a ninguna conclusión, ¿fue una creación única de sus padres?, ¿provenía de algún sitio concreto?

     Una vez me contó que su nombre podría tener raíces vascas. Parece ser que allí existe un nombre muy similar: “Lantiaga” que significa “lugar lejano” o “tierra lejana”. Quizás sea plausible que su nombre sea un derivado de “Lantiaga”, pero no ha logrado hallar ninguna evidencia histórica ni lingüística. Otra posibilidad es que su nombre esté conectado con la península italiana. Es fácil ver que “Lantíaca” tiene gran similitud con nombres latinos como “Lanacia” o “Lanciana”, que se derivaron de la palabra latina “lancia”, que significa “lanza” o “pica”. Esos nombres se utilizaron en la antigua Roma y podrían haberse extendido ─modificados─ por la península italiana y más allá; llegando a Creta y Matala.

      Lantíaca dice que ella morirá con las “botas puestas”, trabaja para el sector turístico griego y es una ejecutiva importante, viaja incansablemente por todo el mundo y habla varios idiomas a la perfección. Ahora pasará unos días para descansar, en Matala, su pueblo. Me cuenta que aún conserva su ambiente bohemio y relajado, con tabernas junto al mar, tiendas pintorescas y un ambiente acogedor. Promete enseñarme las cuevas en las que pasaron unas semanas gentes famosas como Joni Mitchel, Bob DylanCat Stevens o John Lennon.

      Habrá que pensarlo, ¿no?...