martes, 31 de diciembre de 2019

Faltan 24 horas para 2020

    Son las 12:00 h en el momento que escribo estas letras, faltan veinticuatro horas justas para el comienzo del nuevo año. Esperanzas, expectativas, temores, incertidumbres,... esas son las campanas que nos acompañan estos días a todos. Mañana se abre el tiempo incógnita. No quiero extenderme ni escribir demasiado, ni quiero decir muchas cosas, únicamente quiero ofreceros estas líneas de la siguiente frase que la recogí de por ahí deteriorada y maltrecha y la he redactado de nuevo para hacerla más fresca y flamante.
    Creo que lo que dice me viene bien, y no sólo a mí, probablemente a muchos de vosotros también.
     Un fuerte abrazo.

     
Quizás la siguiente sea la mejor forma de mirar el año que empieza:


viernes, 27 de diciembre de 2019

Y estamos llegando al fin del año...


     Y estamos llegando al fin del año...
     Queda poco y llegamos a esas últimas horas en las que casi sin quererlo hacemos una reconsideración, un resumen de este ya pasado año, un balance. En realidad un año siempre es un proceso de lucha en este sistema que llamamos vida, a veces esta lucha es fuerte y dura, otras es más blanda, más suave. El balance se puede hacer desde varias ópticas diferentes, desde las más personales e intimas o desde las más panorámicas y desde más lejos. Otras veces, quizás, no valga la pena hacer ese análisis porque todo ha sido plano.
     Mi arqueo del año, a grandes rasgos, no ha sido nada plácido. La primera parte ya la he olvidado, posiblemente discurrió sin nada grande que señalar y no lo recuerdo ahora. Después llegó mayo...
     El final de ese mes me hizo entrar en una vorágine de médicos, análisis, ecos y máquinas de esas tan desagradables, hasta finalizar, ¿finalizar?, en un quirófano y ya se había acabado el verano sin probar ni el sol ni la playa. Todo lo he soportado con cierto estoicismo, la ausencia de dolor ha sido determinante para esa actitud estoica y ha dependido más de eso que de mi capacidad o voluntad. Luego todo ha sido un reguero de alteraciones y algunas serenidades que me han ocupado hasta llegar aquí y a mis deseos de que acabe este año 2019 que es múltiplo de 3.
     Y faltan unas horas, unas horas y me levanto de la cama con el ojo izquierdo hinchado como una bota, semicerrado, dolorido y con escozor y picor, ¿un último recuerdo de este múltiplo de 3? ¿Un traidor y anónimo arácnido? A mediodía me verá el oculista y él dirá.
     No obstante no quería terminar el año sin escribir nada, quería hacer un vuelo alto por este pasado año.
     Y, sobre todo, quería felicitaros y desearos un magnífico y prometedor año 2020, que es bisiesto.
     Un gran abrazo.
Ignacio


lunes, 23 de diciembre de 2019

Kimura y las navidades japonesas


     Kimura me decía ayer que le gustan las fiestas de Navidad de Occidente, que le encantan las luces y escaparates adornados, las calles, la sonrisa de la gente...
     Le pregunté sobre las Navidades en Japón y me contó que ellos tienen una rara habilidad para “japoneizar” todo lo que les llega de Europa o de América y que también tienen sus “navidades” en estas fechas. También hay celebración en las fechas de Halloween y San Valentín. Y es curioso, que aunque se trata de festividades de carácter y fondo cristiano, esto no es óbice para que estas fiestas sean muy populares y se disfruten mucho, claro que de una manera diferente. Hay que tener en cuenta que en Japón son una minoría, apenas un 2%, los que profesan el cristianismo. Él añadió:
     ─Ya sabes que las devociones mayoritarias de mi país son el budismo y el sintoísmo, por tanto las navidades no son una fiesta autóctona. Pero desde la II Guerra Mundial, por la influencia de otros países, empezó a celebrarse la Navidad allí. Por ejemplo, la costumbre de regalar entre los familiares y amigos viene como herencia estadounidense.
     ─¿Y cuáles son, entonces, las características propias de vuestra Navidad? ─le pregunté con curiosidad.
     ─Bueno, en el interior de las casas no se suele notar nada porque no se trata de una festividad religiosa. Es una celebración para hacer regalos, estar con la familia y para incrementar el consumo.
     ─¿Y en las calles?, ¿qué sucede?
     En las calles es igual que aquí, se engalanan con todo tipo de adornos alegóricos y luces. Allí se hacen grandes espectáculos, en espacios públicos, de luces y sonido que se denominan Christmas Illuminations.
     ─¿Y celebráis la Nochebuena?
     Kimura sonrió al percibir un poco de ansiedad en mi curiosidad por saber cosas de su país.
     ─Sí, claro ─afirmó─. Pero se trata principalmente de una noche romántica y mágica. Los restaurantes reciben muchísimas peticiones de reservas de parejas para esa noche. Observa que en estas fechas también suele nevar en Japón, sobre todo por las zona norte y también por el centro, y eso es un añadido más para darle un toque romántico a la Navidad en Japón. En diciembre las ciudades y centros comerciales se llenan de fantásticas iluminaciones, adornos navideños, árboles de Navidad, Santa Claus y de renos...
     ─¿Santa Claus? ─lo miré extrañado.
     ─Sí, santa Claus, aunque también tenemos una figura autóctona, se trata de un monje budista “Hotei-oshoa”, que es uno de los siete dioses de la buena suerte, y que tiene alguna similitud con Santa Claus, también reparte regalos a los niños.
     ─¿Y la fiesta de Fin de Año? ¿Es parecida a la de aquí?
     ─Eso te lo contaré mañana, ahora vamos a desayunar.


martes, 17 de diciembre de 2019

De Victor Hugo


Anécdotas del mundo del arte (4)


     Uno de los grandes genios de la Literatura Universal es Victor-Marie Hugo (1802-1885). Este poeta, dramaturgo, novelista, ensayista, artista visual, político, activista de derechos humanos y exponente del movimiento romántico en Francia, es autor de una gran y variada obra literaria, y por tanto siempre repleta de anécdotas o curiosidades. 

     Se cuenta que fue capaz de escribir la novela «Nuestra Señora de París» (Notre-Dame de París, de 1831) en tan solo una semana. Para ello no descansó ni un minuto, escribiendo día y noche. Pero el motivo de tal presura fue más trivial ya que su dedicación plena al trabajo se debió a una buena oferta de su editor que le prometía una gran suma de dinero a cambio de entregar una novela en el corto plazo de una semana. 

     Otra curiosa anécdota referente a Victor Hugo que se cuenta es que en las vacaciones de 1862 quería saber como iban las ventas de su novela «Los Miserables» (Les Misérables) y ante la incertidumbre mandó una carta a su editorial Hurst & Blackett con el siguiente mensaje: “?”. La respuesta fue igual de enigmática: “!”. Ya nos imaginamos la sorpresa del escritor. 

«Inspiración y genio son casi la misma cosa.» (Victor Hugo)

viernes, 13 de diciembre de 2019

Anécdota del pianista Pederewsky

     Es mejor escucharle un poco a pesar de las lógicas deficiencias técnicas de una grabación bastante antigua, pero con mucho sabor. 


Anécdotas del mundo del arte (3)

     Una rica señora invitó al insigne pianista Ignacy Jan Paderewski (1860-1941), para que diese un concierto privado en su residencia, a la cual había invitado un número reducido de sus amistades.
     El gran artista polaco interpretó varias selecciones de los grandes maestros de una manera admirable todas ellas, pero hubo una que fue la que más poderosamente llamó la atención de la anfitriona. La señora preguntó a Paderewski:
     —¡Qué hermosa pieza! ¿Quién la compuso?
     —Beethoven —respondió el artista.
     —¡Ah, sí, es verdad! —murmuró la señora— y él, ¿aún compone? —se aventuró a preguntar la dama, poniendo en evidencia sus escasos conocimientos musicales.
     —No —le contestó Paderewski, molesto por la ignorancia de la dama—. Ahora él está descompuesto.

jueves, 12 de diciembre de 2019

Otra anécdota artística

     Este breve articulo sobre la anécdota de Miguel Ángel también lo redacté en 2011. Son pequeñas cosas, sin apenas importancia, pero me complace ir poniéndolas todas aquí.

ANÉCDOTAS DEL MUNDO DEL ARTE (2)

     "El David" es una escultura de mármol blanco de casi 5 metros de altura realizada por Miguel Ángel Buonarroti entre 1501 y 1504. La escultura representa al Rey David bíblico en el momento previo a enfrentarse con Goliat, y fue acogida como un símbolo de la República de Florencia frente a la hegemonía de sus derrocados dirigentes, los Médici, y la amenaza de los estados adyacentes, especialmente los Estados Pontificios.

     Es una de las obras maestras del Renacimiento y una de las esculturas más famosas del mundo. Actualmente se encuentra expuesta en la Galería de la Academia de Florencia, aunque hasta 1910 estuvo ubicada en la Plaza de la Señoría de la capital toscana; desde entonces en su lugar se erige una copia de la obra a tamaño real realizada también en mármol.

     Cuenta la leyenda que El David fue tallado de un bloque de mármol de Carrara que anteriormente fue desdeñado por otros escultores como Antonio Rossellino y Agostino di Duccio como inservible para esa tarea. Pero el genio del que estamos tratando no tuvo reparos en hacer su trabajo. Una vez terminada la escultura, el Papa Alejandro VI decidió inspeccionar la obra y le dijo al artista que en su "modesta" opinión el David tenía una nariz desproporcionada. Miguel Ángel ─temido por su temperamento, que algunos llamarían mal genio─ subió al andamio y de manera disimulada cogió polvo del mármol que había por todas partes y empezó a simular que tallaba soltando un poco de ese polvo. De está manera, los dos terminaron contentos, el Papa contento porque creía que su opinión había sido tenida en cuenta y Miguel Ángel porque la figura se quedó según como estaba.

martes, 10 de diciembre de 2019

Un poco de anecdotario artístico

     
     Hace unos años, en 2011, comencé una serie de pequeños artículos en los que intentaba recopilar ─e interpretar─ algunas de las miles de anécdotas que circulan sobre el mundo del arte. Ahora no recuerdo el porqué no seguí haciendo estos escritos, seguramente me despisté y lo olvidé. Sin embargo creo que es un asunto interesante y que de estas historias (más o menos apócrifas) se puede aprender mucho. 

Anécdotas del mundodel arte (1)
     
     El anecdotario en el mundo de las artes es, indudablemente, muy rico, hay historias de todo tipo, muchas de ellas son falsas pero otras son verdaderas y bien verificadas, por ejemplo, en 1961 ocurrió un hecho curioso en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Hacía poco tiempo que se había adquirido el cuadro del pintor francés Henri Matisse titulado Le Bateau (El barco), éste fue colgado boca abajo y así estuvo durante cuarenta y siete días antes de que nadie se diera cuenta. Al parecer, durante esos días el museo tuvo aproximadamente 116.000 espectadores, quienes vieron colgado el cuadro de Matisse boca abajo, sin reparar en ello, ni siquiera los considerados expertos en arte. ¿Qué les parece?

     Los artistas y los críticos de arte no suelen llevarse del todo bien y con frecuencia se lanzan afilados dardos verbales, pero hay una broma que gastaron unos artistas a los críticos en París que ha pasado a la historia. Fue en 1910 en la exposición organizada anualmente por Société des artistes indépendants, allí fue expuesto un cuadro titulado “Coucher de soleil sur l’Adriatique” (Puesta de sol en el Adriático) firmada por un pintor italiano desconocido llamado Joachim-Raphaël Boronali. La obra llamó bastante atención y recibió grandes parabienes de los críticos (probablemente fueron inducidos a ello más o menos subrepticiamente).



     Transcurridos los primeros días de la exposición el escritor Roland Dorgelés se presentó en la sede del periódico Le Matin para desvelar la identidad del pintor del cuadro, el tal Boronali. ¡Boronalli era un asno! El autor del cuadro alabado por la crítica era un burro que Roland Dorgelés y unos amigos llevaron a una casa abandonada donde le ataban pinceles al rabo y le estimulaban para que lo moviese poniéndole delante un buen manojo de zanahorias.

lunes, 2 de diciembre de 2019

Recordando el "informalismo"

     El «informalismo» fue un movimiento artístico (o quizás una "movida artística") que intento agrupar todas las tendencias abstractas y gestuales que se desarrollaron en Francia, España e Italia durante la posguerra de la segunda mundial. El «informalismo» evolucionó en paralelo con el «expresionismo abstracto» en los Estados Unidos. El pequeño artículo que sigue lo escribí en 2011.
     
PATRICK HERON, ARTE INFORMAL
     Patrick Heron nació en Leeds (Inglaterra) en 1920 y falleció en 1999. Fue un pintor informalista vinculado a la denominada Escuela de Saint Yves, también fue escritor y diseñador.

     De niño en una visita escolar a la National Gallery de Londres en 1933 vio por primera vez las pinturas de Paul Cézanne. De inmediato comenzó a pintar en un estilo muy influido por el pintor francés. Poco después se dedicó a  hacer diseños para una pretigiosa empresa textil, en la que estuvo hasta 1951. De joven asistió a la Slade School of Art. En la Segunda Guerra Mundial se registró como objetor de conciencia y trabajó como obrero agrícola durante tres años, y luego en una fábrica de cerámica en Saint Yves, allí conoció a Ben Nicholson, a Barbara Hepworth y otros muchos de los principales artistas de la Escuela de Saint Yves.




     Viendo una exposición de la obra de George Braque en la Tate Gallery en 1946 quedó tan profundamente admirado que decidió viajar por Europa para completar su aprendizaje. Su primera exposición individual fue en la Galería de Redfern en Londres en 1947. En 1953 organizó, una exposición de diez artistas contemporáneos, en Hanover Gallery, Londres. Después expuso doce pinturas en la Bienal de Il di São Paulo, Brasil. El mismo año comenzó a enseñar en la Escuela Central de Artes y Oficios en Londres y continuó allí hasta 1956. En 1956 se sintió muy impresionado cuando vio en Londres una exposición de pintores estadounidenses expresionistas abstractos que mostraron su trabajo por primera vez en Inglaterra en la Tate Gallery. Él se inspiró en sus obras posteriores mucho en este grupo de ocho pintores. Obtuvo a lo largo de su vida numerosos premios y distinciones, citamos por ejemplo, el Gran Premio en la Exposición Premio John Moores en Liverpool en 1959 y la medalla de plata en la Bienal de Arte de São Paulo en 1965.  Y realizó varias e importantes exposiciones retrospectivas, como las de la Galería de Arte Whitechapel en 1972 y la de la Galería de Arte Barbican en 1985.


     La influencia de Patrick Heron en el arte británico y estadounidense ha sido bastante importante, no solo como pintor sino también como crítico.

jueves, 28 de noviembre de 2019

La pregunta acerca del Taichí mental



     A mí me encantan las salidas para todo que tiene mi amigo Kimura, su imaginación, sus conocimientos y su memoria no tienen parangón. Ayer le pregunté algo sobre el Taichí mientras saboreábamos una taza de té verde que él mismo preparó. No sé ahora cuál era la pregunta en concreto, creo que se trataba de algo relacionado con un Taichí mental o algo así. Sí, era eso, lo recuerdo porque él me había comentado sobre una modalidad del Taichí que se puede hacer sentado.
     Me miró con esa incipiente sonrisa oriental indicadora inequívoca de que se va a burlar de mí.
     Muy despacio y asegurándose de que mi mirada seguía sus acciones empezó a verter más té en mi taza, llenándola y, no conforme con eso, prosiguió vertiendo té derramándolo por la mesa poniéndolo todo perdido.
     Muy perplejo y sin poder contenerme exclamé:
     ─¡Ya no cabe ni una gota más! ¡¿No ves que está totalmente llena?!
     ─Pues esto es lo que os sucede a vosotros los occidentales ─me contestó. Siempre estáis repletos de vuestros prejuicios, opiniones y especulaciones.
     Yo no salía de mi asombro, y él añadió preguntando:
     ─¿Cómo puedo mostrarte lo que es el Taichí a menos que primero vacíes tu taza?
     Comencé a reír buscando, a la vez, algo para reparar el desaguisado que me había montado en la mesa.
     Después me contó que aquella anécdota estaba inspirada en un hecho similar que protagonizó un monje japonés llamado Nan`hin de la época Meiji (1868-1912), cuando recibió a un profesor europeo que acudió a preguntarle sobre el budismo zen.


martes, 26 de noviembre de 2019

¿Un repaso al "Pop Art"?

     Sigo, de manera impenitente, recuperando pequeños textos escritos hace tiempo, muchos son de arte moderno. Hoy traigo uno que nos permite de forma rápida dar un repaso a aquella ola de creaciones que se agrupo bajo el nombre de «Pop Art» y que dio lugar a obras muy interesantes. Este estilo surgió como reacción al “expresionismo abstracto”. El nacimiento del «Pop Art» tuvo, además, mucho que ver con la cultura inglesa y norteamericana de después de la II Guerra Mundial: dio sus primeros pasos en Gran Bretaña y creció a raíz de los debates planteados en el «Independent Group» en el Institute of Contemporary Arts (ICA) sobre la nueva cultura urbana norteamericana, en la que se cuestionaba el rigor y la solemnidad romántica del arte británico de los años cuarenta.


     La expresión «Pop Art» designa un movimiento artístico que se desarrolló desde finales de la década de 1950 hasta comienzos de la de 1970, sobre todo en Gran Bretaña y los EE. UU., y que se apoyaba en la imaginería del mundo del consumo y de la cultura popular. Historietas ilustradas, anuncios, envases e imágenes de televisión y del cine formaban parte de la iconografía de ese movimiento; un rasgo distintivo del «Pop Art», fue el rechazo de cualquier diferenciación entre el buen gusto y el malo. En los EE. UU., el «Pop Art» se consideró al principio como una reacción frente al «Expresionismo Abstracto», porque sus exponentes volvían a exhibir la imaginería figurativa y empleaban técnicas muy precisas, casi fotográficas. Su inspiración más inmediata fue la obra de JasperJohns y Robert Rauschenberg, que abrió paso a una amplia gama temática. Sin embargo, aunque se servían de temas similares, los artistas "Pop" preferían emplear técnicas comerciales en lugar de la manera pictórica de Johns y Rauschenberg. Ejemplos de ello son las serigrafías de Andy Warhol representando latas de sopa y las pinturas basadas en viñetas de cómics de RoyLichtenstein

     El escultor más relevante del grupo (cuyos temas incluyen cucuruchos de helado y hamburguesas) ha sido Claes Oldenburg. En Inglaterra, el «Pop Art», en manos de autores como Peter Blake y Richard Hamilton, ha sido en general menos agresivo, expresando un punto de vista que podría definirse como más «romántico», que ahora puede sugerir una nota de nostalgia. Hamilton definía el «Pop Art» como "popular, pasajero, perecedero, barato, producido en serie, joven, ingenioso, erótico, artero, encantador y un negocio a gran escala".


jueves, 21 de noviembre de 2019

Un tango perfecto

     El pequeño texto que sigue a estas palabras, "EL TANGO EN LA PINTURA", lo escribí en agosto de 2.011, época en la que solo leía a Borges (aún hoy sigue siendo de mis principales lecturas). El gran escritor decía ─probablemente con mucha sorna─ que: “Gardel tomó la letra de tango y la convirtió en una breve escena dramática, una escena en la cual un hombre abandonado por una mujer, por ejemplo, se queja”. Borges era un gran irreverente.




EL TANGO EN LA PINTURA      
     En inigualable síntesis Jorge Luis Borges decía que «el tango es un modo de caminar». La escritora argentina Alicia Dujovne Ortiz lo definía con más pasión y lo describía así: «Un monstruo de dos cabezas, una bestia de cuatro patas, lánguida o vivaz, que vive lo que dura una canción y muere asesinada por el último compás». Nosotros creemos que el tango es un arte complejo y seductor que emana de la danza y se construye sobre ella.

     El pintor bonaerense Cristian Mac Entyre hace del tango un importante núcleo de sus creaciones pictóricas. Os invito a contemplar algunas de sus obras en el siguiente vídeo:





(“Celos”, un precioso tango que fue compuesto por el violinista Jacob Gade (1879-1963) nacido en Viejle, población cerca de la capital de Dinamarca, Copenhague. El tango “Celos” ha sido incluido en más de cien películas y ha sido interpretado por muchísimas de orquestas, violinistas y pianistas célebres.)

miércoles, 20 de noviembre de 2019

La historia no acabada de los gorriones


     Estoy leyendo el libro de Nick Brostrom titulado “Superinteligencia, caminos, peligros, estrategias”. Nick Brostrom es uno de los pensadores transhumanistas más destacados. Ustedes saben que el transhumanismo es un movimiento intelectual y cultural que afirma la posibilidad y el deseo de mejorar la condición humana especialmente por medio del desarrollo y la larga puesta a disposición de tecnologías para eliminar el envejecimiento y potenciar grandemente las capacidades humanas intelectuales, físicas y psicológicas. A modo de inicio, Brostom pone la estupenda fábula de los gorriones y la lechuza.
  
La inacabada fábula de los gorriones
     Era la temporada de construcción de nidos, pero después de días de largo y duro trabajo, los gorriones se sentaron a la luz del atardecer, relajándose y trinando.
     ─Somos todos tan pequeños y débiles. ¡Imaginad lo fácil que sería la vida si tuviéramos una lechuza que nos ayudara a construir nuestros nidos!
     ─¡Sí!, dijo otro.
     ─Y podría ayudarnos a cuidar de nuestros ancianos e hijos.
     ─Podría darnos consejo y vigilar a los gatos que merodean cerca de aquí ─añadió un tercero.
     Entonces Pastus, el pájaro anciano y sabio, habló:
     ─Enviemos exploradores en todas las direcciones e intentemos encontrar una lechuza joven abandonada en alguna parte, o quizás un huevo. Una cría de cuervo también serviría, o una comadreja muy joven. Podría ser lo mejor que jamás nos hubiera sucedido, al menos desde la apertura del «pabellón de grano ilimitado» del patio trasero.
     La multitud estaba entusiasmada, y por todas partes los gorriones comenzaron a trinar con toda la fuerza de sus pulmones. Sólo Scronkfinkle, un gorrión con un solo ojo y de temperamento inquisitivo, no estaba convencido de la sensatez de la empresa. Y dijo:
     ─Eso seguramente sea nuestra perdición. ¿No deberíamos pensar antes en la labor de domesticar y controlar a la lechuza, antes de meter una criatura así entre nosotros?
     Pastus contestó:
     ─Domesticar una lechuza parece una cosa muy difícil. Ya será bastante complicado encontrar un huevo de lechuza. Así que empecemos con eso. Cuando logremos criar a una lechuza, nos pondremos a pensar en emprender esa otra tarea.
     ─¡El plan tiene un defecto! ─pió Scronkfinkle; pero sus protestas fueron en vano, pues la multitud ya había alzado el vuelo para empezar a llevar a cabo el plan ideado por Pastus.
     Sólo dos o tres gorriones se quedaron rezagados. Juntos empezaron a intentar adivinar cómo se podría domesticar y controlar a una lechuza. Pronto se dieron cuenta de que Pastus tenía razón: era un reto extremadamente difícil, sobre todo por carecer de una lechuza real con la que practicar. No obstante, continuaron haciéndolo lo mejor que pudieron, con el temor constante a que la multitud regresara con un huevo de lechuza antes de encontrar una solución al problema de cómo controlar esa criatura.
     No se sabe cómo termina la historia, pero merece la pena dedicar este relato a Scronfinkle y a sus seguidores.


lunes, 18 de noviembre de 2019

¿Habrá pronto robots profesores?


     Quería preguntarle a Kimura algo sobre este asunto y de cómo lo llevan en Japón. Las nuevas tecnologías abren un campo nuevo en la enseñanza y están entrando en ella a marchas forzadas. En la actualidad existen ya muchos proyectos que tienen relación con la irrupción de la Inteligencia Artificial (AI) y los nuevos dispositivos de uso en las aulas.
     Kimura me explicó que la cosa marcha de modo paralelo al mundo occidental, quizás donde es más patente la transformación sea en la isla de Singapur que es es el país que se encuentra en el primer lugar en el Informe PISA. Japón es ahora una balsa que se mueve con dificultades en estas aguas de la enseñanza moderna y tampoco sabe muy bien hacia adónde.
     ─¿Cómo es eso? ─le pregunté sorprendido.
     ─Creo que hay una cuestión básica, fundamental diría. Se trata de que en Singapur casi toda la enseñanza es en inglés. Esto hace que beba desde muchas fuentes diferentes en todos los terrenos, profesores, técnicas, pedagogías... ─dijo Kimura.
     ─Para mí resulta claro —le indiqué— que hay dos puntos esenciales en los cambios y son: el rol del profesorado y en el de los centros escolares en sí mismos. Y hay una pregunta de enorme importancia que es necesario hacer: El profesor, el sistema, ¿se trata únicamente de transmitir información? Si se trata de eso entonces, no me cabe duda, el docente puede ser sustituido perfectamente, y cada día más, por una máquina. Incluso los centros escolares podrían ser sobrantes ya que sería posible tener esos artefactos en casa, ¿no te parece?

     Kimura hizo una señal de asentimiento y añadió:
     ─Todo lo que dices es verdad, entonces la mayoría de los profesores sobrarían pues sólo serían precisos para controlar los procesos de aprendizaje. Pero tú sabes muy bien que el profesor no es un simple “transmitidor” de información. El profesor también desarrolla, o debe desarrollar, una labor educadora y enseñar en sentido amplio. Es necesario que inculque hábitos, principios, valores... Esto hace imprescindibles a los maestros y a las escuelas. Al menos eso creo yo.
     Perdí la mirada a través de la ventana, quizás recordando ─sin ninguna nostalgia─ aquellos tiempos delante de la pizarra negra y con manos pringadas del polvo de la tiza. Creo que el profesor ya no será alguien que da su perorata encima de una tarima sino un auxiliar, una especie de capataz, que deambula por un recinto tecnificado para supervisar el trabajo que realizan los robots y los sistemas de IA.

viernes, 15 de noviembre de 2019

Hacia lo transhumano

     En el año 2.013 ─y ya ha llovido desde entonces─ publiqué el siguiente artículo. Entonces aún se sabía poco del “Proyecto 2.045” del millonario ruso Dimitri Istkov, que pretende lograr la “inmortalidad”, al menos, la cerebral, en el año 45 de este siglo presente.
     Según su programa de acción, dentro de unos meses, Itskov pretende presentar una copia robótica de un ser humano que pueda ser controlado directamente mediante un interfaz conocido por la sigla BCI (Brain Computer Interface).

El hombre más allá del hombre


     En el último mes del invierno hemos tenido ocasión de asistir a dos conferencias, ambas diferentes pero las dos rozaron cuestiones que tenían que ver con el posthumanismo. Las ideas de lo post-humano se han generado principalmente a partir de la ciencia ficción, la filosofía y el arte contemporáneo. Probablemente esta multiplicidad de orígenes ha contribuido a cierta confusión terminológica. Prestando atención a los conferenciantes pudimos observar que realmente se referían más al transhumanismo que al posthumanismo, entendiendo el transhumanismo como un movimiento intelectual reciente que intenta impulsar la utilización de las ciencias, y de las nuevas tecnologías, para mejorar las capacidades físicas y mentales de los seres humanos, con el propósito de modificar aquellos aspectos de la condición humana que pueden ser considerados indeseables para el hombre, como el envejecimiento, la enfermedad o el sufrimiento.
     En la lógica del transhumanismo existen dos procesos concomitantes, uno, la deshumanización del hombre, y otro, la humanización de la máquina. Estas dos rutas desembocan en la posibilidad de pensar el hombre más allá del hombre. Es decir, el transhumanismo se refiere a una sociedad emergente en la que el hombre no aparece como cima de la creación sino como un rey destronado por las máquinas, que se alzan con el poder.

     Sería fácil caer en las exageraciones de la ficción si no fuese porque se plantean algunos interrogantes importantes: ¿Cómo cambiará el hombre por el avance de la ciencia y la tecnología? O esta otra: ¿Cómo convivirá el ser humano con la tecnología?
     Desde ciertos puntos de vista, las máquinas van consolidando un avance que pasa por varios estadios diferentes; el primero de ellos es el relativo a su “inteligencia”. Creemos que lo que mejor ilustra está idea es la victoria del computador “Deep Blue” en 1997, sobre el campeón ajedrecista Kasparov. La máquina vence al hombre. Algunos pensadores nos hablan, incluso, de un proceso de liberación edípica: la muerte del padre y como consecuencia de ella la liberación del control.

     Otra etapa ─estamos en ella─ de la humanización de la máquina es el desarrollo de emociones o de pulsiones afectivas. Han pasado casi treinta años desde que Marvin Minsky en su libro The Society of Mind escribió: «No se trata de si las máquinas inteligentes pueden tener emociones, sino de si las máquinas pueden ser inteligentes sin ellas». Los ordenadores emocionales serán el principio de la adquisición de una conciencia individual por parte de las máquinas, y de una posterior conciencia colectiva. El momento culminante del proceso de humanización se alcanzará cuando las máquinas logren su multiplicación sin intervención humana.
     ¿Vamos por este camino?: el presidente de los Estados Unidos, B. Obama, ha anunciado que asignará 100 millones de dólares del presupuesto de 2014 al proyecto BRAIN, de investigación del cerebro a través del avance de neurotecnologías innovadoras.
Ignacio Pérez Blanquer
Académico de Santa Cecilia

jueves, 14 de noviembre de 2019

Para mirar las pinturas


     Probablemente os haya sucedido en la vida varias veces, igual que a mí, y os hayáis planteado los siguientes interrogantes: ¿Cómo hay que mirar esa pintura? ¿Qué debo ver en ella? ¿Cómo la puedo disfrutar mejor?
     En el siguiente pequeño artículo que escribí en 2.017 señalo algunas pautas que creo que siguen siendo útiles. 

     Muchas veces surgen las preguntas: ¿Cómo mirar la pintura? ¿Cómo se deben mirar las pinturas para gozar de ellas? Se han escrito bastantes libros intentando contestarlas pero lo cierto es que las personas ─partiendo de sus conocimientos y experiencias personales─ interpretan libremente una obra de arte. Indudablemente el conocimiento de ciertos parámetros, como estilo artísticos, técnicas pictóricas, etc. ayudan y enriquecen la apreciación y hacen que un objeto con valor artístico pueda ser mejor evaluado. Pero, ¿hay alguna metodología especial comprensible y asequible? El que esto escribe es de intensa formación científica, y ya se sabe que los científicos somos dados a los algoritmos, que no son más que peculiares recetas  “paso a paso”, pues bien, a tenor de eso les voy a indicar un algoritmo sencillo (y seguro que mejorable, como todo algoritmo) para mirar la pintura:
1.    Intente percibir que sensaciones y emociones provoca una determinada pintura en usted.
2.    Trate de describir para sí mismo la atmósfera, el ambiente, del cuadro.
3.    Capte el lugar, el sitio, en donde se desenvuelve el cuadro, ¿es importante o es sólo un decorado de relleno?
4.    Si hay personajes en el cuadro procure reconocerlos, ver cómo van vestidos e incluso debe intentar percibir qué sentimientos muestran.
5.    Observe detenidamente los colores, ¿cómo son esos colores? ¿Cuáles son las tonalidades predominantes?
6.    El talento de un pintor está muy ligado a su capacidad para el manejo de espacios, luces y sombras, ¿qué puede decir usted de la luz en el cuadro? ¿Qué le parece la composición del cuadro?
7.    El último paso de este singular algoritmo es que responda a la pregunta: ¿Le gusta el cuadro?

     Quizás os agrade practicar este método con el siguiente famoso cuadro de Vincent Van Gogh: