Un pensamiento liviano

     Se me ocurrió pensar ─hace un rato─ en lo poco que suelo poner el móvil en la posición horizontal (con el lado de mayor longitud de base). Para, así, ver algo de la pantalla de ese modo. Siempre lo pongo en vertical. Pocas veces caigo en facilitarme la visión de algo poniéndolo en la posición más cómoda. ¿Lo hacéis vosotros?

     Son hábitos que se adquieren y es difícil apartarse de ellos; el siguiente proverbio hebreo lo expresa muy bien:

     Realmente, la decisión-ejecución de un acto depende de la acogida que dispensamos a la idea.

Idiomas y la "Sans Forgetica"

     Posiblemente el hecho de que la tipografía especial de la "Sans Forgetica" sirva para memorizar mejor un texto pueda también ayudar a memorizar palabras y expresiones en otro idioma.

     Tengo que experimentarlo, la idea de una tipografía especial para forzar los resortes del cerebro no es nueva y tiene bastantes antecedentes aunque algunos son poco de fiar, pero quizás este asunto esté aún en pañales. 

     ¿Qué tal leéis este texto de Fernando Pessoa en portugués?

  En fin...

     Aunque cabe pensar que con los avances que ya existen en los traductores electrónicos, es posible que lo de aprender un idioma se convierta un hobby raro y cosa de gente extravagante.

La letra y la memoria

     

     Dicen los entendidos, y lo creo, que los fallos de memoria o una memoria confusa no se deben a accidentes ocurridos o a debilidad de cerebro, como con alguna frecuencia suponemos.

     Parece que en realidad son debidos a ciertos estados psicológicos o a orígenes patológicos.

     Una gran mayoría de los olvidos son producidos por un sencillo descuido y por falta de concentración. Hay también algunos casos de falta de memoria y olvidos crónicos, que son casos patológicos y resultados de un estado físico, los cuales deben ser consultados y diagnosticados por un neurólogo.

     Pero, por lo general, los actos corrientes de distracción y olvidos de las cosas son procesos psicológicos que tienen explicación. Teóricamente ─mediante estudios clínicos actuales─ los psicólogos han llegado a la conclusión de que muchos de los olvidos son provocados por asociaciones desagradables, o negativas, o porque el fallo de memoria capacita al individuo para obtener alguna ventaja en un momento determinado.

El idioma de nuestros vecinos

     Aprender portugués es una afición que cultivo desde hace ─justo ahora─ un año; es un ejercicio fácil y grato. No es nada complicado aprender el vocabulario pues la ley o principio de Pareto ─también conocida como la Regla del '80/20'─ es aplicable en este caso. Se puede entender 80% de lo que es hablado en portugués conociendo, más o menos, el 20% del idioma.

     Realmente esta es la forma como los idiomas funcionan, cada día es más sencillo proseguir el aprendizaje, los conocimientos tienen un proceso acumulativo favorecedor.

     Y, desde luego, al ser nuestra lengua el español tenemos una enorme ventaja. El portugués también procede del latín y está muy relacionado con el español, así que desde el principio encontramos muchas palabras similares y, además, un gran parecido en muchas reglas gramaticales.

     Un cursillo que se puede seguir fácilmente:

¿Cómo sé si es verdad?

¿Dónde va la basura que tiramos diariamente en España?

     Hace un momento leía lo siguiente:

     «Con la basura producida en España en un año podríamos llenar una manzana de casas de 100 por 100 metros de base y una altura de 5 kilómetros. Si esta basura no está bien recogida y tratada, podemos convertirnos en un vertedero».

     ¿Será verdad? ¿Cómo puedo saber si es verdad o no lo es? ¿Se trata de una mera cuestión de fe?

     Estamos tan desbordados por informaciones dudosas, manipulaciones, adulteraciones, perversiones del lenguaje y artimañas de todo tipo que ya no sabemos bien qué creer y qué no creer.

     Vamos un poco a trompicones en esta selva en la que nos ha tocado vivir...

     Pero cuidado, esta "selva" también tiene aspectos gratos, no nos confundamos.

¿Me lo creo sin más?

Los desechos plásticos pueden ser muy útiles

     Imaginad todo lo que se podría adelantar si potentados como Bill Gates, Jeff Bezos, Amancio Ortega y otros, impulsaran la creación de astilleros de este tipo en países poco desarrollados y costeros de África y Asia por ejemplo. Se reciclaría mucha porquería plástica de los mares y se generarían medios de vida para bastante gente (aparte del aprendizaje y formación que muchos adquirirían).

     ¿Es mala idea? Ahí la dejo, a lo mejor llega a oídos de algún magnate.

     La colaboración de algún gobierno del primer mundo tampoco vendría mal para el desarrollo de una idea de este tipo.

Cómo hacer comentarios aquí desde el móvil

Para hacer un comentario desde el teléfono móvil y una vez situados en la entrada, o 'post', correspondiente deberemos ir a la parte de abajo y pulsar donde dice: "Publicar un comentario":

Y saldrá:

Ahora escribiremos el comentario que queramos en el casillero (donde dice: "Introduce tu comentario") y después pulsaremos en el lugar que señala la flecha de color azul. Saldrá este menú y activaremos el pequeño círculo que señala la flecha:

Ahora rellenamos con nuestro nombre, o pseudónimo, la franja que dice: "Nombre". En la que pone URL no escribimos nada, la dejamos en blanco. Seguidamente pulsamos en el botón azul "Publicar".

Ahora veremos una pantalla como la que sigue y únicamente tendremos que pulsar, otra vez, el botón de color azul que dice "Publicar":

El paso siguiente es decirle que no somos ningún tipo de robot informático, rellenamos donde señala la flecha:

Ya estamos terminando, ahora insistimos en el botón azul de "Publicar":

¡Y ya está! ¡Se acabó! Nuestro comentario se ha publicado con éxito.

Tened en cuenta que todo esto es más complicado explicarlo que hacerlo. Con practicarlo dos o tres veces ya se convierte en una rutina simple y se hacen los comentarios en un pispás.

¡Probad haciendo comentarios aquí mismo!

A tenor de la necesidad de comentarios de los lectores

     

     Como responsable ─o dueño─ de un ‘blog’, a mí me gustaría que hubiese algunos comentarios en cada entrada que pongo, cuantos más mejor. Existe un índice de éxito muy simple, se trata del cociente nº de comentarios/nº de entradas. Dicen que si este cociente es mayor que 3 entonces estamos hablando ya de un ‘blog’ de éxito. Cuanto mayor sea este número, mejor que mejor.

     Claro que existen varios factores a considerar, el primero es del interés que suscitan los contenidos, otro es el de la difusión que tiene el ‘blog’ en el que también intervienen muchos parámetros, también es importante considerar a quiénes va dirigido u orientado. En fin, muchas cosas.

     Pero hay un factor que siempre está presente y es el de la dificultad técnica ─e intrínseca─ que tiene hacer un comentario según el hospedaje o plataforma del propio ‘blog’, ya que no es lo mismo hacer un comentario en “WordPress”, en “Blogger" (el nuestro), en “Wix” o en “Medium”... Citando únicamente algunas de las más conocidas plataformas.

     Y también está el asunto en cuanto a hacer el comentario desde un ordenador o desde una tableta o un teléfono móvil. Bueno, mañana voy a tratar de resolver algo respecto a esto. Haré un pequeño manual ilustrado de cómo poner aquí comentarios desde el móvil y después me sentaré a esperar un auténtico chaparrón de comunicaciones, sugerencias, puntualizaciones, acuerdos y desacuerdos... ¿Vale?

De mejunjes y pócimas

     

     Hoy día es frecuente ver que determinados colectivos formalizan protestas, por estar disconformes, con el significado que da el diccionario de la RAE a algunas palabras. No quiero ser menos y deseo expresar mi desacuerdo por el significado del término "mejunje". El susodicho diccionario dice que "mejunje" es «Cosmético o medicamento (hasta aquí de acuerdo) formado por la mezcla de varios ingredientes». Yo creo que hay que adjetivar adecuadamente la mezcla que resulta, aunque eso pueda afectar a otros términos relacionados como brebaje, bebistrajo y pócima entre otros. Todo esta profunda meditación (😂😂) ha provocado, del ramplón, que toda la creatividad de la que disponía para escribir hoy en el 'blog' haya desaparecido, se haya evaporado. (Observad también eso "del ramplón". He escuchado muchas veces "del remplón" pero esa expresión no la contempla el diccionario).

     A lo que iba... El significado de "mejunje" que da la RAE no me convence demasiado, el potingue que he tenido que tomar esta mañana ─por prescripción facultativa, claro─ es algo parecido a esa masa plástica chiclosa con la que suelen jugar los niños enredando los dedos en ella, una pasta bastante desagradable a la llaman "moco de gorila" o "blandiblu". ¡Puaj!

La práctica de la "neuróbica"

     Nunca había oído esa palabra: “NEURÓBICA”. Se trata de otra manera de denominar a algo tan de moda como la gimnasia para mantener en la mejor forma posible al cerebro. Básicamente consiste en someter al cerebro a nuevas experiencias para estimular las conexiones entre sus distintas regiones. Dicen ─y estoy convencido de ello─ que todas estas prácticas mejoran la memoria y retrasan los efectos del envejecimiento. Al igual que la gente acude al gimnasio a desarrollar los músculos, tampoco es mala idea hacer unos sencillos y estimulantes ejercicios para no descuidar nuestra mente.

     Es muy recomendable leer el siguiente artículo sobre “neuróbica” al que se puede acceder desde el siguiente enlace:

Lo sencillo y desprovisto

    

     Estoy estancado en la utilización de cien o doscientas palabras, ¿para qué más? No creo que para decir algo interesante o expresar un pensamiento que pueda atrapar a algunas personas hagan falta demasiadas palabras. Es un poco tratar de entrar en la búsqueda de soluciones sencillas, simples, para todo aquello que hagamos. Seguro que todos hemos pensado alguna vez en que en la sencillez podemos hallar mucha perfección.

     ¡Intentemos lo sencillo!

     Siempre me ha fascinado aquella historia (probablemente apócrifa) que se cuenta del gran maestro Miguel Ángel Buonarroti en la que exaltaba la sencillez, una magnífica lección. Un aprendiz de escultor le preguntó una vez:

     ─Maestro, ¿cómo sabe usted que una escultura está ya acabada?

     Miguel Ángel se paró un poco y un instante después le contestó:

     ─Cuando creáis que esté terminada, subidla a lo alto de un monte y desde allí arrojadla por la ladera. Y todo lo que salte de ella... ¡sobra!

(Han sido 154 palabras, no está mal)

El monstruo Apaticón

     Lo que sigue es del libro “Como agua para chocolate” de la escritora mexicana Laura Esquivel:

«Cada persona tiene que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión que se produce al encenderse uno de ellos es lo que nutre de energía el alma. En otras palabras, esta combustión es su alimento.» 

Nada más... 

Los mil cuatrocientos cuarenta minutos del día

     

     Alguien dijo que el tiempo no es oro ─lo del tiempo es oro es una cosa que solemos decir por hábito prehistórico─ el tiempo es un saco grande e importante, el tiempo no es ese algo que asesinamos a diario, es, simplemente, un lugar en donde metemos cosas.

     ¿Qué es lo que pondremos hoy en ese saco de nuestro tiempo? ¿Cosas inútiles que tendremos ahí comprimidas y apretujadas? ¿Llenaremos una parte de la saca con muchas cosas y otras partes las dejaremos vacías? ¿Lo dejaremos vacío y no meteremos nada en todo el día?

     Posiblemente lo más trágico sea que lo llenemos de estupideces que no nos sirvan para nada en el trayecto de nuestra vida.

Unas reflexiones para todos los días

     Una de los pensamientos del Dalai Lama que más me ha llamado la atención es el siguiente: «Pensar que el futuro de la humanidad se solucionará con rezos y plegarias religiosas no es realista. Hay que tomar acción. Hacer algo».

     En tiempos turbulentos y confusos es necesario que tengamos esto muy claro. En realidad se trata de lo mismo que en español hemos expresado siempre con la sentencia: «A Dios rogando y con el mazo dando». Se dice cuando deseamos algo, está bien encomendarse a Dios, a la Providencia, pero haciendo a la vez todo lo que esté en nuestra mano por lograr lo que pretendemos.

     En los tiempos actuales, se le ha dado también un sentido crítico ─pero bastante diferente al auténtico sentido del refrán─ contra las personas que rezan a Dios, pero que cometen toda clase de tropelías.

Dedica tu tiempo a causas importantes

     Creo que la anterior frase se le atribuye a Nelson Mandela, no sé si realmente la dijo, pero es magnífica para pensar un poco en su amplio significado. ¿Realmente dedicamos el tiempo necesario a las causas importantes? Cuidado, no a las “cosas importantes”, sino a las “causas importantes”. 

     Quizás este es un asunto que nunca nos queda lo suficientemente claro, ¿no? Me refiero a "causa" en el sentido de la tercera de las acepciones que siguen:

     Añadiré esta bonita frase de la escritora británica George Eliot:

Nunca desperdicies tu talento

    Algunos dicen que Europa se muere, señalan que su declive es rápido y que sus causas son profundas, se citan muchos posibles orígenes de esta agonía, pero uno de los que me parece más importante ─y del que no se habla mucho─ es el del desperdicio de talento.

    El desperdicio de talento puede contemplarse desde dos puntos de vista, el primero el colectivo; pero el colectivo está teñido de política por todas sus partes y no es analizable en las poco más de doscientas palabras que son las que pienso utilizar. Aquí me interesa el desperdicio de talento individual, el de nuestro talento como sujetos unipersonales.

    ¿Sabes en qué eres muy bueno? ¿Te lo has preguntado alguna vez?, ¿en serio?

    Si eres bueno en algo, tienes que hacer todo lo que puedas para enfocar adecuadamente tu pasión y desarrollar todo tu potencial. Cualquier otro camino que tomes es erróneo.

    Hay algunas señales que indican con bastante claridad si existe ese despilfarro de capacidades y luces. Por ejemplo, no usar el tiempo libre para desarrollar el talento y hacer las cosas que nos gustan. Otra señal inequívoca es la de tener ─o haber tenido─ oportunidades de aportar algunas ideas y no lo hemos hecho por miedo a que no funcione o miedo a lo que piensen los demás. O también dejarnos influir por un medio ambiente en el que el talento no sea recibido con el suficiente entusiasmo.

    Al final somos nosotros  los que debemos reconocer el valor de esos talentos y ponerlos en práctica para mejorar en nuestra vida y también mejorar la vida de otros con el aporte que de ellos hagamos.

(Me he pasado en 69 palabras).

Los ideales imposibles

    Se ha debatido siempre, aunque nunca ha habido conclusiones claras; unos postulan que los españoles tenemos un ramalazo de Don Quijote y otros dicen que se nos puede identificar mejor con Sancho Panza. Con el viejo hidalgo por lo del idealismo, con el impulso de perseguir ideales imposibles. Con el gordito Sancho por su pragmatismo.  Creo que en las actualidad estos esquemas ─por otra parte bellas síntesis de lo que podríamos ser─ no tienen vigencia. Perseguir ideales imposibles ya no se lleva, la perfección no existe. Los humanos cada día estamos más convencidos de que este mundo está hecho como algo defectuoso. Estamos hechos para ser imperfectos y por eso entonamos una especie peculiar de grito en plan “sálvese quién pueda" colocándonos más al lado del pragmatismo de Sancho. La naturaleza ha sido creada con el imperativo de ser defectuosa. Pero, ¿sabéis por qué? Quizás se trate de que los defectos son la mejor parte y que esas mismas irregularidades son las que nos hacen diferentes. ¿Podría ser así?

    Sí, perseguir ideales imposibles parece que ya tiene poco sentido...

«Don Depende»

    ¿No tenéis algún amigo, o conocido, al que llamáis “Don Depende”? Yo tengo varios; son de los que es suficiente que alguien, de los presentes en una reunión, exprese algún tipo de aserto para que “Don Depende” salte de inmediato y diga algo que comienza con la palabra: “Depende...”.

    En principio no tengo nada en contra, todos sabemos la gran cantidad de ligaduras y correlaciones que tiene cualquier cosa de la que hablemos. Por ejemplo, si hablamos de algo tan cotidiano como el tráfico, del mismo podemos decir mil “dependes”: si es de día o de noche, de la hora del día, de que llueva o haga sol, de si es día laborable o festivo... Así de mil cosas. Pero lo que me incordia es la falta de mesura, la desproporción. Casi todo ─o todo─ depende de algo, eso es cierto, pero no en la misma proporción, ni tiene el mismo factor de incidencia, no es lo mismo una dependencia de algo de un 1% que de un 90%. La primera puede ser una insignificancia y la segunda puede ser de una influencia considerable. Lo que fastidia es que el “Don Depende” de turno no sepa hacer esa distinción.

Las virtudes del arte

    Desde hace algún tiempo se estudia la práctica de las artes desde diferentes puntos de vista y uno de ellos ─y no el menos importante─ es el que tiene relación con determinadas virtudes terapéuticas. El arte, en general, está conectado de múltiples maneras con el ser humano, creo que el arte nos engrandece, principalmente, en tres aspectos: cultural, intelectual y emocionalmente. Ciertas investigaciones están intentando verificar que nuestras mentes se edifican por medio del análisis ─continuo y profundo─ del arte, pero también por la creación en sí misma, sin importar que la "calidad" de nuestras destrezas y habilidades no sea, en principio, la más excelente. Casi todas las prácticas artísticas son capaces de incrementar las potencias de nuestro cerebro, mejorar el estado anímico y mucho más... E, incluso, puede ser un remedio excelente para sofocar los males y hacernos vivir con magníficos objetivos y propósitos.

    Recomiendo leer el siguiente artículo que desarrolla con más amplitud lo antes comentado:

RAZONES CIENTÍFICAS PARA CULTIVAR ALGÚN ARTE

El HAYKU, ¿una buena forma de empezar?