lunes, 22 de julio de 2024

Lantíaca

     No sé si en alguno de mis anteriores escritos he hablado de mi amiga Lantíaca, la del nombre extraño. La conozco desde hace muchos años, años que no diré porque ella se conserva aún joven y guapa. Es griega, nació en la antigua isla de Creta en un pueblito llamado Matala de la parte sur, de apenas cien habitantes; aunque muy joven su familia se trasladó a Atenas. Ella regresa a Matala cuando necesita perderse y relajarse ─allí le quedan algunos primos─ en su hermosa playa de arena dorada y aguas cristalinas que en verano atrae a muchos turistas que van en busca de un lugar pintoresco y sereno.

      Además de su belleza natural el pueblo también tiene un pasado histórico interesante. Una de sus características distintivas es la existencia de cuevas talladas en los acantilados que rodean su bahía. Estas grutas fueron habitadas en la antigüedad y en la década de los 60 del siglo pasado fueron pobladas por grupos de hippies y otros viajeros que deseaban un modo de vida alternativo.

     Con Lantíaca ─Lanti para los amigos─ he hablado a veces sobre su desconocido nombre, ¿de dónde viene ese nombre? Ella lo ha investigado mucho y nunca ha llegado a ninguna conclusión, ¿fue una creación única de sus padres?, ¿provenía de algún sitio concreto?

     Una vez me contó que su nombre podría tener raíces vascas. Parece ser que allí existe un nombre muy similar: “Lantiaga” que significa “lugar lejano” o “tierra lejana”. Quizás sea plausible que su nombre sea un derivado de “Lantiaga”, pero no ha logrado hallar ninguna evidencia histórica ni lingüística. Otra posibilidad es que su nombre esté conectado con la península italiana. Es fácil ver que “Lantíaca” tiene gran similitud con nombres latinos como “Lanacia” o “Lanciana”, que se derivaron de la palabra latina “lancia”, que significa “lanza” o “pica”. Esos nombres se utilizaron en la antigua Roma y podrían haberse extendido ─modificados─ por la península italiana y más allá; llegando a Creta y Matala.

      Lantíaca dice que ella morirá con las “botas puestas”, trabaja para el sector turístico griego y es una ejecutiva importante, viaja incansablemente por todo el mundo y habla varios idiomas a la perfección. Ahora pasará unos días para descansar, en Matala, su pueblo. Me cuenta que aún conserva su ambiente bohemio y relajado, con tabernas junto al mar, tiendas pintorescas y un ambiente acogedor. Promete enseñarme las cuevas en las que pasaron unas semanas gentes famosas como Joni Mitchel, Bob DylanCat Stevens o John Lennon.

      Habrá que pensarlo, ¿no?...

5 comentarios:

  1. Que bonita historia y genuinamente contada. Habrá que ir por esos lugares. Anduve cerca pero no tuve tanta suerte como tú.
    Abrazos para los dos.
    Muchas gracias.

    ResponderEliminar
  2. nooo no lo pienses !!🤣 y avísame que yo tambien voyyyy

    ResponderEliminar
  3. Lantíaca Giannopoulos22 de julio de 2024, 13:35

    ¡Eres tremendo! Sacas una historia interesante de algo sin relevancia ni importancia. Me ha gustado tanto que lo he leído tres veces y lo he traducido y mandado a muchos de mis amigos. Te he de contar que tengo nuevas noticias sobre mi nombre.
    Gracias Ignacio, muchas gracias, por tu hermoso escrito.
    Besos para Lely y para ti.

    ResponderEliminar
  4. Lantíaca Giannopoulos22 de julio de 2024, 13:44

    Ξέχασα! Φυσικά, θα σας περιμένω στα Μάταλα.

    ResponderEliminar
  5. Qué ganas de conocer y vivir ése paraíso !! Me ha encantado la forma de contar una historia sencilla

    ResponderEliminar