martes, 18 de noviembre de 2025

Saber qué importa de verdad


      La semana pasada tuve una interesante conversación con mi amigo el pastor Cooper George Wrigth, que vive y evangeliza en la lejana Nueva Zelanda. Es muy difícil poner en pie todo nuestro largo diálogo, llevo dándole vueltas desde hace un par de días y no lo consigo, así que he decidido escribir un artículo resumen como aproximación a todo lo que hablamos.

      Creo que empezamos hablando de que vivimos rodeados de ruido. Opiniones, expectativas y urgencias que nos empujan a correr sin pensar. Y, sin embargo, gran parte de nuestros problemas nacen de algo muy simple: no sabemos distinguir lo esencial de lo accesorio.

      Durante años, muchos elegimos lo que “debemos” hacer antes que lo que realmente importa para nosotros. Buscamos quedar bien, cumplir, no sentir culpa. Con el tiempo descubrimos que esa ruta lleva al desgaste. La pregunta clave no es “qué es importante”, sino “qué es importante para mí”. Ese giro cambia la vida, porque nos coloca en el centro sin vergüenza ni remordimientos.

      El pastor Cooper George enunció tres ideas básicas que pueden servir para establecer prioridades prioridades. Primero, atrevernos a decidir desde nuestras propias necesidades. Segundo, tener en cuenta el momento, porque lo que pesa hoy quizá no tenga valor mañana. Tercero, aceptar que elegir también implica renunciar.

      Él recordaba un episodio histórico conocido: miles de ciudadanos de la Alemania Oriental abandonaron trabajo, casa y bienes para cruzar la frontera en busca de libertad. No querían una revolución. Solo eligieron lo que para ellos era esencial. Su decisión derrumbó un régimen entero y transformó Europa. Sin duda ese ejemplo recuerda que los grandes cambios empiezan siempre en una elección íntima.

      ¿Por qué esperar a sentirnos acorralados para actuar? Igual que no pensamos en la salud hasta que enfermamos, solemos pensar en lo importante solo cuando ya es tarde. Por eso conviene una mirada global y honesta a nuestra vida y a lo que buscamos en ella.

      Dijo que hay siete áreas que todos podemos revisar: éxito, dinero, relaciones, estilo de vida, identidad personal, salud y desarrollo de la imaginación. Al ordenarlas según lo que cada uno necesita, aparece una lógica que casi nunca falla. Si queremos riqueza, la salud debe ir antes. Si soñamos con cuidar a nuestra familia, primero debemos cuidarnos a nosotros mismos. Nadie puede entregar lo que no tiene.

      Cooper apuntó que muchos de nuestros conflictos nacen de expectativas ajenas. En temas tan íntimos como la sexualidad, por ejemplo, mucha gente sufre buscando encajar en modelos que no son propios. A veces, lo que parece un gran problema se disuelve cuando descubrimos qué queremos de verdad: cariño, seguridad, calma, compañía. Incluso hábitos difíciles, como fumar, pueden entenderse mejor si miramos la raíz. Para muchas personas, el tabaco no es el problema, sino una especie de parche para sostener la falta de confianza en sí mismas. Si se fortalece la seguridad interior, la necesidad de fumar pierde fuerza por sí sola.

      Terminó diciendo que al final, el mensaje es sencillo y profundo. Lo que creemos importante no siempre lo es. Y lo esencial, a menudo, espera en silencio a que lo miremos de frente. Tomar decisiones desde uno mismo no es egoísmo. Es la base para vivir con sentido y para poder dar a los demás algo auténtico, no una versión agotada de nosotros.

      Sinceramente pienso que con un poco de calma y honestidad, todos podemos trazar un orden nuevo. Uno que dé espacio a lo que de verdad sostiene nuestra vida. Uno que, por fin, nos permita vivirla.

1 comentario:

  1. Es un tema que se puede mirar desde distintos prismas, pero lo que es cierto es que tomar decisiones importantes es muy difícil, y que toda decisión tiene sus ventajas y sus contras, simplemente hay que asumirlas.
    Si todos tuviéramos las ideas muy claras, sería fácil.
    Creo que hay que ser valientes y decididos en la vida a la hora de elegir, no se puede vivir esperando que otro, o la vida misma lo haga por nosotros.

    ResponderEliminar