martes, 7 de diciembre de 2021

Navidad y entropía

      Una de las ideas de la Física que siempre me ha fascinado es la de la “entropía”, es un concepto que tiene miles de aristas y que se puede aplicar a muy distintas áreas del conocimiento. Siempre, de algún modo, vuelve a mi cabeza y ahí la tengo desde hace muchos años; a veces me parece que la entiendo bien y otras, muchas, se me escapa. Si mal no recuerdo, la palabra viene del griego, de la palabra ἐντροπία que quiere decir transformación y también evolución. Mi primer contacto con esta palabra fue cuando comencé a estudiar Termodinámica, recuerdo también que el profesor engolaba la voz cuando pronunciaba este misterioso término. Allí supe que la “entropía” era una magnitud física que representaba una clase de energía residual que no podía utilizarse para la producción de un trabajo. En un sentido más general se podía interpretar como una medida del desorden de un sistema, entendí también que estaba relacionada con la cantidad de energía que podía intercambiar el susodicho sistema con el medio externo.

      Esta mañana pensaba que la Navidad ─cada Navidad─ está conectada con la “entropía”, se me ocurría que al ser mayor la “entropía” de un sistema abierto (no se me pierdan, un sistema abierto es un sistema que tiene interacciones externas) menor es su disponibilidad de energía y mayor es el desorden del mismo. Quizás aún estaba dormido, no lo sé bien. Los conceptos de reversibilidad e irreversibilidad, equilibrio y no-equilibrio, azar y determinismo, caos y orden me generaban un extraño cóctel mental con la Navidad.

      Recordé que Sigmund Freud también había utilizado la “entropía” para tratar de explicar el porqué había neuróticos que, a pesar de presentar patologías muy similares, no podían ser tratados del mismo modo pues se obtenían resultados diferentes. Freud lo explicaba a través de procesos de conversión de energía psíquica y, para ello, hacía uso de la “entropía”.

      Una Navidad más, ahí está el dilema. ¿Han sentido ustedes algún tipo de desazón depresiva cuando llega la Navidad? A veces, irónicamente, la llegada de las fiestas nos viene acompañada de una sensación de estrés, incluso de frustración y soledad.

      Me levanté de la cama, la ropa la tenía toda en desorden sobre la silla, lo habitual. ¿Es la tendencia a la organización a partir de la desorganización lo que nos hace vivir?

      La otra tendencia va a la disipación de energía, hacia la máxima entropía. A un mayor desorden, a una mínima energía.

      ¡Feliz Navidad amigos!

7 comentarios:

  1. ¿Es un artículo para debatir? Lo he leído tres veces creo que lo he entendido, me gusta mucho y no me gusta nada, ¿es posible eso?

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  2. Eso es. España país entrópico, basado en el desorden general (que yo llamaría DESASTRE, "de p a pá").

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  3. Creo que el artículo habla de la vida, de la muerte y la Navidad, me parece que dice que la vida es la lucha por organizar lo desorganizado y que mientras hacemos eso vivimos y que la muerte es llegar al máximo de entropía, ahí ya todo es caos, el máximo desorden, la extinción, la reducción a polvo... ¿no? Me ha encantado.

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  4. Voy a que me invites a una cerveza en el "Santa María" y me lo explicas. Te llamo ahora. Un abrazo y feliz Navidad también.

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  5. Qué buena asociación la de los términos Navidad y Entropía !!!
    Al final de ésta clase magistral (y tan didáctica) no sabría decir cuál de las dos tendencias predomina: la de transformar la desorganización en orden, o la de conseguir la entropía máxima.
    Ignacio, tú eres un filósofo nato ☺️☺️��

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    1. En el ámbito del tiempo humano, organizar lo desorganizado es un instante ─un relámpago─ enseguida todo vuelve a estar al desorden y al caos. La marcha hacia la entropía máxima parece que tiene más de eternidad.
      Gracias Pilar. Un afectuoso saludo.

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  6. Me ha encantado este artículo. El paralelismo con la Navidad, fenomenal. Pero en cualquier aspecto de la vida, tendemos a un desorden que provoca la necesidad de ordenar y vuelta a empezar.

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