Esta mañana me decía mi amigo japonés Kimura que estoy perdido, que ya no me ve por la red y que conversa poco conmigo. Comentaba que desde que me dedico al estudio de la “neurociencia” no me localiza ningún día para proseguir con nuestras charlas sobre el mundo y sus avatares.
Después preguntó:
─A ver, ¿qué es eso de la “neurociencia” que tanto te magnetiza?
Sonreí al escuchar la pregunta y me puse en plan profesoral diciéndole:
─Puedes mirar en Google que te ampliará la respuesta que yo te dé, pero te puedo decir que la “neurociencia" es una rama de la ciencia que se centra en el estudio del sistema nervioso, incluyendo el cerebro, la médula espinal y los nervios periféricos. Se trata de una materia interdisciplinar que combina elementos de la biología, la medicina, la química, la psicología, la informática y la ingeniería y algunas otras ciencias.
─¿Y de qué trata, más o menos? ─insistió en su interrogatorio.
─Se puede decir que el objetivo principal de la “neurociencia” es comprender cómo funciona el sistema nervioso (SN) y cómo éste controla y coordina la actividad del cuerpo y la mente. Para ello, los neurocientíficos utilizan técnicas de investigación muy diversas, desde la observación y el análisis de tejidos nerviosos en el laboratorio, hasta la realización de pruebas y experimentos en humanos y animales.
A través de la pantalla le veía su cara de interés. Proseguí añadiendo:
─En los últimos años los avances más importantes de la neurociencia han sido por disponer de imágenes cerebrales obtenidas de los distintos tipos de resonancia magnética, la tomografía axial computerizada (TAC) y la tomografía por emisión de positrones (PET), que permiten ver el cerebro en funcionamiento y comprender cómo se relaciona con la actividad mental y el comportamiento.
Kimura me interrumpió para comentar:
─Imagino que estas técnicas que citas han permitido avances significativos en el conocimiento de enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson y la esquizofrenia, así como en el tratamiento de trastornos mentales y del comportamiento, ¿no?
─Por supuesto que sí. Además de su aplicación en el campo de la salud, la “neurociencia” también tiene importantes implicaciones en el ámbito educativo, en el desarrollo de tecnologías de la información y en el deporte. Por ejemplo, se ha demostrado que la comprensión de cómo el cerebro aprende y procesa la información puede mejorar la eficacia de la enseñanza y la capacitación. Asimismo, el conocimiento de cómo el cerebro procesa y utiliza la información ha sido fundamental para el desarrollo de tecnologías como la inteligencia artificial y la realidad virtual.
Kimura dijo que le parecía todo muy interesante pero que dejará algún hueco de tiempo a la semana para seguir con nuestras conversaciones. Le prometí que así lo haría.
Luego, con esa capacidad de síntesis de la mentalidad japonesa, añadió:
─Creo, que el resumen de todo lo que me has dicho es que la “neurociencia” es una disciplina fundamental para comprender cómo funciona el sistema nervioso y cómo éste influye en la actividad del cuerpo y la mente. Así como que sus aplicaciones van desde el tratamiento de enfermedades mentales y físicas hasta el desarrollo de tecnologías de la información y la mejora de la educación, ¿es así?
─Cierto, eso es. Lo has captado a la perfección.
─Debemos seguir hablando de esto la próxima semana.
─Vale. Un abrazo.
Me encanta el razonamiento sintetizado de Kimura, siendo erró tema algo tan extenso y complejo. Bravo por el.
ResponderEliminarConversaciones de un japonés con un andaluz!!!
ResponderEliminarNo creas que hay tanta diferencia.
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