Leí hace unos días que Jon Fosse, Nobel de Literatura de 2023, ha repetido en numerosas ocasiones la frase: “Escribir es rezar”. Creyó durante bastante tiempo que era suya hasta que descubrió que Franz Kafka la había acuñado unos cuantos años antes, pero da igual, escribir es rezar y muchas cosas más. Escribir es una manera de abrir ventanas y puertas, para ventilar y para ventilarnos.
Lo que digo está en relación con el artículo de ayer en el blog, “No hay mal que...”.
Uno piensa, a veces, que ha escrito algo que puede ser de interés para bastantes lectores e incluso que va a acumular un montón de comentarios, pero la realidad nos baja de la tarima y el resultado es que lo escrito pasa sin pena ni gloria. Sin embargo, otras veces damos luz a un relato, al que “a priori”, no hemos prestado especial atención y, asombrosamente, agrupa a centenares de lectores y da pie a un buen número de comentarios. ¿Dónde está el secreto?
La verdad es que no lo sé, aunque estimo que siempre está ahí ─en el escrito─ ese ingrediente especial que es la controversia. Y es de la controversia suscitada de lo que quería hablar un poco.
La controversia (entendida, como la R.A.E. dice, como discusión de opiniones contrapuestas entre dos o más personas) me interesa aquí como activador del sentido crítico. Y saben que el sentido crítico no es más que la capacidad de analizar, evaluar y cuestionar información ─o también situaciones─ de manera objetiva, sin aceptar todo de manera automática como si fuésemos robots. Implica pensar de forma independiente, buscando evidencias y razones antes de llegar a conclusiones.
Estoy muy convencido de que en la sociedad actual, es fundamental tener sentido crítico para tamizar la gran cantidad de información que nos aturde desde todos los frentes y así evitar caer en desinformación, manipulación o prejuicios. Poseer un buen sentido crítico nos puede ayudar a tomar decisiones más informadas y responsables en un mundo cada vez más complejo.
La controversia puede ser un catalizador poderoso para desarrollar el sentido crítico, pero su resultado depende de cómo se maneje la situación y de la disposición de las personas involucradas a reflexionar de manera abierta y constructiva. Aquí algunos factores a considerar, por ejemplo, cuando un escrito genera controversia, las ideas o creencias establecidas se ven desafiadas. Esto obliga a las personas a revisar sus propios puntos de vista y a explorar nuevas perspectivas. Para muchos, la controversia abre la puerta al cuestionamiento y a la reconsideración y ambos son aspectos relevantes del pensamiento crítico.
Con frecuencia la controversia conduce al debate público. Cuando las personas con diferentes perspectivas exponen sus argumentos, es necesario discernir, analizar y evaluar los puntos de vista, lo que fortalece la capacidad crítica de quien se implica. Normalmente ─en situaciones controvertidas─ las respuestas no suelen ser claras o absolutas. Esta incertidumbre obliga a las personas a pelear con la ambigüedad, lo que puede fortalecer la habilidad para evaluar argumentos complejos o contradictorios sin caer en respuestas simplistas.
Tampoco me cabe duda que para argumentar o defender un punto de vista controvertido, es necesario informarse lo mejor posible y considerar las evidencias que puede estar en contra de la posición propia. Este proceso de investigación y contraste de fuentes contribuye a perfeccionar el sentido crítico.
Sin embargo, la controversia no siempre conduce a un pensamiento crítico más afinado y certero. Si las personas se encapsulan en sus posiciones de manera rígida, rechazan el diálogo o se polarizan, el efecto puede ser contraproducente. En este caso, la controversia no mejora el sentido crítico, sino que refuerza prejuicios y posturas dogmáticas y sectarias. El impacto depende del enfoque que se le dé: si la controversia genera debate saludable y apertura mental, sí puede conducir a un tipo de pensamiento crítico eficaz; pero si fomenta polarización o reacción emocional, puede tener el efecto contrario.
¿Y del maniqueísmo?
Bueno, del maniqueísmo hablaremos mañana...
Te veo lanzado, fantástico. Después te leo y comento.
ResponderEliminarUn abrazo.
La controversia es buena, tener diferentes puntos de vista ayuda a encontrar lo que de verdad es mejor o más acertado, pero es muy difícil hacer que una persona cambie su forma de pensar.
ResponderEliminarLos que sabéis escribir, tenéis una gran cualidad, podéis expresar sentimientos, pensamientos, estados de ánimo, y todo eso es como una liberación.