Hoy temprano leía una estupenda novela de George Orwell que tenía pendiente desde hacía años, “Subir a respirar” ("Coming Up for Air"). La escribió en el 1939 del pasado siglo y la publicó al siguiente. Casi la he devorado ─me quedan pocas páginas para terminar─ quizás porque contiene varios matices dickensianos, especialmente en cómo aborda temas sociales, económicos y el conflicto entre la nostalgia por el pasado y las realidades del presente. En ella podemos encontrar una clara preocupación por las condiciones sociales de la época, particularmente las clases trabajadoras y medias. El protagonista, George Bowling, experimenta una sensación de alienación en una sociedad que ha cambiado radicalmente debido al capitalismo moderno y la industrialización. Orwell, al igual que Dickens, utiliza la historia del individuo para criticar un sistema que, aunque trae un progreso indudable, también genera desigualdad y deshumanización.
Recuerdo que en la obra “Tiempos felices”, de 1854, Dickens también se inquieta por los efectos destructivos de la industrialización sobre la vida de los seres humanos. Ambas obras critican un mundo donde el progreso económico no necesariamente mejora la vida de las personas comunes, sino que a menudo las oprime más.
De igual modo, George Bowling siente una profunda nostalgia por su juventud y por el mundo rural y bucólico que existía antes de la Primera Guerra Mundial. Esta nostalgia por el pasado perdido tiene un fuerte eco en la obra de Dickens, quien a menudo retrata el contraste entre la infancia, vista como un tiempo de inocencia, y la dura realidad adulta. ¿Recuerdan ustedes que en “David Copperfield”, Charles Dickens también aborda el tema de la infancia perdida y la nostalgia por un tiempo más simple y menos alborotado por las fuerzas económicas y sociales? A través del personaje de Bowling, Orwell expresa la tensión entre el deseo de volver a un pasado mejor y la inevitabilidad del cambio. Orwell, como Dickens, ve en esa nostalgia una respuesta a la alienación del presente, aunque reconoce que esa visión idealizada del pasado no es del todo realista.
El protagonista de "Subir a respirar" está atrapado en una vida que ya no le satisface, similar a los personajes de Dickens que se ven sofocados por el sistema social en el que viven. Orwell, como Dickens, muestra a sus personajes luchando contra fuerzas que están fuera de su control, como la burocracia, las normas sociales y la economía. Aunque Bowling no es tan desesperadamente pobre como algunos personajes dickensianos, su sentido de impotencia y opresión ante las fuerzas de la modernidad refleja una angustia similar.
Aún voy por la pagina 163, en el último párrafo dice: “Y ahora estamos en 1938, y en cada astillero del mundo están acabando de remachar los barcos para otra guerra...”
Orwell, escribiendo antes de la Segunda Guerra Mundial, muestra en "Subir a respirar" una ansiedad similar por el futuro y la destrucción que la guerra inminente traerá. Esta sensación de un mundo a punto de desmoronarse es otro punto en común con la obra de Dickens, que a menudo refleja el malestar de una sociedad al borde de un cambio importante.
Habrá que seguir leyendo a Orwell y por supuesto a Dickens.
Mañana seguiré...
No la he leído. Me la pongo en lista de espera.😘
ResponderEliminarSe me quitó las ganas de Orwell con Animal Farm. Obligatorio en el colegio
ResponderEliminarBuenos días!... muchas gracias por compartir tan interesante...
ResponderEliminarMuchas gracias Tio Ignacio por traernos a Orwell con un libro no tan conocido como 1984 ni Rebelión en la granja! Muy interesante!
ResponderEliminarConforme iba leyendo tu relato de la obra de Orwell, pensaba que las sensaciones del personaje se parecen mucho a las que a veces siento yo y seguramente muchas personas en esta época que nos ha tocado vivir. Imagino que el visionario autor, si aún viviera, nos mostraría un futuro quizás escalofriante. No conocía este título, pero me lo apunto.
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