domingo, 29 de noviembre de 2020

¿Qué estás pensando?... Y ausencia


     Cada vez que entramos en "Facebook" éste nos pregunta, con ineducada insistencia: ¿Qué estás pensando? Ver hoy la pregunta me ha servido para ─inmediatamente─ mirarme por dentro y escribir estas notas.

     Mirad, soy pesimista, lo siento, pero auguro un porvenir perturbador y que, en muchos sentidos, ya está aquí presente. Lo miremos como lo miremos y lo veamos desde la perspectiva que queramos mirarlo, estamos cada vez más sometidos a la manipulación cultural y psicológica, a la deformación de nuestras voluntades, al control de la información ─ya tremendamente adulterada cuando nos llega─ y eso sin contar también con las posibilidades que se abren con la evolución y avance de las técnicas neurológicas que se pueden aplicar a nuestros ya sufridos cerebros o a la misma inteligencia artificial en todos los ámbitos, incluidos, por supuesto, el político y el militar.

     Y pienso que es muy difícil, y que esta guerra ya está bastante perdida, pero la única solución está en que sepamos en qué consiste y cómo se monta este sistema casi perfecto de dominación mental. Es así como tendremos la posibilidad de ofrecer un poco de resistencia y preservar algunas de nuestras libertades. Y tengo la dramática impresión que estamos en una fase última, en la última ocasión de que disponemos para desintoxicarnos. Cosa que sólo podemos hacer utilizando el arma más potente de la que disponemos: pensar por nosotros mismos. Únicamente de este modo podremos descolgarnos de las ataduras del dominio mental a que nos están sometiendo...

     Quise seguir escribiendo, pero me comunicaron el fallecimiento de una amiga y ya no pude seguir; mis dedos se tornaron garfios incapaces de atinar en las teclas del ordenador, eché el cuerpo atrás buscando el respaldo del sillón. La muerte es un “quizás”.

     Después pensé que la noción de la muerte es la que nos hace tomar consciencia de la relevancia de cada uno de los instantes que forman nuestra vida...

     “Sit tibi terra levis”, que la tierra te sea leve, amiga...

 

jueves, 26 de noviembre de 2020

«Desde 1850»: Bridget Riley

     

     Nos estuvimos quejando del calor un rato, después intenté que Gustavo me ilustrase un poco sobre el arte polémico y la controversia en el arte, pero no estaba ─en esos momentos─ muy interesado en el asunto. Elisa me trajo para que viera unas atractivas láminas que les habían regalado. Se trataba de un conjunto bien nutrido de obras de arte óptico, «Op-Art», que surgió en la década de los sesenta en el pasado siglo. Se trataba de un movimiento artístico de arte visual que hacía uso de ilusiones ópticas. Los que más me llamaron la atención fueron los de Bridget Riley, que con Victor Vasarely sean posiblemente los exponentes más conocidos de este movimiento.

    En esos instantes llegaron Paloma y Lina que lanzaron varias expresiones exclamativas al ver las reproducciones. Elisa nos contó algunas cosas de la artista; nos dijo que nació en Londres en 1931, que estudió en la Goldsmiths School y después en el Royal College of Art. Cuando empezó su carrera ─en 1950─ sus trabajos estaban inspirados en el impresionismo más puro, en los años posteriores, en los sesenta, empezó a realizar obras de arte óptico, estilo por el que se le reconoce en la historia del arte contemporáneo.
    Paloma miraba muy atenta el cuadro de 1961, "Movements Squares"compuesto únicamente de cuadrados y rectángulos blancos y negros.

    ─Parece que se mueve, es curioso. Y parece también que la figura se curva hacia adentro ─observó Paloma.
    ─¿Te gusta? ─le preguntó Lina─. A mí sí.
    ─Sí, me agrada, aunque yo sería incapaz de hacer algo así, tan geométrico, tan bien delineado y tan bicolor, pero me parecen unos cuadros muy sugerentes y muy ornamentales.
    Creo que a Gustavo no le complació el uso de palabra ornamental que hizo Paloma y comentó:



  ─Bueno, bueno... normalmente se le llama ornamental a todo motivo o elemento que está ahí, que se encuentra en la obra. pero sin otro objetivo que el de estar en ese sitio y que, supuestamente, amplía los horizontes estéticos del cuadro; ya sabéis, como las especias en un plato, que lo enriquecen pero no son el punto central del mismo. Aunque en la actualidad me temo que, en muchos casos, lo ornamental se refiere a hacer juego con el tapizado, ¿no? ─y esbozó una risa con toque irónico.
    Nadie hizo el menor caso de su pretendido sarcasmo y Elisa tomó la palabra para decir:
    ─La ornamentalidad ha tenido un proceso evolutivo propio, quizás no muy estudiado, en el siglo XX. Antes se consideraban ornamentales algunos aspectos del color, de la forma, de la figuratividad y de otros valores tradicionales del arte clásico. En el arte contemporáneo el ornamento se ha convertido muchas veces en un símbolo que concentra importantes significados. Incluso habréis visto obras en las que el tema político es ornamental, de igual forma que en las pinturas del siglo XVII los ornamentos en un cuadro eran alegorías sobre el amor, la primavera, etc.



     Lina intervino para comentar lo siguiente:
    ─Desde luego en ese sentido que tú dices ─dijo dirigiéndose a Elisa─ no veo que el «Op-Art» tenga ornamentos de ningún tipo, a menos que todo sea un ornamento; aunque lo que me llama más la atención es que en estilo no hay transmisión de emociones,  no existe ningún aspecto emocional en las obras.
     ─Es verdad eso que dices, pero hay un aspecto importante que debemos destacar ─señaló Gustavo─ y es que en este arte, el contemplador tiene una participación activa y dinámica desplazándose o moviéndose para poder captar todos los efectos ópticos que la obra intenta proporcionarle.
    ─Los elementos dominantes del arte óptico son las líneas rectas paralelas u onduladas, los contrastes de color muy acentuados, aunque sean de dos colores o de más, los cambios de tamaño o de forma, la repetición  y la combinación de formas y figuras; también la utilización de elementos geométricos simples: triángulos, cuadrados o rectángulos, círculos. Creo que en este sentido el «Op-Art» participa y se emparenta con el minimalismo ─nos aclaró Elisa.

    ─A mi me agradan mucho estas composiciones ─comentó Lina─, creo que atrapan la imaginación del público. Este tipo de obras son entretenidas y también algo intrigantes, hay algunas con efectos ópticos muy curiosos, incluso diría que brillantes, y con frecuencia son realmente cautivadores.
    Gustavo asentía con leves inclinaciones de cabeza a lo que expresaba Lina y añadió:
    ─Creo que Lina tiene razón; en su época, el «Op-Art» con sus efectos ópticos, fueron acogidos con gran entusiasmo y pronto invadieron todos los ámbitos del diseño popular, apareciendo en cualquier cosa, desde las tarjetas de felicitación hasta los azulejos del baño, prendas de moda... Tanto Bridget Riley como Victor Vasarely se entregaron a este proyecto estético con gran seriedad y su arte, creo yo, que queda patente por el incalculable número de falsificaciones de sus obras que circularon durante algún tiempo.
    Cuando marchaba a casa me vino la idea de que en todas estas obras se hacía irresistible, y a la vez ilusoria, la percepción de tres las dimensiones del espacio. Pero en realidad aquellos cuadros me parecían símbolos, que en sí mismos no son nada pero pueden significar mucho utilizados de determinadas formas. Cuanto más poderoso y eficaz sea un símbolo siempre se podrá extraer más de él.
Ignacio Pérez Blanquer
Académico de Santa Cecilia



Op-art

domingo, 22 de noviembre de 2020

Cabalgando a Samarra

 

     Leía ayer una noticia ─de hace algún tiempo─ en la que se decía que, según investigadores de la Universidad Bar-Ilan en Israel, y el Centro de Investigación de Neurociencia de Lyon, en cuanto nos damos cuenta de nuestra propia existencia y conocemos el hecho de que algún día moriremos, nuestro cerebro busca formas de protegernos para evitar la preocupación ante nuestro fatal destino. El cerebro, en su búsqueda, siempre encontrará algún modo de protegernos ante la realidad de la muerte.

     Existen también algunas consideraciones de carácter social, de los que piensan que la sociedad ─por múltiples causas─ prefiere ignorar y no entrar nunca en el tema de la muerte, el escritor Pérez-Reverte decía: «Bien mirado, el mundo ha dejado de pensar en la muerte. Creer que no vamos a morir nos hace débiles, y peores».

     Sabemos que la muerte ha sido siempre, desde los albores de la humanidad, algo que ha inquietado y preocupado al hombre. En nuestro mundo de hoy muchas personas consideran este tema como tabú o del que es enojoso hacer comentarios, pero a pesar de ello es un tema recurrente tanto para la filosofía, la ciencia, la religión o el arte.

     Pensaba en todo esto a raíz de las cifras de muertos diarios por el Covid19, y parece que esos número de 50, 60 ó 70 muertos diarios se comienza a aceptar como una cosa rutinaria que ya no genera ningún tipo de reacción y empieza a percibirse como algo tan normal como salir a dar un paseo por un parque en un día primaveral y soleado. ¿Vamos hacia la insensibilización y hacia la indiferencia?

     Lo cierto es que mientras escribía estas notas sentía desazón y una cierta zozobra, entonces recordé el viejo cuento persa que contó mi amigo Antonio Sancho S.J. en la misa funeral de un amigo:

«Érase una vez, en la ciudad de Bagdad, un criado que servía a un rico mercader. Un día, muy temprano, el criado fue al mercado para hacer la compra. Pero esa mañana no era como todas; porque esa mañana vio a la Muerte en el mercado y porque la Muerte le hizo un gesto.

El criado regresó aterrado a la casa del mercader.

Amo ─le dijo─, déjame el caballo más veloz de la casa. Esta noche quiero estar muy lejos de Bagdad. Esta noche quiero estar en la lejana ciudad de Samarra.

Pero ¿Por qué quieres huir?

Porque he visto a la Muerte en el mercado y me ha hecho un gesto de amenaza.

El mercader se compadeció de él y le dejó el caballo; y el criado partió con la esperanza de estar por la noche en Samarra.

Por la tarde, el propio mercader fue al mercado, y, como le había sucedido antes al criado, también él vio a la Muerte.

Muerte ─le dijo acercándose a ella─, ¿Por qué has hecho un gesto de amenaza a mi criado?

¿Un gesto de amenaza? ─contestó la Muerte─ No, no ha sido un gesto de amenaza, sino de asombro. Me ha sorprendido verlo aquí, tan lejos de Samarra, porque hoy en la noche debo llevarme a tu criado en Samarra.»

     Creo que Antonio terminó diciéndonos, a los asistentes, algo así: ¿Sufrimiento, desesperación, dolor…? Todo aquello que nos hace daño, nos hiere y nos hace sufrir lo padecemos a lo largo y ancho de la vida, pero no con la muerte. Si esto es así, ¿por qué temerle a algo que no sabemos qué es ni comprendemos?...

lunes, 16 de noviembre de 2020

Pereza mental patológica

 

     Hacía varios días que no sabía nada de mi amigo Kimura, no sabía si estaba viajando o en su casa en Japón, creo que hablábamos desde el cambio de horarios, eso siempre nos despista un poco y hace que interrumpamos durante unos días nuestras conversaciones. Me dijo ─que al igual que yo─ había echado de menos nuestra comunicación y que no se había movido de su finca de la prefectura de Niigata. Después me comentó que había estudiado un poco sobre la evolución de la natalidad en Japón y que la tasa de natalidad (número de nacimientos por cada mil habitantes en un año) estaba era menor del 7,4‰, una tasa de natalidad muy pequeña. Añadió también que el índice de fecundidad ─que es número medio de hijos por mujer─ es aproximadamente 1,42.

     Le recordé que un índice de fecundidad inferior a 2,1 por mujer (“fecundidad de reemplazo”), supone que no existen garantías para una pirámide de población estable. Dije que en España no estábamos mucho mejor y que el 'índice de Fecundidad' aquí es de 1,23, peor que el de su país.

     Después me habló de una hipotética relación ─que él estudiaba─ entre la 'pereza mental' y la fecundidad.

     Le mostré mi curiosidad e interés por el tema y le pregunté:

     ─¿Crees que únicamente influye la llamada 'pereza mental'?

     ─Pienso que sí ─contestó. Aunque las otras “perezas” también están correlacionadas en este asunto.

     ─Recuérdame cuáles son las otras “perezas”.

     ─Aunque no hay una gran comunión de pareceres a este respecto, considero que hay cuatro clases bastante diferenciables: la mental, la física, la existencial y la espiritual. Y aparte de estos tipos hay que citar un factor que es común a todas ellas y se trata de la “ansiedad”. Estoy convencido de la existencia de una relación muy estrecha entre los tipos de pereza y la ansiedad. Observa que la pereza, en general, es un modo de no-acción, o de no-actuación, con vistas a protegernos de agresiones (supuestas o reales) del mundo exterior.

     ─¿Y no está por ahí metido el miedo, o los miedos? ─interrogué con afán.

     ─Por supuesto. El miedo es otro de los factores que juega un papel importante en esta partida.

     De pronto se me ocurrió preguntarle:

     ─¿Puede la 'pereza mental' afectar a un país o a una civilización?

     ─Estoy convencido de ello y, es más, creo que ahora hay varios, o bastantes, países afectados por este síndrome ─afirmó Kimura.

     ─Imagino que sabes que España empieza a ser calificada, en algunos ambientes internacionales, como un 'Estado Fallido', y eso es muy perjudicial y peligroso, incluso, pone en cuestión la permanencia en la UE y también le va a afectar a las inversiones imprescindibles para nuestro desarrollo económico. Sin embargo no hay reacciones, el pueblo se encuentra como adormilado, con una resaca de la que no se ve capaz de salir, ¿puede ser que estemos atenazados por una 'pereza mental' patológica?

     No sé qué pasó en las ondas en ese momento, nuestra comunicación se cortó...

jueves, 5 de noviembre de 2020

«Desde 1850»: Natalia Goncharova

  

     Fuimos aquella tarde a la exposición retrospectiva de la pintora, artista gráfica y diseñadora rusa Natalia Goncharova (1881-1962), una figura central en la vanguardia rusa de principios del siglo XX.  Después estuvimos sentados al fresco en una terraza, tomando algunos refrescos, charlando y comentando cosas relativas a la muestra de Goncharova. También se sentaron con nosotros Paloma y su marido, Paloma es una pintora apasionada por la luz y el color; a ella le agrada definirse como una artista embrujada por las claridades del sol y del mar de Joaquín Sorolla.

    Gustavo estuvo hablándonos sobre el Zeitgeist frase alemana que significa «el espíritu de la época» y que en el mundo del arte tiene un significado relativo a todo lo que se encuentra en el ambiente ─en el aire─ y que consecuentemente depende de la dirección en la que sople el viento, y decía que la dirección del ventarrón era decidida por un grupo de influyentes en todo lo del arte contemporáneo y de él salía qué tipo de obras debían producirse, quiénes las debían producir, y la viabilidad económica de cada dirección que tomase el aire.  Gustavo suele hacer estas interpretaciones de una forma suave ─como si no se dirigiera a nadie─ y con un deje mordaz que sus amigos conocemos bien.
    Elisa habló de la visita a España de Natalia Goncharova en 1916, donde Serguéi Diáguilev le encargó el diseño de vestuario para dos producciones. Nos recordó que Diáguilev fue un célebre empresario ruso fundador de los Ballets Rusos, una compañía de la que surgirían muchos bailarines y coreógrafos famosos.
    

     Lina se había leído muy bien el programa de mano que había tomado de la sala, y contó:
    ─Goncharova nació en Nagaevo, una población de Siberia. En 1901 se matriculó en el Instituto de Moscú de Pintura, Escultura y Arquitectura, allí conoció al hombre que sería su acompañante toda la vida, el también artista Mikhail Larionov. En los años siguientes los dos celebraron varias exposiciones en Moscú y colaboraron con el grupo expresionista alemán Der Blaue Reiter(El jinete azul), en Munich. Goncharova se hizo famosa por sus actividades provocativas, por ejemplo, se pintó la cara y en topless hizo un singular desfile por las calles de Moscú, lo hizo el día de la inauguración de una exposición de sus pinturas de desnudos en el año 1910, fue detenida y acusada de realizar actividades pornográficas lo que provocó su arresto, aunque pudo evitar la cárcel.
    ─Me entusiasma conocer la obra de mujeres pintoras ─señaló Paloma─ hay que poner de manifiesto la aportación de las mujeres al desarrollo de la sociedad y la cultura, tan silenciada en todos los ámbitos y por tanto también en los libros de texto. Estaréis de acuerdo conmigo en que las pintoras son las grandes ausentes de los libros de texto de la Historia del Arte, puesto que la pintura ha sido considerada como una creación masculina hasta hace bien poco.
    ─¡Tienes toda la razón! ─apostilló Lina con vehemencia.
    ─Pero no me siento atraída por este tipo de pintura ─siguió diciendo Paloma─ no me hace disfrutar, me desazona el color, tan pardo, tan sin luz. Incluso cuando utiliza colores más vivos los apaga con duros contrastes. El único cuadro que me ha convencido más es "La bicicleta".  Del estilo no sé qué decir ─dijo mirando a Elisa.

    ─Afortunadamente el arte no es una experiencia repetitiva a lo largo de generaciones y generaciones, el cambio ─puso especial énfasis al pronunciar a palabra─ es una constante artística de considerable relevancia también.
    Elisa hizo una pausa muy breve y prosiguió diciendo:
    ─Natalia Goncharova es conocida en el arte contemporáneo principalmente por su contribución o creación del Rayonismo ─y añadió─ un estilo abstracto del paisaje basado en formas lineales que se suponen derivadas de los rayos de luz al incidir sobre los objetos. Ella y su pareja, Mikhail Larionov, manifestaban que: «El rayonismo es una síntesis de cubismofuturismo y orfismo».

     Lina comentó que debió de ser una mujer muy avanzada para su época, en aquellos comienzos del siglo XX. Y Gustavo dijo:

    ─Ya sabéis, fueron los padres del vanguardismo ruso pre-revolucionario, organizaron la exposición «El rabo del burro», en  1912, que fue muy famosa y expusieron con el grupo Der Blaue Reiter en Múnich el mismo año. Me parece que eso lo ha citado Lina hace un momento, ¿no?
    Paloma quiso saber cómo se cotizaban las obras de la artista en la actualidad y Gustavo le respondió:
    ─Alto, muy alto, creo que en 2006 una obra suya, se subastó por casi diez millones de dólares americanos, pero en la segunda década del anterior siglo ya sus cuadros alcanzaron un valor muy elevado.
    Elisa levantó un dedo para indicar que deseaba intervenir, e inmediatamente dijo:
    ─Quiero añadir que Natalia Goncharova fue muy prolífica, creo que pintó alrededor de 700 obras, pero ha sido muy falsificada. Parece que circulan por ahí numerosas obras falsas de ella. Por otra parte decepciona, o entristece, saber que los siete últimos años de su vida los vivió casi en la miseria.
    Pensé en lo dijo Gustavo del Zeitgeist: los vientos de entonces no le habían sido propicios.
Ignacio Pérez Blanquer
Académico de Santa Cecilia


Vídeo con algunas obras de Natalia Goncharova en YouTube: