Cada vez que entramos en "Facebook" éste nos pregunta, con ineducada insistencia: ¿Qué estás pensando? Ver hoy la pregunta me ha servido para ─inmediatamente─ mirarme por dentro y escribir estas notas.
Mirad, soy pesimista, lo siento, pero auguro un porvenir perturbador y que, en muchos sentidos, ya está aquí presente. Lo miremos como lo miremos y lo veamos desde la perspectiva que queramos mirarlo, estamos cada vez más sometidos a la manipulación cultural y psicológica, a la deformación de nuestras voluntades, al control de la información ─ya tremendamente adulterada cuando nos llega─ y eso sin contar también con las posibilidades que se abren con la evolución y avance de las técnicas neurológicas que se pueden aplicar a nuestros ya sufridos cerebros o a la misma inteligencia artificial en todos los ámbitos, incluidos, por supuesto, el político y el militar.
Y pienso que es muy difícil, y que esta guerra ya está bastante perdida, pero la única solución está en que sepamos en qué consiste y cómo se monta este sistema casi perfecto de dominación mental. Es así como tendremos la posibilidad de ofrecer un poco de resistencia y preservar algunas de nuestras libertades. Y tengo la dramática impresión que estamos en una fase última, en la última ocasión de que disponemos para desintoxicarnos. Cosa que sólo podemos hacer utilizando el arma más potente de la que disponemos: pensar por nosotros mismos. Únicamente de este modo podremos descolgarnos de las ataduras del dominio mental a que nos están sometiendo...
Quise seguir escribiendo, pero me comunicaron el fallecimiento de una amiga y ya no pude seguir; mis dedos se tornaron garfios incapaces de atinar en las teclas del ordenador, eché el cuerpo atrás buscando el respaldo del sillón. La muerte es un “quizás”.
Después pensé que la noción de la muerte es la que nos hace tomar consciencia de la relevancia de cada uno de los instantes que forman nuestra vida...
“Sit tibi terra levis”, que la tierra te sea leve, amiga...
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