Me es muy agradable conversar con mi amigo Kimura, un japonés de una mentalidad muy curiosa, él dice que su mentalidad es rara, una mentalidad híbrida, integrada por una formación estrictamente oriental en su niñez y en su adolescencia y después matizada (es su palabra) por los estudios y viajes al mundo del Occidente. No suelo hablar con él con la frecuencia que me gustaría pues la diferencia horaria es muy grande ─ocho horas─ y eso dificulta la comunicación.
Hoy estuvimos en comunicación un rato y me dio un susto. Le hice una pregunta ─que ahora mismo no recuerdo cual era─ pero tengo muy presente su respuesta, Kimura dijo:
─Me estoy preparando para morir...
Antes de que yo pudiese decir algo e intentar salir de mi estupor añadió:
─Aunque espero que esto suceda dentro de algunos años.
Y, además, empezó a reír con indudable perversión por el espanto que me había provocado.
Queriendo retornar al inicio le pregunté:
─¿Qué te pasa?, ¿estás bien?
─Sí, bastante bien. O muy bien. Lo que sucede es que estoy cambiando muchos aspectos de mi cosmovisión. Ya sabes, eso que nuestros amigos alemanes llaman Weltanschauung. Es más, estoy de retorno a mis orígenes, cambiando de paradigmas; una vuelta al pasado.
─No te entiendo muy bien, ¿qué quieres decir?
─Te lo iré contando con más tiempo, pero he invitado a vivir en mi finca del campo a un monje Zen que conocí hace algún tiempo. Aceptó y aquí lo tengo hospedado, él hace su vida normal de monje y no suelo verlo durante el día. Ya sabes que esta casa es muy grande e, incluso, con las personas de servicio suelo cruzarme pocas veces al día. Muchas tardes charlamos y es un auténtico placer hacerlo. Está enseñándome a meditar y su mundo es fascinante; por eso digo que está variando mi cosmovisión, la imagen general de la existencia y de la realidad del mundo, ¿entiendes?
No supe por dónde salir y le comenté medio balbuceando:
─¿Sabes que me encanta la palabra “cosmovisión”? El diccionario de la RAE es bastante escueto con ella y dice que se trata de la concepción global del universo que tiene un individuo o una sociedad.
─¡Hablamos mañana! ─exclamó rápido y cortó.
Aquí eran las diez de la mañana y allí eran las seis de la tarde. Imagino que tendría su charla con ese monje Zen.
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