Como otros muchos días, Tozan se encontró al maestro Hyakujo sentado en la posición del loto, con los ojos cerrados. Casi le oía inhalar profundamente y exhalar con ruidosa lentitud.
Tozan se detuvo unos instantes en silencio observando al maestro. Después, cuando creyó que el monje se había percatado de su presencia, le habló:
─Maestro, he estado percibiendo una gran cantidad de estrés en mi vida últimamente. La vida de ahora parece estar llena de preocupaciones y responsabilidades. ¿Cómo puedo reducir este estrés dañino del que mucho se habla?
Hyakujo abrió los ojos sonriendo con calma.
─Comprendo tu preocupación, querido Tozan. El estrés es una sombra que acecha a muchos en estos tiempos agitados. Sin duda, la mejor manera de abordar este estrés es crear vínculos afectivos con otros seres humanos. La soledad no elegida es tremendamente perjudicial para la salud y el bienestar. Cuidar de la familia y amigos, nutre los lazos emocionales para que sean sólidos y apoyen el camino de cada uno.
Tozan asintió con gratitud y dijo:
─Entiendo lo que dice maestro. Pero a veces me siento atrapado en un torbellino de pensamientos y preocupaciones constantes. ¿Cómo puedo aprender a calmar este "ruido mental" que me angustia?
El monje movió la cabeza hacia adelante y hacia atrás varias veces y mientras decía:
─Ya sabes muy bien que nuestra mente es como un mono inquieto, saltando de rama en rama. Pero es necesario entrenarla. La clave para reducir el ruido mental es practicar la atención. Hay que volver una y otra vez, con firmeza y amabilidad, a sentir las sensaciones de la respiración y, también, las del cuerpo. Observa cómo tu mente divaga y gentilmente vuélvela al principio. Practica la meditación y la atención plena para encontrar la serenidad en medio de la tormenta.
Tozan hizo una respiración profunda y respondió:
─Y por último, he sentido que en ocasiones me atrapan sentimientos de culpa y vergüenza por errores pasados. Maestro ¿cómo puedo liberarme de estos sentimientos que solo me hacen sentir pequeño e insignificante?
Asintiendo con comprensión Hyakujo añadió:
─La culpa y la vergüenza son como cadenas que atan el espíritu. Es importante recordar que estos sentimientos son creaciones de la mente condicionada y no añaden ningún valor real. Cuando cometes un error o causas daño, en lugar de quedar atrapado en la culpa o la vergüenza, toma conciencia de lo ocurrido y permite que la tristeza te muestre el camino hacia la reparación y el aprendizaje. Reconoce tus fallos sin juzgarte con dureza, y así podrás crecer y sanar.
Cerrando los ojos y volviendo a su postura de meditación Hyakujo terminó diciéndole a su discípulo:
─La paz y la sabiduría siempre están dentro de ti, querido Tozan; piénsalo bien. Mediante la práctica constante y la profunda comprensión de ti mismo, encontrarás el camino hacia una vida plena y en armonía con el mundo que te rodea.
Tonzan marchó paseando lentamente hacia la aldea musitando entre dientes una frase que el maestro solía decir con frecuencia: ¡El espíritu llena todo el cosmos!
Muy interesante, yo, también debería pararme, y meditar. El estrés, me come.
ResponderEliminarO estresse é uma constante na vida de todos os humanos que e ao invés de controlá lo nos deixamos controlar por ele, devemos aprender com a meditação,e como o mestre disse ao cometer um erro tomar consciência e corrigir ao invés de se deixar corroer pela culpa e remorso, coisas simples que nos darão uma vida de paz e tranquilidade.
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