sábado, 21 de octubre de 2023

La meta es el camino

 

      La anterior conversación con Kimura me había impactado bastante y tenía ganas de seguir conversando con él, quería que me aclarase algunos puntos de su discurso, ¿o de su mística? Creo que el hecho de haber dado hospedaje perpetuo a un monje Zen en su finca le ha tocado hondo; no es el mismo de antes, aunque sé que conforme los años pasan todos nos convertimos en entidades diferentes, entiendo bien la impermanencia. Me costó un rato largo establecer la comunicación, al final lo logré.

      Le pregunté con la cortesía habitual que gastamos:

      ─¡Buenos días Kimura! ¿Qué tal va todo por ahí?

      ─Bien, muy bien. La vida es un regalo inmenso ─respondió.

      Entré en materia a gran velocidad y le dije:

      ─Ayer hablábamos de cómo emplear la vida para hacernos más sabios en vez de vivir en estados de bloqueo y atasco. Desde luego, la sabiduría es una cualidad que todos anhelamos, pero ¿cuál es su fuente a nivel personal e individual?

      ─Quizás ya te lo haya comentado alguna vez. Nuestra existencia se asemeja a un tren en movimiento constante, donde el sendero, o el paisaje, se despliega momento a momento, desapareciendo detrás de nosotros. Miramos hacia atrás y solo vemos por dónde hemos pasado, sin poder prever el futuro. ¿Lo ves? Esta enseñanza es un recordatorio poderoso de que la fuente de la sabiduría yace en lo que nos ocurre hoy, en este mismo instante.

      ─Sí, lo sé, el único tiempo real es el presente. Nuestra relación con este instante es el que determina el curso de nuestro futuro. También entiendo que para ser más felices mañana, debemos esforzarnos por encontrar alegría y bienestar en el presente, ya que lo que hacemos ahora se acumula y da forma a lo que está por venir.

      Me pareció verle sonreír con aprobación y añadió lo siguiente a lo que yo decía:

      ─Cierto, así es. Podemos optar por hacer esfuerzos que nos hagan más fuertes en lugar de desgraciados, siendo conscientes de que la cantidad de esfuerzo es la misma. En este sentido, estamos creando nuestro estado mental del día siguiente. A veces, nos topamos con personas que parecen irradiar bienestar, y nos preguntamos cómo lo logran. Estoy convencido que la respuesta radica en su valentía para vivir plenamente en cada momento de su vida, incluyendo los momentos tristes y oscuros. Son gente que se enfrentan a las nubes que cubren su cielo con una apertura valiente y se benefician de esa experiencia.

      ─¿Quieres decir que la meta es el camino?

      ─Exactamente, sí. Cuando comprendemos que la meta es el propio sendero, todo se vuelve más manejable. La vida se convierte en un proceso de aprendizaje continuo, donde cada paso es una oportunidad para crecer y descubrir nuestra sabiduría interior. Mira, tú sabes que nuestras vidas están llenas de circunstancias indeseables, pero no estamos predestinados a reaccionar de manera habitual ante ellas. En lugar de dejarnos llevar por la amargura, podemos abrazar estas situaciones como oportunidades para aprender, practicando la precisión, la delicadeza y el amor bondadoso o la compasión en cada momento. El cómo nos relacionamos con nuestras circunstancias, ya sean felices o complicadas, es una elección. Podemos optar por la amargura o la apertura, y esta elección moldea nuestro camino hacia la sabiduría.

      Dejé pasar unos segundos para poder reflexionar y le contesté:

      ─Sí. Creo que estoy muy de acuerdo contigo. La vida, con indeseada frecuencia, nos enfrenta a momentos complejos, y la posibilidad de que las cosas empeoren puede ser terrible. Sin embargo, es precisamente en estos momentos cuando nuestra sabiduría se pone a prueba, y nuestra elección de una actitud determinada se vuelve más crucial y significativa que nunca. ¿No?

      La pantalla se apagó y encendió varias veces, la imagen se deformó, veía su cara como a trozos; pasados uno segundos todo se recompuso y le escuché decir:

      ─La vida es un sendero sinuoso, con muchos vericuetos, y nuestra sabiduría proviene de vivir en el presente, de enfrentar cada circunstancia con toda la valentía posible y elegir una actitud que fomente el crecimiento. La fuente de la sabiduría es el momento presente, y nuestra vida se convierte en un viaje enriquecedor cuando abrazamos este concepto. Cada instante es una oportunidad para aprender y crecer, y cada desafío es una invitación a descubrir la sabiduría que reside en nuestro interior...

      Ahí se nos corto la comunicación, no fue posible seguir escuchándole...

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