lunes, 28 de octubre de 2019

Austeridad compartida


     Hoy le pregunté a Kimura sobre su visión del sistema económico en el que vive ─vivimos─ casi todo el planeta. Por la forma de mirarme vi que le gustaba la pregunta. Cuando se encuentra ante un interrogante que le agrada siempre respira hondo y le brillan los ojos achinados. Yo sabía que tenía que esperar unos instantes antes de que empezara a hablar.
     No pasó más de un minuto y dijo:
     ─Creo que, básicamente, hay dos maneras de mirarlo: una primera como algo maléfico, horrible y funesto. Y el otro punto de vista es percibir el sistema económico como la causa generadora del progreso y del bienestar actual.
     ─Sí, claro, eso depende del lugar que ocupa cada uno en el espacio del sistema económico ─le respondí.
     ─Pero aparte de eso, hay que recurrir a las bases sobre las que se asienta el sistema económico. Siempre que pienso en esto llego a la fea conclusión de que nuestro sistema se sostiene sobre el “consumismo”, pero este consumismo cada día es más demencial, sordo y ciego, persistente...
     Aproveché la pequeña pausa que hizo para comentarle:
     ─Es cierto eso que dices del consumismo exacerbado en el que media humanidad estamos inmersos, aunque las empresas fabrican sus productos para venderlos y si no los venden quiebran y cierran; con todos los problemas que eso acarrea. Pero tienes razón, hay demasiada filosofía de “usar y tirar” en este sistema.
     Kimura se acarició levemente la barbilla y contestó:
     ─Vamos a suponer que, de pronto, varios millones de personas disminuyen su consumo drásticamente y a sólo lo indispensable. ¿Qué le sucedería al sistema? Es muy probable que en unas semanas se irían a la bancarrota muchas empresas, pero además podría irse al garete todo el sistema, ¿no crees?
     No supe muy bien qué contestar y solo añadí:
     ─Es verdad que se advierte un deterioro del sistema, parece que va en dirección de fabricar más cosas inútiles para aquellos que tienen potencial económico para adquirirlas, en vez de producir cosas necesarias para la subsistencia de muchos, de los insolventes, de los pobres... ¿Y este asunto cómo se podría resolver?
     ─No lo sé, desde la política no creo que haya nadie interesado en resolverlo. Sin embargo, hay unas palabras que escuché una vez y siguen resonando en mi cabeza, quizás por ahí vaya el camino de la solución: «Es necesario construir una civilización de austeridad compartida y acompañada».
     ─No olvidaré esas palabras, pero está todo muy complicado, no sé... ─le dije.



3 comentarios:

  1. Hace poco más de 30 años, no se consumía ni la mitad de plásticos, por ejemplo, que se consumen actualmente. La (in)cultura del “usar y tirar”, desgraciadamente, ha ido ganando terreno de la reutilización. ¿Y cómo hemos llegado hasta aquí? Posiblemente son diversos los factores que han implementado esta cultura, teniendo un gran peso el avance de un sistema productivo y consumista a escala global. Y sí, nos hace falta una cultura de la austeridad o de la sobriedad.

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  2. Es verdad, una lástima, los humanos nos hemos convertido en seres guiados por el “usar y tirar”, por la sensación de que todo es efímero y que los productos que compramos y utilizamos tienen una vida útil muy reducida: siempre empujados por lo nuevo, por más velocidad, más modas o simplemente, por un deseo inexplicable “por el cambio”. Esto no nos lleva a ninguna parte, o sí, nos lleva al desastre.

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  3. Creo que la frase de Zygmunt Bauman del final es un excelente resumen de lo que dice el artículo, actualmente el consumismo nos ahoga y nos lleva a comportamientos ajenos a toda racionalidad.

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