martes, 15 de octubre de 2019

Ideas y palabras que se ajustan...

 

     A mi amigo Kimura no le gusta mucho la playa, le tiene un cierto miedo al mar y dice que el horizonte marino le provoca algo de angustia. Por el contrario ama el bosque, los árboles, los terrenos ondulados. Ayer me decía:
     ─Es lo que siento, pero no le doy más importancia ni busco, a todo eso, explicaciones. Intento escuchar mis emociones, nada más.
     Creo que con estas cosas me provoca y espera que yo le siga el juego y discutamos, así que le contesté preguntando:
     ─¿No buscas explicaciones? Te considero una persona que siempre busca las razones, que trata de racionalizar todo lo que hace o lo que te ocurre. Vamos, un verdadero filósofo.
     Se quitó las gafas, y cerró los ojos con fuerza esbozando una fea y rara sonrisa. Sin ponerse los lentes explicó:
     ─Debes tener en cuenta que cuando tú hablas de filosofía y filósofos estás expresando dos ideas que son, cuando menos, bastante distintas de las mías. Nosotros, Oriente y Occidente, hemos estado muy distantes durante milenios y nuestras culturas han construido y desarrollado cosmovisiones diferentes en casi todos los aspectos de la vida. Aunque también pienso que la conexión entre las diferencias, o los diferentes, puede ser muy enriquecedora.
     ─Es verdad ─le contesté─  tenemos ideas diferentes que van desde la estética a la filosofía, pasando por la ética del trabajo o por la relación del ser humano con su entorno. Tenemos unas mentalidades con sistema de valores distintos, y sobre estos valores están construidas nuestras sociedades, eso nos hace tan diferentes.
     Asintió moviendo la cabeza y después añadió:
     ─No obstante, unos y otros, siempre estamos buscando explicaciones y nos contamos cuentos a nosotros mismos, u a otros, que parecen que tienen una estructura lógica interna pero en realidad la mayoría de los acontecimientos de nuestro alrededor están fuera de nuestro control y son irracionales. ¿No es cierto?
     ─Posiblemente llevas razón. Estoy pensando que, en gran parte, a diario, tomamos decisiones que son exclusivamente de carácter emocional: comer, dormir, hablar o ignorar a alguien, escuchar un tipo de música u otra, leer una cosa u otra, ayudar a alguien o no ayudarlo...
     Se quedó en actitud pensativa y suelo ser muy respetuoso con esas pausas. Después, como despertando, dijo:
     ─Es necesario ser conscientes de que todas las cosas son mucho más irracionales de lo que pensamos y creemos. Lo bueno es percibir las emociones, los diferentes lenguajes del otro, las miradas y la actitud de los demás, para realmente “entender” a un nivel más límpido lo que ocurre a nuestro alrededor. Debemos aceptar nuestra propia irracionalidad. Quizás sea un gran error tratar de racionalizarlo todo, lo inexplicable e irracional. ¿No te parece que sentir es mucho más importante que racionalizar lo irracional?



2 comentarios:

  1. Creo que Kimura tiene razón. La mayoría de nuestros acontecimientos están fuera de nuestro control. Trataremos de dar explicaciones más o menos congruentes,más o menos racionales, pero realmente solo satisfacemos nuestro ego. No miramos más allá.

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  2. Pilar Nacarino Moreno.15 de octubre de 2019, 16:01

    Pienso que tener amigos que piensen diferente a uno mismo, siempre es enriquecedor, en cuanto a los valores, ya tengo mis dudas, creo que mejor tener los mismos valores, o al menos, parecidos.

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