miércoles, 9 de octubre de 2019

De la falta de agua al «Taichí»


     Comenzamos hablando de un aparato que puede extraer litros de agua de la humedad del aire funcionando solamente con energía solar. Kimura y yo coincidimos en que la necesidad de agua se convertirá, si no lo es ya, en uno de los problemas más acuciantes de la humanidad en los próximos años, la escasez hídrica ya está afectando a dos tercios de la población mundial. Por lo visto, el artilugio que han inventado está basado en un material capaz de almacenar una gran cantidad de agua en su porosa estructura. Después me preguntó:
     ─¿Qué tal te va con la práctica del Taichí? Te veo con una voluntad envidiable trabajando diariamente.
     ─Realmente no sé, quizás es simplemente que me gusta ─le respondí.
     ─Sí... Es una pregunta que nos solemos hacer, por qué aprender, por qué practicar y por qué invertir tiempo y energía haciendo Taichí. Yo suelo contestar con una sola palabra: «Salud».
     ─Es buena respuesta pues ahora estoy muy sensibilizado con el asunto de la salud. Quizás eso tenga que ver... no me cabe duda. Aunque, sin embargo, la «salud» puede ser consideraba de varias formas: física, mental, espiritual, filosófica o, incluso, cultural. ¿No te parece?
     ─Sí, es cierto. Y además, cuando la mayor parte de la gente se encuentra distraída con sus dispositivos de comunicación y acelera para poder mantener el trepidante ritmo que se nos impone; aquel que practica Taichí se para, salta un paso atrás y observa, como si fuese una película, todo aquello que a su alrededor sucede apresuradamente.
     Me quedé callado asintiendo con un movimiento afirmativo de cabeza. Kimura prosiguió:
     ─Desde luego hacer Taichí es atesorar un tiempo para recomponer nuestro espíritu, se trata de unos momentos para abandonar el frenesí de las múltiples ocupaciones cotidianas, tiempo para recargar “pilas”, como ahora se suele decir; restablecer fuerzas y calmar la mente.
     Me gustó lo que decía y añadí:
     ─Desde luego eso forma parte de su atractivo y explica, de cierta manera, el motivo por el que muchas personas en todo el mundo aprenden Taichí. Es bueno aprender algo que no desaparecerá como un nuevo artefacto tecnológico, una moda de días, o como una nueva clase de gimnasia.
     Kimura perdió su mirada como si estuviera mirando a un punto muy distante y después de unos segundos dijo:
     ─El Taichí existe desde hace muchísimo tiempo y es curioso que cada día se hace popular. Quizás, en parte, se debe a que es útil para toda las edades y todas las culturas. Es una práctica que puedes realizar hoy y seguir con ella hasta que estés dando tus últimos pasos en este planeta. Me gusta decir que el Taichí es un arte que abarca toda la vida.


Primer encuentro internacional de practicantes de Tai Chi 
en la plaza Tianamen de Pekin (China) en 1998

3 comentarios:

  1. Quizás su éxito esté en lo que dice al final, que se puede hacer a todas las edades.

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  2. Pues te agradezco que te pases de las 100 palabras!!!!

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  3. Yo no me aclaro con tantos nombres chinos: Taichí, Taichí yang, chi kung, shibashi, qigong... ¡Qué lío!

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