Takumi Kimura, mi amigo, está de nuevo en Japón después de pasar unos días en Singapur. Singapur le gusta mucho pero no soporta el clima de allí en esta época. Comentó que su intención es pasar en su casa una temporada y venir a Europa cuando la pandemia del Covid19 la vea controlada. Le pregunté si estaría en la ciudad o en otro lugar y me dijo que en el campo.
Al decir el campo él se refiere a una magnífica casa en el interior de la prefectura de Niigata. Se trata de una antigua granja que hace unos años acondicionó y modernizó pero conservando la estética antigua. También tuvo que modificar los cimientos para reforzar la estructura antisísmica, pues por allí son muy frecuentes los terremotos. Cuando Kimura me invita a ir a Japón siempre me dice que su casa puede resistir movimientos sísmicos de hasta 7,9 en la escala de Richter y que no debería tener miedo. Yo siempre le contesto lo mismo: “¿Y si nos coge en la calle?”.
También le pregunté por la situación del coronavirus en Japón y me contestó que no era algo que le preocupaba demasiado y que creía que estaba muy bien contenido. Después me dio los últimos datos que tenía que mostraban un total de 79.438 casos y de ellos 71.648 curados. Fallecidos en total 1.508. Considera que es una cifra muy pequeña de muertes con relación a una población de 127 millones de habitantes.
─¿Crees que hay algo especial a considerar que explique este número tan reducido de casos y muertes en tu país?
Se quedó pensativo unos instantes y respondió:
─Probablemente se deba a varias causas pero hay una hipótesis que a mí me llama mucho la atención y que me parece muy curiosa.
─¿Cuál es? ─pregunté con rapidez.
Sonrió y añadió después:
─El doctor Tatsuhiko Kodama, de la Universidad de Tokio, cuya dedicación principal es investigar cómo los pacientes japoneses reaccionan al virus. Sostiene la hipótesis de que Japón pudo haber sufrido el coronavirus en alguna época anterior. No exactamente el Covid19, sino algún virus muy parecido que pudo haber dejado a su paso una “inmunidad histórica”. Él insiste que un virus similar al SARS habría circulado por aquellas regiones de Asia en tiempos anteriores. Esto también podría explicar las bajas tasas de mortalidad, no sólo en Japón, sino en gran parte de China, Corea del Sur, Taiwán, Singapur, Hong Kong y otras zonas del Sudeste Asiático. ¿Qué te parece? ─preguntó.
─Me parece una hipótesis muy interesante si la pudiese probar, imagino que eso no será demasiado fácil. ¿Tú como lo ves?
─Yo soy escéptico, me parece difícil que sea eso. Pienso de manera más simple.
Comencé a reír y le dije:
─¡Será la primera vez que veo a un japonés que piensa de manera simple!
Reímos ambos de buena gana y después añadió:
─Confío más en tratar de evitar las «TRES C».
─¿Qué es eso?
─Pues mira, se trata de algo muy conocido ya. Evitar espacios cerrados con poca ventilación, “Closed spaces”, escapar de los espacios llenos de gente, “Crowded places”. Y el “Close contact”, es decir evitar los contactos cercanos y las conversaciones cara frente a cara.
─Sí, es verdad, es algo conocido ─contesté.
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