miércoles, 1 de septiembre de 2021

El "metaverso" que nos viene (I). Aproximación al "metaverso".

 

      Desde hace ya algún tiempo, en revistas más o menos especializadas, la palabra “metaverso” es de uso bastante común. Se supone que es una contracción del prefijo “meta” ('más allá', 'después de') y del sustantivo universo. También, en diferentes ocasiones, algunos amigos me han preguntado que hay detrás de esta idea emergente; ellos suponen que como fui profesor de “cosas raras” (Inteligencia Artificial) en la Universidad les puedo dar cumplida respuesta a sus dudas. Tendré que intentarlo, ¿no?

      He numerado este artículo porque, probablemente, voy realizar varios escritos sobre este asunto, que se me antoja extremadamente interesante y, pienso, que pronto se empezará a hablar mucho de todo lo que esto traerá consigo.

      El origen de la palabreja (que ─dicho sea de paso─ a mí no me gusta) está en una novela titulada “Snow Crash” que se publicó a principios de la década de los 90 en el pasado siglo. Su autor fue un escritor de ciencia ficción llamado Neal Stephenson. De él tuve ocasión de leer antes una obra titulada “Anatema”, que, francamente, no me gustó. La vi muy barroca, pretenciosa y repleta de especulaciones metafísicas que superaban mis capacidades imaginativas. 

      Poco después alguien me recomendó que leyese “Snow Crash”, pero no tuve valor para abrirlo; ni tan siquiera para leer las primeras líneas. Aunque sé que va de un tal Hiro, ─el protagonista─ que en el mundo real es repartidor de pizzas pero en el "Metaverso" es un príncipe guerrero. Y en ese "Metaverso" se enfrenta a un virus misterioso que amenaza con provocar un apocalipsis (¿"Infocalipsis"?).

      En la obra de Stephenson, el "Metaverso" se presenta a sus usuarios como un ambiente urbano, que se encuentra en los bordes de una única carretera de 100 metros de ancho denominada "La Calle" y que recorre totalmente la circunferencia de muchos kilómetros de radio de una esfera de color negro. Más no sé, pero hoy mismo voy a empezar a leerlo, ahora me ha picado la curiosidad.

      Pero, volviendo al “metaverso”, el “metaverso” sería algo como un entorno en el que los usuarios interactúan social y económicamente, provistos de unas sofisticadas gafas de realidad virtual y otros aditamentos electrónicos especiales.

      Como ejemplo simple, se me ocurre, que en un “metaverso” que recrea ─o se sitúa en París─ podríamos visitar y subir a la Torre Eiffel, conversar en francés con los amigos que nos acompañen, comprar algunos recuerdos virtuales en un tenderete de los alrededores. Ir después al Louvre (en donde se podrá entrar gratis o pagando, según lo que el software exija) y ver sus obras de arte. Igual podemos ir a Notre Dame y asistir a una ceremonia religiosa. Algunos autores dicen que se trata de algo así como una metáfora del mundo real, una especie de mundo paralelo virtual en el que podemos sumergirnos cada vez que lo deseemos. Allí no tendremos más limitaciones físicas, o económicas, que las que el software nos imponga. Se podrían tener conferencias de trabajo virtuales, vender productos, tener páginas Web 3-D, aprender una asignatura en una universidad...

      Los usuarios serán representados en esos mundos paralelos por avatares digitales elegidos por ellos.

      Creo que pronto vamos a tener que pensar seriamente en que hemos de vivir en mundo en donde mucha gente ─sobre todo de las nuevas generaciones─ desarrollará infinitas tareas en un espacio de interacción compartido creado por una peculiar fusión entre lo físico ─o real─ con lo digital. Se tratará de un espacio en el que las personas puedan jugar, socializar, y también trabajar y, por supuesto, realizar actividades económicas. En este, ¿mundo?, la realidad estará mejorada por capas digitales, y será un mundo virtual con persistencia, como sucede en el real. De alguna forma hablamos de algo que es posible que se transforme en el próximo paso ─revolucionario totalmente─ de la evolución de Internet.

      Pero no nos asustemos. Para esto, y aunque ya se están invirtiendo millones de dólares, quedan por lo menos diez años. 

      No obstante, seguiremos hablando del tema.

12 comentarios:

  1. Perturba y fascina. Enhorabuena Dr. Lo comparto con mis amigos tertulianos.

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    1. Muchas gracias Gonzalo, me encanta que te haya gustado.
      Un fuerte abrazo.

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  2. ¿Entiendo bien que la idea es crear un espacio parecido a Internet, o un paso grande más allá, pero en el que los usuarios por medio de avatares puedan viajar por dentro y pueden interactuar entre sí en tiempo real?
    Esto es muy interesante y es el futuro. Gracias Ignacio.

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    1. Creo que lo has captado ─y sintetizado─ perfectamente. Es exactamente eso con multitud de vertientes añadidas, pero básicamente es eso.
      Un abrazo y gracias por tu comentario.

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  3. Esto será como una réplica virtual de nuestro mundo en el que podremos comunicarnos y vivir experiencias con otras personas a través de un entorno virtual, ¿es así?
    ¿Es algo así como lo que describe la novela «Ready Player One» o la película de Steven Spielberg del mismo nombre?

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    1. Efectivamente, es exactamente como dices.
      Aunque he oído hablar de la película y de la novela no he tenido ocasión de leer el libro ni de ver el film, tendré que ponerme a ello.
      Un cordial abrazo y gracias por tu comentario tan clarificador.

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  4. El tema me apasiona, gracias profesor, espero los próximos capítulos impaciente.

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    1. Creo que me he metido en un berenjenal, pero intentaré salir lo más airoso posible. Ya estoy pensando en la próxima entrega, veremos qué tal sale.
      Gracias nuevamente.

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  5. ¡Qué tema más interesante! Aunque preocupa afrontarlo desde nuestra situación vital: ¡Con nuestros años y achaques!

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  6. Buen día y fascinante tu explicación del metaverso !! Los mundos paralelos siempre me han atraído y me gusta fantasear con las posibilidades que podrían darse con respecto al real en una misma situación o fracción temporal. En determinados estados anímicos incluso a veces te dá la sensación de haber traspasado esa barrera espacio-tiempo.
    Bueno, me he desviado un poco porque no he contemplado la inmersión en el mundo digital.
    Leeré con gusto lo que escribas sobre el tema.

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  7. El proyecto me parece fascinante, pero en este momento se me agolpan las ideas, los sentimientos, el miedo y la curiosidad de cómo será el desarrollo de nuestros avatares dentro de ese mundo virtual. Este avance en Internet es cautivador, por lo que espero, yo diría que con ansiedad, tus posteriores comunicaciones

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    1. Muchas gracias por tu comentario Eugenio, seguiré escribiendo reflexiones sobre este tema que me apasiona y que está ligado al futuro con relaciones estrechas en muchísimos ámbitos de nuestra vida, como la enseñanza, la publicidad, la sanidad...
      Un cordial abrazo.

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