Hemos comentado en los dos capítulos anteriores algunos aspectos de las diferentes “realidades” y aún quedan las más relevantes y actuales, la “realidad aumentada” y la “realidad híbrida”, que veremos más adelante.
Escribo estas notas sobre los “metaversos” de un modo no planificado, sin ningún plan preestablecido. Se me van ocurriendo ideas que voy entrelazando y plasmando lo mejor que puedo para que sean lo más asimilables posible.
Hoy abrí los ojos en la mañana un poco obsesionado ─he de reconocerlo así─ con el recuerdo de algunas de las fantasiosas imágenes de la película “The Matrix”, que muchos habréis visto, o seguro que la habéis oído nombrar alguna vez. El argumento de la trilogía (aunque tengo entendido que en diciembre de este año 2021 se estrena “Matrix IV”) es sencillo de comprender. Se trata de que un experimentado informático descubre que el mundo en el que habita es una simulación ─radical y total─ creada por una inteligencia superior con fines perversos (¿Una “ciberinteligencia”?). “The Matrix” es un film distópico repleto de alusiones y referencias mitológicas, religiosas, filosóficas y científicas (o mejor dicho paracientíficas).
No es intención mía entrar en cuestiones de carácter cualitativo respecto de la película que a unos encanta y a otros horripila. En realidad creo que “The Matrix” es una especie de paradoja muy interesante. De hecho, aunque parezca que son cosas imposibles de probar, hay investigadores que piensan que dentro de algunos años será posible encontrar evidencias experimentales de que estamos viviendo en un juego de ordenador de avanzadas ─e impensables─ características.
Paradoja que expresaba muy bien el astrofísico Neil DeGrasse Tyson, actual director del Planetario Hayden perteneciente al Museo Americano de Historia Natural, en la ciudad de Nueva York.
Este experto planteaba: «En algún lugar podría haber un ser cuya inteligencia sea mucho mayor que la nuestra. Nosotros seríamos unas entidades estúpidas, disminuidas y ruidosas para esa mente. Si éste es el caso, sería fácil imaginar que todo en nuestras vidas es sólo una creación de alguna otra entidad para su entretenimiento».
A veces yo también lo pienso...
Hasta ahora me había negado a ver "Matrix" ni nada que se le pareciese, pero tú escrito e interpretación me hacen que cambie de opinión y voy a buscarla, entonces te diré.
ResponderEliminarUn abrazo.
Intentaré ver la segunda y la tercero de la trilogía, sólo conozco la primera película y me costó acabarla. El interés de hablar aquí de la "The Matrix" no es defender ni recomendar el film, es el de contribuir a aclarar el concepto de "Metarverso".
EliminarSin duda leeré con interés tu opinión cuando la veas.
Un abrazo Carlos.
La verdad es que esa idea de una inteligencia superior en el siglo XXI no deja de ser la idea arquetípica de Dios que ha acompañado desde siempre al ser humano. O tal vez se trate de conceptos contrapuestos: El Bien (Dios), y el Mal (ésa Inteligencia Superior de fines perversos), como forma de configurar la Utopía o la Distopía en el universo.
ResponderEliminarDesde luego tengo claro que hay "metaversos" agradables y desagradables, el de "Matrix" es de los más desagradables. En cuanto a la película como tal opino que tiene más de cómic que de otra cosa, me pareció una película de consumo y sin categoría ninguna. Ahora, es verdad que da una idea bastante clara de lo que debe ser un "metaverso".
ResponderEliminarNetflix, sumó a su catálogo está trilogía. No he visto ninguna porque no me llaman la atención este tipo de películas.
ResponderEliminarSi que es verdad que se ha convertido en un referente en el cine de ciencia ficción.