sábado, 11 de septiembre de 2021

El "metaverso" que nos viene (V). El primer "viaje".

 

      Es mi primer “viaje” a un metaverso. El experto coloca en mis brazos unos sensores con cables finos muy flexibles, también unos suaves guantes, que cubren toda la mano y unos discos que se pegan a las falanges de cada dedo. Dos cintas rodean mi cuerpo, una por el tórax y otra por la cintura y he perdido un poco la cuenta del número de cables que tengo alrededor. En los pies me ponen una especie de pulseras anchas. Luego viene el ajuste del casco. Tarda un poco, pero ya no veo nada, noto una serie de manipulaciones; el experto sitúa bien unos auriculares en mis orejas. Indica que me siente delante de una cinta de correr plana un poco extraña y que espere un par de minutos. Dice que me dará un golpecito en el hombro unos segundos antes de que comience el singular viaje.

      Me habían explicado que el viaje no duraría mucho, que era mejor irse acostumbrando poco a poco a las visitas al metaverso; que se trataba de un periplo corto y amable, sin sobresaltos. Cierto es que estaba algo nervioso, o inquieto; percibí que mis latidos se había acelerado. Me sentía rígido y pesado.

      Sentí un apretón en el hombro derecho y comenzó a sonar en mis oídos una música alegre y suave. Inmediatamente escuché una voz que me invitaba a abrir los ojos a ponerme de pie sobre la cinta de correr que tenía delante.

      Me inundó un mundo de color, me pareció estar en una ancha acera de una enorme avenida en la que se veía poca gente, algunos automóviles pasaban por ella. Giré la cabeza y noté que un muñeco que había cerca también giraba la cabeza, rápido me di cuenta que ese muñeco era mi avatar, o sea yo mismo. Levanté la mano izquierda y moví los dedos, el avatar hizo lo mismo; sonreí y también lo hizo el avatar. Comencé a andar muy despacio. Un avatar de señorita se cruzó conmigo y me saludó sonriente. Levanté la mano levemente para corresponderle.

      Estuve unos minutos, no sé cuántos, disociado, yo era “uno” y el avatar era “otro”. Pensaba en el proceso que se realizaba, el casco y los demás sensores, el casco gestionaba los movimientos de la cabeza, la cara y el resto del cuerpo , le proporcionaban un flujo continuo de datos respecto respecto a posición y orientación en un espacio tridimensional. El computador, a su vez, ordena la pantalla del casco, provocando un estímulo visual sincronizado con los movimientos de la cabeza y del cuerpo.

      Miré unos atractivos escaparates a mi izquierda con letreros en inglés y, cuando los miraba, aparecían en la pantalla unos recuadros (como los de WhatsApp) con la traducción de las frases y palabras. Si ponía mi atención en cualquier cartel inmediatamente aparecía la traducción de lo que decía. Luego me salió una invitación para que entrara en una academia de idiomas que encontraría cien metros más adelante en la misma avenida. Podía notar perfectamente que mi yo corporal iba difuminándose y que el avatar tomaba, poco a poco, todo el protagonismo de mi persona, se estaba produciendo la neuro-transferencia.

      Di unos pasos más rápidos hasta ver el centro de enseñanza de idiomas, una señorita en la puerta me dijo en español que me estaban esperando para la primera clase de inglés. Le pregunté que en qué ciudad me hallaba y respondió con melodiosa voz:

      ─In London, of course!

      Comenzó a sonar la agradable música del principio y muy lentamente se fue apagando la pantalla...

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. En este quinto artículo intento, mediante un viaje ficticio aclarar más el citado concepto.
      El "metaverso" será algo corriente y habitual dentro de muy pocos años en casi todas las áreas de la vida: enseñanza, sanidad, ocio, publicidad economía...

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  2. ¿Ficticio dices? ¡Yo hubiese jurado y perjurado que era verdadero!
    Creo que voy captando perfectamente el sentido y el concepto de "metaverso" y ya voy entendiendo que los "metaversos". Habrá muchos "metaversos" distintos y para muchas cosas. Nos van a inundar en poco tiempo. ¿El mundo político entrará también en ellos?
    Un abrazo.

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    1. El mundo político no desperdiciará la ocasión, no lo dudes.
      Un abrazo Carlos.

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