En el 'post'
anterior hablaba de la insistencia, y me faltó decir que es uno de los
principales componentes de la manipulación (o si queréis, de la
automanipulación) pero hay otros que no es posible obviar, por ejemplo, todo
aquello que se relaciona con el contenido y el envoltorio de nuestra
personalidad, o de nuestra persona; no vamos a hacer ahora distingos en esto.
Veamos...
Posiblemente
esto que voy a decir sea un poco duro para algunos castos oídos pero me consta
que es verdad, al menos en un elevado tanto por ciento de casos que he visto a lo largo de mi vida.
Mira, tú puedes ser alguien muy inteligente y capacitado, tú puedes ser ─también─ un trabajador eficaz, leal y honrado, pero si no puedes convencer a los demás de estas cualidades que posees, el ser todas estas cosas te servirá de poco, de muy poco.
Lamentablemente es así, la gente no juzga a los otros por lo que son o por lo que saben, lo juzgan por la apariencia; por lo que aparenta. Ya lo dijo el célebre Nicolás Maquiavelo que sabía mucho de estos asuntos:
Indudablemente, las cosas son como son y no como debieran ser, o como nos agradaría que fuesen. Con cierta tristeza debo admitir que el contenido tan sólo vale lo que valga el envoltorio. Si uno no sabe "venderse" bien, de poco le valdrá su talento; es más, ese talento será utilizado por alguien que se pondrá todas las medallas.
Lo miremos por donde lo miremos, es
importante convencer a los demás de que poseemos buenas cualidades y tenemos que insistir hasta que nos crean. La sensación de ser estimado nos hará un millón de veces
más feliz que sabernos ─creernos─ un genio anónimo e incomprendido.
Es una buena definición de como ser de acuerdo a los requerimientos del Capitalismo Salvaje. Aparentar, es uno de sus principales requisitos. "Vender una imagen", que pueda ser comprable, y así vamos adoptando caretas en todo tipo de ocasión.
ResponderEliminarQue destaque el "envoltorio", no hay que buscar el contenido. Es dar valor a lo "aparente"... superficial... y adaptarse según las normas que exige el mundo exterior. Vivir, para que los demás me aprueben. ¿Y mi verdadero yo... dónde queda?... la propuesta es jugar el "son que me toquen"... o ser yo, sin máscaras?... para estar en paz interiormente, y al tener Paz, gozar de los demás en plenitud, libre, en coherencia con lo que pienso, siento, digo y hago, como ser individual íntegro.
ResponderEliminar"Venderse bien"... que percibo es la propuesta, pasa por amarse uno más como persona, que como objeto, que guste a los demás, y así ser aceptado... ser "aparentemente amado"... por la imagen que vendo, y no por lo que soy en realidad. El común denominador de la población? aparenta... en qué haría la diferencia? si me sumo a ellos que invierten en el "arte del aparentar".
ResponderEliminarSi nos vemos desde el punto administrativo, definitivamente, seremos esclavos de las demandas del mercado. Y es triste.
Si nos vemos desde el punto de vista administrativo, definitivamente seremos esclavos de las leyes, y demandas del mercado. !Triste papel!.
ResponderEliminarQue verdad encierran tus palabras, Ignacio. Hoy se valora más la apariencia que ha esencia. En realidad somos lo que parecemos. No es verdad aquello de que el buen paño en el arca se vende. Nadie va a venir a tratar de descubrir nuestros valores, si no los mostramos nosotros no existirán, nadie los conocerá, nadie nos valorará. No debería de ser así, pero así es.
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