En realidad se trata
del declive de una civilización y el nacimiento de otra, u otras. Estamos en
los prolegómenos de una nueva era o edad desconocida, de un nuevo mundo, que no
tiene porque ser mejor ni peor; eso sí, será muy diferente. Posiblemente esta nueva
"Edad" (pongámosle el nombre que queramos) aún tarde unos pocos de
años en eclosionar, ¿digamos en el próximo siglo XXII? Pero, ahí está llegando,
imparable. Y se nota en muchos y variados aspectos, es la ola de tiempo nuevo
que ─como decía Alvin Toffler─ nos puede ahogar si no sabemos surfear sobre
ella.
Las religiones no
están a salvo y ya, también, están sufriendo violentos embates.
¿Sabéis de qué me
estoy acordando ahora? Pues me acuerdo de aquella historia del rey nazarí
Boabdil cuando en el lugar que hoy se llama El Suspiro del Moro, que
está camino de las Alpujarras, escuchó las palabras de Aixa, su madre, que le
dijo: "Llora como una mujer lo que no supiste defender como un
hombre". De todas formas Boabdil supo contestarle a su madre de un modo certero:
"Tampoco tú supiste defenderla, ni fuiste lo bastante hábil para cambiar
ni tu destino ni el mío".
Si, es cierto, creo que estamos en el final de una era, y no se si no tendremos que llorar, por no saber conservar las cosas buenas que hemos tenido, y que poco a poco hemos ido dejando de valorar. El tiempo lo dirá, aunque no lo veremos.... O si.
ResponderEliminarPues llevamos un caminooo.....
ResponderEliminarLeer estas cosas me sienta mejor por la mañana que por la noche. Y sí, es verdad, estamos viviendo el prólogo de un mundo nuevo pero no sé yo si el desarrollo hasta llegar al mismo va a ser tranquilo. Desde luego a mí no me va a coger, estás evoluciones son lentas, el paso de la Edad Media a la Edad Moderna no sucedió en pocos años, ni en todos los lugares fue igual, quizás se consolide en el siglo XXII y me parece, incluso, pronto.
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