domingo, 23 de febrero de 2020

El retorno cíclico de mi 'Padre Nuestro'


     Creo que lo escribí hace más de quince años, quizás entre quince y veinte. Recuerdo que se me ocurrió un día cuando ─casi al amanecer─ paseaba a mis perros Shambeh (eso quiere decir ‘sábado’ en idioma iraní) y Kussy por el parque. Caminaba cerca del borde del río y ya aparecían frente a mí, por el Este, las primeras claridades. De súbito se me ocurrió ese ‘Padre Nuestro’ al que luego, en casa, dí forma definitiva.
     Después lo lancé a volar por Internet; antes lo envíe a algunos amigos y también lo puse en algunos foros.
     Estuvo retenido en mi memoria durante algún tiempo y luego lo olvidé. Cuando pasaron unos años lo recibí en un e-mail, un amigo me lo enviaba sin tener la más leve sospecha de que yo era el autor de la oración que me remitía. Pasados dos o tres, años, otra vez lo volví a ver en Internet. Desde entonces lo he encontrado de diversas maneras varias veces. Ayer lo volví a recibir; parece que de forma cíclica regresa, como si no quisiese separarse de mí, ni ser olvidado.
     Hoy lo he releído, con mucho cariño ─ya por enésima vez─ y he decidido darlo a conocer, otra vez, desde aquí.
     Al fin y al cabo forma parte importante de “mis cosas”...  

2 comentarios:

  1. Hace tiempo que no veía ese Padre Nuestro y lo acabo de recordar según lo iba leyendo y me sigue pareciendo una oración preciosa, pura y sincera. Creo que también al Él le gustará. ASÍ SEA.

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  2. Es una preciosa historia circular, Ignacio, e igualmente preciosa tu versión de la oración secular del padrenuestro. Me ha gustado mucho.

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