jueves, 9 de julio de 2020

El río de mi olvido


EL RÍO DE MI OLVIDO. Crisol T. www.portuenses.com (09.10.2008)
     Hoy quería dejar tranquilos a los políticos y a la política, deseaba escapar de ese campo de hastío. Aunque no se puede escapar del todo, ya saben ustedes aquella frase que dice que "la política es demasiado importante para dejarla en manos de los políticos". Hay gente que me azuza con el asunto de la limpieza y me sugiere que escriba algo sobre eso tan prosaico. Me horroriza ese reduccionismo que lleva a pensar que la limpieza es lo único y lo exclusivo para enjuiciar la labor de un gobierno municipal. Además ya escribió sobre ello mi amiga Socorro de manera magistral en su artículo "El paradigma de la limpieza". Poco más se puede decir sobre eso.
     Aunque siempre hay temas para escribir, pues es inagotable el saco de noticias, asuntos, curiosidades... hay veces que una se encuentra como bloqueada y desidiosa y entonces el que salga alguna cuestión es un poco difícil. Para este artículo el trasunto salió de una manera sorpresiva e inesperada; una amiga me preguntó:
     —¿Por qué utilizas el nombre de Crisol T. como pseudónimo para tus escritos? Me quedé en silencio un ratito, con una sonrisa de complicidad conmigo misma, y con los ojos mirando hacia arriba y a la derecha, que dicen que es donde se mira cuando se intenta recordar algo.
     Mi voz salió suave recitando lentamente, saboreando cada palabra:
     Tú, pueblo mío, seguirás creciendo
     sobre mi tumba, hasta rascar los cielos,
     encaramándote en mis huesos.
     Entre tus lindes seguirán naciendo
     niñas con alas. Seguirá latiendo
     tremendo, el turbio amor.
     Seguirán yéndose agotando y muriendo...

     Creí que a mi amiga la daba un síncope o algo parecido, me miró con los ojos casi fuera de las órbitas. No la dejé decir nada y le expliqué:
     —Esos son unos versos del libro "Del río de mi olvido" de nuestro eximio poeta José Luís Tejada, de un bello poema que se titula El Puerto de qué futuro. Pareció que estas palabras la tranquilizaron un poco pero compuso una cara todavía interrogadora. Proseguí mi explicación:
     —La estrofa final de la poesía es:
     Crisol, al sol, de almas
     de muertos vivos y de muertos muertos
     que te alimentas de miradas, de palabras
     y de sombras sagradas y sangradas. Misterio
     voraz, que nutres tu no ser apenas
     con tantos seres verdaderos.

     —¿Ves? —ya parecía reaccionar—. Esos versos fueron los inspiradores para adoptar el pseudónimo: Crisol, al sol, de almas.
     Empezó muy pausadamente a mover la cabeza en señal de asentimiento y añadí:
     —Además crisol es una preciosa palabra, una metáfora en si misma, cuyo sentido figurado es el de un lugar donde interactúan y se unen distintas personas, ideas, culturas... engendrándose una síntesis de todas ellas.
     Aún me preguntó:
     —¿Y la 'T'? ¿Qué significa la "T"?
     —Muy simple. La 'T" es mi particular y sentido homenaje a José Luís Tejada de quien tomé la palabra crisol.
Crisol T.

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