EL RÍO DE MI OLVIDO. Crisol T.
www.portuenses.com (09.10.2008)
Hoy quería dejar tranquilos a los
políticos y a la política, deseaba escapar de ese campo de hastío.
Aunque no se puede escapar del todo, ya saben ustedes aquella frase
que dice que "la política es demasiado importante para dejarla
en manos de los políticos". Hay gente que me azuza con el
asunto de la limpieza y me sugiere que escriba algo sobre eso tan
prosaico. Me horroriza ese reduccionismo que lleva a pensar que la
limpieza es lo único y lo exclusivo para enjuiciar la labor de un
gobierno municipal. Además ya escribió sobre ello mi amiga Socorro
de manera magistral en su artículo "El paradigma de la
limpieza". Poco más se puede decir sobre eso.
Aunque siempre hay temas para
escribir, pues es inagotable el saco de noticias, asuntos,
curiosidades... hay veces que una se encuentra como bloqueada y
desidiosa y entonces el que salga alguna cuestión es un poco
difícil. Para este artículo el trasunto salió de una manera
sorpresiva e inesperada; una amiga me preguntó:
—¿Por qué utilizas el nombre de
Crisol T. como pseudónimo para tus escritos? Me quedé en silencio
un ratito, con una sonrisa de complicidad conmigo misma, y con los
ojos mirando hacia arriba y a la derecha, que dicen que es donde se
mira cuando se intenta recordar algo.
Mi voz salió suave recitando
lentamente, saboreando cada palabra:
Tú,
pueblo mío, seguirás creciendo
sobre
mi tumba, hasta rascar los cielos,
encaramándote
en mis huesos.
Entre
tus lindes seguirán naciendo
niñas
con alas. Seguirá latiendo
tremendo,
el turbio amor.
Seguirán
yéndose agotando y muriendo...
Creí que a mi amiga la daba un
síncope o algo parecido, me miró con los ojos casi fuera de las órbitas. No la dejé decir nada y le expliqué:
—Esos son unos versos del libro
"Del río de mi olvido" de nuestro eximio poeta José Luís
Tejada, de un bello poema que se titula El Puerto de qué futuro.
Pareció que estas palabras la tranquilizaron un poco pero compuso
una cara todavía interrogadora. Proseguí mi explicación:
—La estrofa final de la poesía
es:
Crisol,
al sol, de almas
de
muertos vivos y de muertos muertos
que
te alimentas de miradas, de palabras
y
de sombras sagradas y sangradas. Misterio
voraz,
que nutres tu no ser apenas
con
tantos seres verdaderos.
—¿Ves? —ya parecía
reaccionar—. Esos versos fueron los inspiradores para adoptar el
pseudónimo: Crisol, al sol, de almas.
Empezó muy pausadamente a mover la
cabeza en señal de asentimiento y añadí:
—Además crisol es una preciosa
palabra, una metáfora en si misma, cuyo sentido figurado es el de un
lugar donde interactúan y se unen distintas personas, ideas,
culturas... engendrándose una síntesis de todas ellas.
Aún me preguntó:
—¿Y la 'T'? ¿Qué significa la
"T"?
—Muy simple. La 'T" es mi
particular y sentido homenaje a José Luís Tejada de quien tomé la
palabra crisol.
Crisol T.
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