viernes, 8 de mayo de 2020

El "yo esencial" de Kimura


     Hoy Takumi Kimura estaba muy filosófico, está ─como todos estamos─ un poco harto de la situación. Él no suele hablar de política española, dice que hablar de la política de un país extranjero es una falta de respeto, pues no se tienen conocimientos suficientes para juzgar todo aquello que ocurre. Comenta que ya le es muy complicado hablar de la política del Japón y que hablar de España sería inadecuado por su parte. Llegados a ese punto le pregunté:
     ─¿Hablamos de la libertad?
     ─Sí, aunque a veces el hablar de la libertad supone fricciones con la política. Podríamos hablar de la vida y la libertad, ¿no te parece?
     Hoy tomaba una infusión muy oscura, no era su té verde habitual. Y le interrogué antes a ese respecto:
     ─¿Qué tomas hoy? Veo el vaso muy oscuro, ¿no es té verde?
     ─No. Hoy no es té, es una infusión de “cola de caballo”, así decís por aquí. En Japón comemos los brotes de esta planta en primavera como cualquier otro vegetal, el resto del año la tomamos, a menudo, como infusión. Tiene muchas minerales y vitaminas.
     ─¿Y la tomas para algo en particular?
     ─Sí, ya sabes que a nuestras edades hay que cuidar los asuntos de la próstata y de la vejiga. En mi país está recomendada para eso, aunque en realidad sus aplicaciones son múltiples y se conocen desde la más remota antigüedad.
     Cambié de tercio y dejé caer la pregunta así:
     ─¿Vivir y ser más libre?
     Me respondió con su laconismo oriental:
     ─Eso es vivir sin muchas complicaciones ─hizo una pausa larga y añadió─: ¿Sabes qué es el “yo esencial”? También le llamo “yo nuclear”
     ─He escuchado y leído esa expresión del “yo esencial” pero no llego a comprenderla del todo. Esos conceptos orientales ya sabes que son bastante complejos para nosotros.
     ─En mi país, y otros del Extremo Oriente, se nos repite mucho que no nos pongamos etiquetas y digamos cosas como: “Soy así” o “soy de aquella otra forma”. No cabe duda que cada uno de nosotros desempeña roles diferentes en la sociedad en la que vivimos. Uno persona es militar, otro es maestro y, otra, ama de casa. Y, claro, estos distintos papeles que jugamos también son nuestro «yo». Pero en nuestro interior existe otro “yo”, ese es el “yo esencial”.
     ─Entiendo pero, ¿cómo es ese otro yo, ese “yo esencial”?
     Se paró a pensar un poquito como siempre suele hacer, después siguió hablando:
     ─Todos tenemos otro yo en nuestro interior, es como otra versión de nosotros mismos, una versión más íntima, más libre, más despejada y con un mayor potencial. Se trata del verdadero protagonista de nuestra vida, es el “yo” real y auténtico que habita en nuestro interior.
     Quise que me aclarará más la idea y le pregunté:
     ─¿Y siempre somos conscientes de la existencia de ese “yo” interno?
     Miró al vacío, tardó unos segundos en responder:
     ─No. Me temo que muchas veces no somos conscientes de él... Está ahí, pero debemos despertarlo...

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