jueves, 13 de agosto de 2020

Briseida; el báculo y el camino


     Mi amiga Briseida se debe de levantar muy temprano, esta mañana me llamó unos minutos después de las siete. Aún somnoliento escuché sus disculpas porque ayer se tuvo que marchar con prisas y no pudo seguir charlando conmigo. Le contesté ─como pude─ que el tema que estábamos tratando me parecía apasionante y que estaba deseando seguir hablando de todo eso. Y no sé cómo me salió, pero le pregunté si todavía seguía esquiando. Escuché sus risas y me respondió que ya no estaban sus huesos en condiciones de resistir una caída; que la nieve le encantaba y desde sus ventanas veía las montañas cuando se volvían blancas, pero que ya no esquiaba. Me dijo que algunas veces siente una necesidad perentoria ─e irresistible─ de subir a la montaña y se marcha allá con algunos amigos, pero que ya no se puede poner los esquís.
     Luego comentó que estaba aterrada con lo que sucedía en España, que aquí sólo se hablaba del coronavirus y poco más. Me explicó que había visto algo una televisión y escuchado algunas emisoras de radio y todo era coronavirus. Entonces me preguntó:
     ─¿Tú sabes quién es Jon Rappoport?
     ─¡Ni idea! ─contesté rápido.
     ─Jon Rappoport, es un periodista de investigación norteamericano, fue nominado hace años al premio Pulitzer.
     ─¿Tiene algo que ver con el “globalismo”, el “NOM” y todo eso? ─le pregunté poniendo cara de sorpresa.
     No tardó en su respuesta ni un segundo, diciéndome:
     ─Rappopot ha sido amenazado de muerte en varias ocasiones por sus investigaciones sobre un presunto fraude en la industria farmacéutica norteamericana. Sus dudas comenzaron cuando leyó un trabajo, publicado en el año 2000 en el Boletín de la “American Medical Association por la Dra. Barbara Starfield. El artículo se titulaba: “¿Es la salud de los Estados Unidos realmente la mejor del mundo?”. La doctora Starfield afirmaba que el sistema sanitario de los Estados Unidos mataba a 225.000 personas al año, de las que 106.000 morían por la acción de medicamentos que estaban homologados por la FDA (Food and Drug Administration).
     ─¡Eso es muy fuerte! ─exclamé.
     ─Sí, sin duda ─afirmó Briseida─. Los resultados de las indagaciones de Rappoport, daban que la FDA había aprobado la utilización de medicamentos a las empresas farmacéuticas, sabiendo que eran tóxicos. Es muy relevante el caso de los laboratorios Merck, único fabricante autorizado por la FDA para vender la vacuna contra la parotiditis (paperas) en los EE.UU. En el 2010 dos virólogos que habían trabajado para los laboratorios de Merk presentaron una demanda contra empresa.
     ─¿Entonces falseaban datos para que pareciese eficaz su vacuna contra la parotiditis?
     ─Sí, eso mismo. Las ventas totales de ese medicamentos supusieron más de 27.000 millones de dólares de beneficios. Ten en cuenta que esa vacuna fue aprobada hace casi 60 años.
     ─Bueno, ¿y eso que tiene qué ver con el “globalismo”?
     Briseida sonrió con la certeza de que me estaba sorprendiendo mucho con sus planteamientos:
     ─Mira, desde la visión “globalista”, esto tiene un significado claro: para que estas maniobras malvadas salgan adelante, la población de un país, o la del mundo, debe ser sometida a un estado incondicional de obediencia. Jon Rappoport está seguro de que hay lazos de unión entre esta obediencia sumisa y los objetivos generales de la Agenda Globalista en conexión con una especie de mafia, un cártel, médico-farmacéutico a nivel mundial. ¿Tan difícil lo ves?
     ─No lo veo difícil, creo que es así. Pero es duro ver la realidad. Te contaré una pequeña historia. Yo tenía un colega y amigo ─un tipo tremendamente racional y lógico─ que había visto levitar a una persona varias veces. Él juraba y perjuraba que era verdad, que había visto al individuo levitar y estaba totalmente convencido de ello. Entonces le pregunté, “¿esto no cambia en nada tus creencias?” Y él me contestó: “Prefiero no creer en lo que, sin ninguna duda, he visto. Así no tengo que replantearme mis creencias y cambiar mi vida”. ¿No nos pasa un poco eso a todos?
     Mi amiga se quedó pensativa sin perder la sonrisa. Luego añadió:
     ─Sí, sin duda. Es muy difícil agarrar el báculo y lanzarse al camino...


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