viernes, 28 de agosto de 2020

¿Todo empezó con el "VeriChip"?


     Hoy me decía Briseida que esto va a marchas forzadas, que el coronavirus lo está acelerando todo y nos van a llegar novedades insospechadas. Continuó comentando cuestiones sobre las próximas vacunas y las posibilidades de que llevasen un microchip añadido y que estábamos a un corto paso de que la gente aceptará este mecanismo de control insertado bajo su piel. Alarmado le pregunté:
     ─¿Tú crees que de verdad llegaremos a eso?
     ─No abundan las informaciones de cómo están los avances última hora en este asunto, pero pienso que es cuestión de poco tiempo de que convenzan a media humanidad, de la conveniencia y necesidad, de implantarse un chip, o varios, para seguir sobreviviendo, y no pienso que haya un levantamiento mundial contra estas intenciones del mando “globalista”. Imagino que tú sabrás más que yo de lo que pueden hacer estos aparatitos debajo de nuestro pellejo, ¿no?
     ─No creas, estoy un poco parado en los tiempos del “VeriChip” ─le respondí.
     ─Sí, en teoría ese fue el comienzo ─apostilló Briseida.
     Continué recordando:
     ─Si mi memoria no me engaña el “VeriChip” fue el pionero de los implantes electrónicos en humanos que fue aprobado por la “Food and Drug Administration” de los Estados Unidos, creo que en el año 2004. Ya ha llovido mucho desde entonces y la tecnología no ha dejado de avanzar, imagino que la versión del “VeriChip” actual será un dispositivo de alta sofisticación. En realidad aquel “VeriChip” era algo que ahora puede resultar casi infantil, un pequeño dispositivo que podía contener informaciones relativas a su portador humano, que le habían sido previamente grabadas. Esta información podía recuperarse por un sistema de identificación por radiofrecuencia (RFID).
     ─Ese era igual que el que ahora se les pone a los perros y a los gatos, ¿no? ─preguntó mi amiga.
     ─Sí, casi exactamente igual, el que se le pone a los animales ahora es más pequeño que el “VeriChip” original que medía un poco más de 15 mm y dos o tres milímetros de grosor. Y del mismo modo cuando se detecta la frecuencia con la que emite su radiofrecuencia respondía dando un número de 16 dígitos que podía ser interpretado y vinculado a la información existente en la base de datos de un ordenador, ¿me explico?
     ─Más o menos, entiendo. Lo que tenía era una clave que después se metía en un ordenador y nos mostraba lo que el ordenador almacenaba respecto del poseedor de esa clave.
     ─Pues sí, así es. Lo has comprendido perfectamente ─le dije sonriendo.
     Continué diciéndole:
     ─La tecnología simple RFID fue sustituida por la conocida por el acrónimo NFC (“Near Field Communication”). Verás, se trata del mismo componente que encontramos en las tarjetas “contactless”, los teléfonos inteligentes, y en las pulseras de acceso a determinados sitios. Actualmente, hay varios modelos en el mercado, entre los que la única diferencia es el tamaño, por tanto la capacidad de almacenaje, y la dificultad de la operación quirúrgica para implantarlo.
     ─¿Y tienen alguna utilidad práctica? ─preguntó escéptica.
     ─Creo que no es mucha porque no hay demasiados servicios que permitan su uso, hay lugares en donde se pueden utilizar para acceder al transporte público, al lugar de trabajo o para abrir cerraduras electrónicas compatibles con el dispositivo. Probablemente de aquí a unos años haya muchas novedades en todo esto.
     Briseida se paró un momento a pensar, y después de unos segundos de reflexión añadió:
     ─Pero esto que me dices, es la superficie, la espuma de la cerveza, ¿y lo que hay debajo?
     ─Sí, desde luego, esto es lo que sabemos que es muy poco, cabe pensar que en todo el mundo habrá laboratorios y centros muy bien subvencionados, con enormes recursos, que estarán muy avanzados en estos temas. Incluso llego a pensar que esto de las tecnologías RFID y NFC es un juego de niños.
     ─Seguro ─afirmó Briseida.


2 comentarios:

  1. Hoy ha salido este artículo en El Confidencial con una noticia relacionada con este escrito: Invento para unir la mente a un ordenador mediante bluetooth.
    Elon Musk acaba de presentar una copia operativa del chip de Neuralink. Un dispositivo similar a una "Fitbit cerebral", según el propio empresario, que unirá tu mente a tu móvil o PC.

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  2. En el vídeo de YouTube Elon Musk está presentando los avances del “NeuraLink”. Cada beep en el video es una señal que recoge un sensor implantado en el cerdito cada vez que toca algo con la nariz. Lo que se aproxima para las personas con alguna amputacion es increíble.
    https://youtu.be/DVvmgjBL74w

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