Hace
mucho tiempo que no tenía una conversación con mi amiga Briseida y
no la veo desde hace unos doce años aproximadamente. Ella es
española, de Valencia concretamente, aunque vive en un lugar precioso
de Alemania desde tiempo inmemorial, el pueblo se llama Aschau im
Chiemgau, aunque todo el mundo lo conoce por Aschau, está en
Baviera, cerca de los Alpes. No sé por qué motivo los padres le
pusieron de nombre Briseida, que en alemán es Briseis. Parece que
este extraño nombre viene de la mitología griega.
Si
tuviese que definir a mi amiga con una sola palabra, diría que es
“dulce” y añadiría que en su cara siempre tiene posada una
sonrisa. Estudió sociología, aunque creo que no trabajó nunca de
socióloga y se dedicó, durante gran parte de su vida, al
periodismo. Ahora cuida con mimo especial las flores de su jardín,
lee con unas gafas pequeñas de vista cansada y pertenece a un sin
fin de asociaciones a las que los alemanes son tan aficionados;
incluso está en una que a mí me hace mucha gracia: “Asociación
de hablantes de español”. Imagino que en ese grupo ella será la
número uno, pues su español es tan brillante y rico que podrá
ayudar a los demás eficazmente.
Lo
que yo no sabía era que en los últimos años se ha
convertido en una estudiosa del “Globalismo” y de todo lo
relativo al denominado “Nuevo Orden Mundial” (NOM). Y sé que
también escribe y da charlas sobre asuntos relacionados con todo
eso.
Hoy
hemos retomado una comunicación perdida durante varios años y nos
hemos prometido ─con firmeza─ no volver a cortarla. Hemos
charlado y contado nuestras peripecias, le he hablado (¡Cómo no!)
de mis nietos y me ha invitado a ir a pasar unos días a Aschau. Le
he dicho que no tengo valentía para enfrentarme a esos viajes y ella
me ha comentado que le pasa igual y que piensa que jamás volverá a
ver España.
Después
le he sacado el tema que le gusta preguntándole:
─¿Eso
del “globalismo” y el “NOM” no es una de las llamadas teorías
conspirativas o conspiranoicas?
Contestó con rapidez:
─Existe
un gran interés en situarlo como una teoría conspiratoria y se
gasta mucha energía y mucho dinero, muchísimo, en desacreditar a
los que creemos que se está gestando un nuevo orden mundial de
espaldas a la ciudadanía. Creo que cada día hay más gente
concienciada de la realidad de la Agenda Globalista, que entiende que
un pequeño grupo de personas con una enorme cantidad de poder y de
dinero está actuando a lo largo y ancho del planeta para implantar
un único estado de control.
Escuché con mucha atención a través de la pantalla del ordenador y
le dije:
─Realmente
con tantas guerras contra el terrorismo, con los desastres climáticos
que nos asolan, con los estados de alarma, con las pandemias y tanta
desolación sobre el futuro de la economía, no es de extrañar que
se piense en alguna mano oculta detrás de todo. Me pregunto cómo lo
harán, suponiendo que esa mano, o esas manos existan.
No
lo pensó mucho y añadió:
─Los
métodos herramientas de las que se valen son múltiples, y van desde
sus formas más conocidas y sin disfraz oficial, como la ONU, la OMS,
y el FMI, a las instituciones más misteriosas y ocultas como el Club Bilderberg, el Club de Roma o el CFR (Council on Foreign Relations). Y, por supuesto, casi todas las fundaciones de
algunos de estos multimillonarios que están detrás de la Agenda
Globalista. ¿No te suenan fundaciones como el Instituto Tavistock o
la Open Society?
─¿La
de George Soros?
─Exacto,
la de Soros.
No
pudo seguir hablándome, Briseida se tenía que marchar y me dejó un
tanto atónito, prometiéndome que mañana seguiremos hablando de
todo esto.
Le
dejé una pregunta en el aire:
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