Indudablemente
el coronavirus ha trastornado nuestra vida y seguirá generando más
estropicios, posiblemente ya nada pueda seguir siendo igual por mucho
empeño que le pongamos. Sigo con mucho interés todo lo relativo al
comienzo del nuevo curso y el tema de cómo se tienen que educar los
niños y jóvenes a partir de ahora; es un asunto de vital
importancia. Mis primeras impresiones es que se está intentando
crear una coraza protectora, y no cabe duda de que la protección es
imprescindible, pero crear la mentalidad de que eso es lo único es
un error; no podemos convertir los centros escolares en bunkers, las
medidas no pueden ser únicamente de seguridad sabiendo que la
seguridad jamás podrá ser del cien por cien. Se debe ir más allá,
hay que hacer profundas modificaciones en el sistema.
Esta
mañana releía el estupendo libro de Stefan Zweig titulado "El mundo de ayer" y hay un párrafo en el que me he detenido un
rato; es el siguiente: «Porque, si he de ser sincero, toda mi
época escolar no fue sino un aburrimiento constante y agotador que
aumentaba de año en año debido a mi impaciencia por librarme de
aquel fastidio rutinario. No recuerdo haberme sentido "alegre y
feliz" en ningún momento de mis años escolares monótonos,
despiadados e insípidos que nos amargaron a conciencia la época más
libre y hermosa de la vida,...»
Este
pequeño trozo me hizo pensar que si en esta situación se siguen
reforzando los tópicos de la enseñanza anterior a la pandemía, no
ganaremos nada y no daremos ningún paso adelante. Evidentemente un
cambio, de la magnitud que entreveo, debe ser muy complejo, pero hay
que empezar creando conciencia de la necesidad de ese profundo
cambio. El sistema educativo está sumergido en tradiciones
obsoletas que no le permiten reaccionar y adaptarse a la situaciones
complejas; la adecuación al confinamiento fue muy deficitaria,
dependiendo más de la motivación y el interés del profesorado que
de un verdadero plan integral, y lo mismo parece que sucede frente al
nuevo curso.
Sin
duda no estábamos preparados para un cambio tan brusco, la enseñanza
tiene que mutar, transformarse. Aunque decidir en qué modo y manera
y de cómo articularla, sea una cuestión peliaguda.
Repito,
conservar el sistema de enseñanza actual convirtiendo los centros de formación en cajones cerrados y herméticos es una inmensa equivocación, si no
queremos que nuestros niños y jóvenes recuerden sus años escolares
con el tremendo dolor que lo hacía Stefan Zweig.
Eu acredito que tudo deve ser diferente, se uma coisa esse vírus nos ensinou é que devemos mudar, não só na questão da educação, mas em tudo, na forma de trabalhar, ao cuidado que devemos ter com a natureza, se não formos conscientes e mudarmos por bem a mudança virá em forma de devastação, queiramos ou não, então,no fim a solução é criatividade, consciência e sustentabilidade e muito amor .
ResponderEliminarAgradeço muito seu comentário, ele completa muito bem tudo o que queria expressar em meu artigo. É verdade que as mudanças devem abranger todos os campos e que a solução exigirá muita criatividade e consciência. Sim, também amor, é verdade.
EliminarUma saudação muito cordial e o meu agradecimento e satisfação por me seguirem leitores de outros países.
Obrigado novamente.
Profe, el tema está en cómo hay que cambiar este tinglado de muchos años y ya sabemos que los políticos entraron en la enseñanza hace mucho tiempo como entraría una manada de elefantes en una cacharrería, no tengo fe en que esto cambie. pero es bueno siga escribiendo cosas sobre el tema, eso es bueno y nos aclara cosas. Un abrazo siempre.
ResponderEliminarComo a ellos no les afecta (sus descendientes no van a los centros de los mortales), les importa un pimiento; es más, les interesan los analfabetos funcionales, que se manejan magníficamente.
ResponderEliminarEs muy importante lo que has escrito, por dos razones: por tu amplia experiencia como docente, y por el sempiterno abandono de los políticos por profundizar en los cambios necesarios. Qué no sea aplicar su ideología para adoctrinar, no para enseñar y formar a la persona. Me gustaría ser optimista; pero la realidad de los que nos ¿gobiernan? me impide superar el umbral del pesimismo.
ResponderEliminarCreo que no, no se tomará en serio porque no interesa. Lo que interesa es el adoctrinamiento, el lavado de cerebro, la instalacion en las nentes de las nuevas generaciones de una Historia inventada. No hay mad que ver como ha funcionado en Cataluña y el Pais Vasco. No interesa la formacion de hombres conocedores y amantes de la verdad, lo que interesa es crear unas nuevas generaciones de diseño que respondan como quieren los pilíticos a unis estímulos convenientemente estudiados.
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