La puerta 'siempre cerrada' estaba en la habitación última antes de llegar a mi cuarto de juegos. Pasaba por delante de ella muchas veces cada día y, con frecuencia, llamaba mi atención. A veces pegaba las orejas a la búsqueda de algún sonido, otras metía una hoja de periódico por abajo o hurgaba en la cerradura con distintos alambres y palillos,
Recuerdo que un día le pregunté a mi padre sobre ella y me contestó que era una puerta de emergencia (fue la primera vez que oí esa palabra) para que pudiésemos huir de algún peligro que pudiera haber. Comentó que entonces se abriría la puerta, saldríamos a un pasillo muy grande y nos reuniríamos con todos los vecinos que tenían una igual en su casa. Añadió, que si había bombardeos también saldríamos por allí para llegar a un enorme refugio subterráneo y quedar a salvo de las bombas.
Estuve conforme con esas explicaciones paternas y el asunto de la misteriosa puerta dejó de preocuparme durante bastante tiempo.
Años después ─era ya un adolescente─ me levanté para ir a la cocina una noche de madrugada, desperté con algunas molestias estomacales y decidí ir a la cocina a beber agua o algo que me pudiese aliviar y venir bien.
Entonces pude oír con claridad unos ruidos que venían directamente de detrás la puerta de escape ─así la llamaba yo después de la lejana explicación de mi padre─. Me asusté, quedé parado en medio de la habitación y, creo, que bastante lívido.
Miré a la parte de abajo para ver si entraba alguna luz por la rendija. Con más curiosidad que valentía fui acercándome lentamente y cuando ya estaba a pocos centímetros de una de las hojas de madera, callaron los sonidos y se hizo un silencio aterrador. Comencé a caminar hacia atrás con la máxima cautela, muy poco a poco. Al llegar al pasillo salí corriendo hasta mi cama metiéndome en ella y tapándome hasta la cabeza.
Por la mañana preferí pensar que todo había sido un sueño.
Que precioso relato !!! Tiene mucha magia, me ha encantado. Es verdad que a veces no encontramos la puerta de salida porque estamos pendientes de la que se nos cerró.
ResponderEliminar¡Muchas gracias Pilar!
EliminarMe parece extraño el relato de hoy, pero creo que es un empujón hacia buscar otra salida, cuando algo se nos viene abajo, no desesperaros, buscar soluciones ¿es eso?
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