Estuve muy atento a todas las palabras que Gustavo pronunciaba en su conferencia, la sala estaba abarrotada de público interesado y él es un orador experto, el tema sobre el que trataba era la llamada "Escuela de Londres" en general y el pintor Lucian Freud (1922-2011) en particular. Este artista lleva adosada a su apellido la fama de su egregio abuelo Sigmund Freud, el fundador del psicoanálisis. Pero no lo decimos en su demérito pues Lucien Freud es por derecho propio uno de los grandes pintores del siglo XX.
Un poco de pasada Gustavo habló sobre la plaga de ismos que poblaban el panorama del arte en el siglo anterior e hizo una referencia al que él señaló como el último ismo: el oportunismo. Dejó caer la palabra y me extrañó mucho que en el coloquio nadie sacase a colación este asunto. Cuando íbamos de regreso, Lina, Elisa, él y yo, no tardé en preguntarle:
─¿Qué es eso del nuevo ismo que te has inventado?
─¿Te refieres a la mención al oportunismo que he hecho en la conferencia? ─dijo con un suave toque de sorna en sus palabras.
Lina saltó con rapidez y acompañó mi interrogante con las siguientes palabras:
─¡Claro, claro! ¿Qué es eso? ─preguntó casi exaltada.
Elisa intervino diciendo:
─Bueno, no le atosiguemos, ya sabéis cómo es, ahora querrá tenernos en la intriga durante un buen rato ─Elisa hizo una discreta pausa─. Os invitamos a tomar café en casa y nos explicará lo que ha querido decir ─así interrumpimos la conversación sobre el oportunismo como movimiento artístico actual.
Seguimos comentando algunos aspectos de la vida del pintor Freud, sus primeros años de vida en su Berlín natal y después, a la edad de diez años, su traslado a Londres. El padre de Lucian, Ernst, emigró a Inglaterra con toda su familia en el año 1932, como consecuencia de la corriente antisemita que se apoderaba de su país de origen. Debido a la corta edad con que llegó a Inglaterra, es fácil entender que su formación artística y su posterior desarrollo como pintor fuesen auténticamente británicos.
Le gustaba tratar temas sobre las personas y sus vidas, y sólo en muy contadas ocasiones aceptaba encargos de retratos.
Recordamos también que su obra "Benefits supervisor sleeping" ─en 2005─ fue el cuadro más cotizado de un pintor aún vivo.
Gustavo nos aclaró que Freud en sus obras de juventud tenía indiscutibles influencias del Surrealismo, y que después evolucionó hacía planteamientos de carácter figurativo emparentados a los de Otto Dix y Oscar Kokoschka, aunque la plenitud de su propio estilo no la alcanzó hasta que fortaleció su relación con el que sería su gran amigo, el pintor expresionista figurativo Francis Bacon y también con Frank Auerbach, pintores con los que integra la denominada «Escuela de Londres». Fue a partir de la mitad del siglo XX cuando empezó a pintar retratos con colores neutros, frecuentemente desnudos, utilizando la técnica del empasto (o impasto).
Lina, que tiene gran facilidad para recordar todos los aspectos anecdóticos que tienen conexión con el arte, nos comentó:
─Ha sido muy interesante lo que has contado de la polémica que se alzó en el Reino Unido por el retrato que le hizo a la reina Isabel, a la que deliberadamente, supongo, le puso unos cuantos años encima.
─Sí ─afirmó Gustavo─. Creo que lo he citado en la charla, se trata de un cuadro de pequeño formato, del tamaño de un folio aproximadamente, que pintó posando Isabel II para él. Lo realizó en diecinueve meses de mayo del 2000 a diciembre del 2001. Hubo mucha controversia en la prensa durante varias semanas. En ese tiempo se repitió mucho esta frase del artista: “yo no pinto lo que veo sino lo que es”. Otra cosa anecdótica es que sentía pasión por los caballos y eso le llevó a pintar ejemplares de la escuela de Darlington; se dice que incluso dormía en los establos.
Cuando llegamos, y ya con el café por delante, le volví a preguntar a Gustavo:
─¿Y del oportunismo como movimiento artístico en la actualidad?
─Bueno ─me replicó Gustavo─, el oportunismo le digo yo a esa tendencia de los últimos veinte o veinticinco años, que se ha extendido enormemente, y que ha venido a sustituir a todos los ismos del arte. Este oportunismo toma muchas formas pero está basado en que el arte que se realice debe adoptar la forma que exija la 'oportunidad' del instante. Los artistas del oportunismo son gente flexible que hacen lo que se pide o exige la tendencia en un momento dado. A esos artistas se les suele denominar impostores porque sus esfuerzos en la realización de una obra no están en línea con sus verdaderos intereses artísticos sino que van más bien en la dirección de las exigencias del mercado.
Lina preguntó:
─¿Y hay mucho de esto ahora?
─Como setas en invierno ─respondió Elisa.
Ignacio Pérez Blanquer
Académico de Santa Cecilia
Sigo con mucho interés la serie "Desde 1850". Muchas gracias, Ignacio, por este resurgimiento.
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