miércoles, 21 de julio de 2021

La rendija chivata

 

      Era un salón, o un corredor muy amplio de suelo brillante y fresco por el que solíamos revolcarnos en verano; siempre jugábamos allí o en la azotea. Nos encantaba hacer rodar por aquel suelo limpio los bolindres de cristal con colores en el interior. A veces perdíamos alguno debajo del pesado perchero ─o paragüero─ que estaba ─según se venía de la escalera─ a la derecha y tenía un gran espejo central. Al lado de este mueble estaba la puerta abierta ─pero prohibida la entrada─ del despacho del padre de mis amigos.

      A la derecha hacían guardia un par de macetones debajo de un amplio ventanal que daba a un patio de la casa de abajo. Entrando a la izquierda había una pequeña puerta de dintel muy bajo que daba a un almacén y trastero que servía también muchas veces de cuarto de estudio o de castigo. En la parte frontal había dos puertas, una siempre abierta al comedor principal y otra, al lado, que jamás vi abierta. Tampoco nunca observé que nadie entrase o saliese de ella en mis frecuentes visitas a aquella casa.

      Sin embargo, de vez en cuando, veía luz por la rendija de la parte de abajo e incluso una sombra que se movía por allí e interrumpía el flujo de luz hacia afuera.

      Interrogué muchas veces a mis amigos ─dueños de la casa─ sobre qué (o quién) había allí; siempre callaban y refunfuñaban algo que jamás conseguí entender...

6 comentarios:

  1. Hola!
    Se me ha venido a la imaginación un libro muy antiguo que rondaba por casa de mis padres. Este libro se titulaba: "Tras la puerta cerrada" y no recuerdo quién lo escribió.
    Imagino que sería de suspense, como tú bien dices aquí en tu relato.
    Que gracia lo de la puerta irresistible! 🤣
    👏👏👏👏


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    1. Gracias por tu comentario.
      Recuerdo un programa de TV, o una serie, con ese título.
      Un abrazo Isa

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  2. Interesante escrito que nos deja intrigados sobre lo que se esconde tras la puerta irresistible. El tema se presta a que nos ofrezcas otros escritos situados en la misma casa y en la misma época.

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    1. Gracias por la sugerencia, lo pensaré, quizás sea posible. Un abrazo.

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  3. ¡Lo interesante es la intriga, no la certeza...¡ Y tú, consigues dejarnos con la inquietud placentera de la intriga...siempre que no se intuya drama o tragedia...

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    1. Una intriga en siete minutos no está nada mal, ¿no?
      Un abrazo.

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