Pues ahí estoy... Al final me ha convencido,
ya llevo varios días que lo primero que hago cuando me levanto por la mañana es
hacer unos ejercicios de Tai Chi. Todos los días ─durante el tiempo que ha durado
su visita─ mi amigo Kimura me ha insistido en las ventajas, y excelencias, de
practicar este tradicional arte marcial de origen chino que fortalece y relaja
el cuerpo a través de movimientos lentos y suaves, así como de una respiración acompasada.
Bueno... creo que de arte marcial tiene ya más bien poco.
Sí que tiene la gran ventaja de poderse practicar en
todo momento y en cualquier lugar, sin necesitar poseer una forma física determinada y sin precisar de ningún equipo, ropa o zapatos especiales. Si uno
se encuentra demasiado estresado o ha tenido un día duro, el Tai Chi es una
opción perfecta y proporciona una técnica estupenda para recobrar las energías
perdidas. Él dice que el Tai Chi libera del estrés fácil y rápidamente, y que
se consigue con tan sólo realizar una serie de ejercicios que son muy
sencillos de aprender. Me ha repetido dos docenas de veces que ejercitar
conjuntamente el cuerpo, la mente y el espíritu es muy beneficioso a cualquier
edad (Eso de la edad, ¿iba con segundas?).
Así que me he puesto a ello y confío en que la
práctica regular del Tai Chi me dará más vigor e conseguirá aumentar mi
equilibrio y mi energía interior. Probar no cuesta nada...
(Que conste que la chica que hace Tai Chi en
el vídeo de la parte superior realiza los movimientos con una desenvoltura y una
fluidez admirables, yo todavía hago los ejercicios como un pavo de escayola.)
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