Esta mañana he mirado el número de entradas
que hay en el ‘blog’ y me he sorprendido un poco, ¡cincuenta y una! Comencé a
escribirlo ─y a mantenerlo─ como un pequeño ejercicio diario de escritura,
comunicación y creatividad, con mis amigos.
También sin ninguna pretensión de que fuese
algo normado y reglado. En realidad no tenía ninguna idea clara de cómo lo iba
a llevar hacia adelante ni del cariz que le haría tomar (en realidad hoy
tampoco lo sé muy bien), pero he llegado a la entrada cincuenta y una ─esta es
la cincuenta dos ya─. Unos cuatro meses, con varias presencias a la semana y un
gran bagaje de cosas que han pasado en mi vida y, seguro, que en la de todos
vosotros también.
Lo cierto es que hemos llegado hasta aquí y
que pienso seguir. MIS COSAS son “mis cosas”, de acuerdo, pero creo que éstas son también un poco las de los demás. De hecho, mis inquietudes,
pensamientos, sosiegos y desasosiegos, son los mismos que los vuestros, que los de todos.
También ha sido una muy
grata sorpresa el constatar un número apreciable de visitas internacionales a “MIS
COSAS”. De los casi tres mil «lecto-curiosos» (“palabro” cuyo significado
deberé aclarar) tengo que destacar los de Brasil (mi amiga Claudia Sitira es
una incondicional), EE.UU, Nicaragua (seguro que aquí mi amiga Richie Baez tiene
algo que ver), Rusia, India... Un 15%, más o menos, de entradas desde otros
países, visitas que agradezco infinito.
Estoy con voluntad de
seguir y llegar pronto a celebrar la entrada 102. (Mi amigo Takumi Kimura me echará una buena mano).
Un gran abrazo a
todos.
Eu tenho certeza que chegaremos ao 100 e depois 200 e aí por diante, sinto como se suas coisas fossem minhas também porque espero com muita ansiedade o próximo e o próximo! Não te desejo sorte porque não precisa para seguir adiante! Já tem o essencial que é a sua inteligência e perspicácia de transformar momentos e pensamentos em suas coisas que nos dão leituras incríveis e muitas vezes surpreendentes. Obrigada por fazer parte de nossas vidas de maneira simples.
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