martes, 3 de septiembre de 2019

Cultivar la causa del efecto deseado


     Hoy pensé que el asunto de las zanahorias del otro día (“Ser feliz y causa-efecto”) no había quedado demasiado claro, o yo no había sido lo suficientemente explícito, así que he decidido volver sobre el tema.
     Quería incidir en el hecho de que el cultivo (o llamémosle desarrollo si nos place más) de la causa de un efecto que deseemos conseguir es ─en esencia─ muy sencillo, y podría expresarse como un pseudoalgoritmo de cinco pasos: 

     1. Decidir el objetivo. Hemos de tomar la decisión sobre aquello que deseemos plantar y comprar las semillas correspondientes, ya que quedaremos muy decepcionados si plantamos zanahorias y esperamos que broten unos deliciosos tomates rojos.
     2. Preparación para alcanzarlo. Hay, necesariamente, que preparar el terreno. En muchas profesiones se debe dedicar mucho más tiempo a la preparación que al trabajo en sí. El inconsciente intenta saltarse este paso de preparación. Aunque el experto sabe que hay que cavar, abrir el suelo, ararlo, trabajarlo con una azada, nutrirlo y regarlo si espera un buen cultivo .
     3. Comienzo, acción. Plante las semillas. Sabemos que las semillas no brotarán en el saquito o teniéndolas en el bolsillo. Sólo crecerán y germinarán si son plantadas.
     4. Vigilancia del proceso, realimentación, correcciones. No olvidemos vigilar y quitar las malas hierbas que puedan salir. Regar, fertilizar, etc.
     5. Asalto al objetivo. Hay que esperar con la paciencia debida el tiempo ideal para cosechar nuestras zanahorias.

2 comentarios:

  1. Buenos consejos que sirven, incluso, para montar un bar o una mercería.

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  2. Muy buenos consejos para llevar a cabo. No sólo para ser feliz, sino para un sin fin de cosas.

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