Hoy pensé que el
asunto de las zanahorias del otro día (“Ser feliz y causa-efecto”) no había
quedado demasiado claro, o yo no había sido lo suficientemente explícito, así
que he decidido volver sobre el tema.
Quería incidir en el
hecho de que el cultivo (o llamémosle desarrollo si nos place más) de la causa
de un efecto que deseemos conseguir es ─en esencia─ muy sencillo, y podría
expresarse como un pseudoalgoritmo de cinco pasos:
1. Decidir el
objetivo. Hemos de tomar la decisión sobre aquello que deseemos plantar y
comprar las semillas correspondientes, ya que quedaremos muy decepcionados si
plantamos zanahorias y esperamos que broten unos deliciosos tomates rojos.
2. Preparación para
alcanzarlo. Hay, necesariamente, que preparar el terreno. En muchas profesiones
se debe dedicar mucho más tiempo a la preparación que al trabajo en sí. El inconsciente
intenta saltarse este paso de preparación. Aunque el experto sabe que hay que cavar,
abrir el suelo, ararlo, trabajarlo con una azada, nutrirlo y regarlo si espera
un buen cultivo .
3. Comienzo, acción. Plante
las semillas. Sabemos que las semillas no brotarán en el saquito o teniéndolas
en el bolsillo. Sólo crecerán y germinarán si son plantadas.
4. Vigilancia del
proceso, realimentación, correcciones. No olvidemos vigilar y quitar las malas
hierbas que puedan salir. Regar, fertilizar, etc.
5. Asalto al objetivo.
Hay que esperar con la paciencia debida el tiempo ideal para cosechar nuestras zanahorias.
Buenos consejos que sirven, incluso, para montar un bar o una mercería.
ResponderEliminarMuy buenos consejos para llevar a cabo. No sólo para ser feliz, sino para un sin fin de cosas.
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