¿Sabéis una cosa?...
Hay días en los que me levanto “físico”. No he indagado si en otras profesiones
sucede igual, no sé si un ingeniero hay días que se levanta “ingeniero” o un carpintero
se levanta por la mañana con la sensación de ser “carpintero” con sierras,
martillos, gramiles, escofinas, cepillos y garlopas pululando alrededor de su
mente. Quizás ─no lo sé─ sea más fácil pensar que un historiador se despierte alguna
mañana en plena Edad Media.
Me ocurre, sí. Hay
días en los que me levanto de la cama “físico” y entonces es como si estuviese
moviéndome en la realidad de una manera diferente. Muchas veces el fenómeno
comienza con una ecuación, esa ecuación me asalta y ya no me la puedo sacar de
la cabeza. Otros días me invade, por ejemplo, la entropía y pienso en la “entropía
de las civilizaciones” o cómo anda España de entropía.
Hace unos pocos días me
sucedió con la conocida “Ecuación de Dirac” que dicen que es la más bella de la
Física y también se conoce como la “Ecuación del Amor". ¿No os parece hermoso
que exista una ecuación del amor? Pues esa es la ecuación de Paul Dirac que,
aunque tiene unas cuantas representaciones distintas, una de las más conocidas
es la siguiente:
¿Y qué nos dice esta
ecuación?
Pues nos dice algo
así: «Si dos sistemas (e intentemos entender sistema de una forma amplia)
interactúan entre ambos durante un cierto tiempo y después se separan, será
posible describirlos como dos sistemas diferentes, distintos, pero de una forma
sutil y misteriosa siguen siendo un sistema único en “espíritu”, y todo lo que
le sucede a uno de ellos le sigue ─también─ afectando al otro; incluso aunque
se hallen a distancia de kilómetros o de años-luz».
¿No os suena a algo
así como el AMOR?
Pero esto puso de cabeza
abajo a los físicos (a los de entonces y a los de ahora). ¿Cómo era posible
transmitir una señal instantáneamente a un sistema que puede estar al otro extremo
del universo?
Einstein se mostraba
incómodo con esta idea, le era difícil imaginar un infinito número de conexiones
cuánticas en un universo con otro infinito número de partículas que “hablan” con
sus parejas distantes.
La verdad es que me ha encantado, no porque haya entendido algo, porque como buen físico que eres, usas palabros y términos que no entiendo. Pero enseguida después de leerlo, me ha venido a la imaginación lo maravilloso que es soñar, y yo que soy muy soñadora, suelo inventar situaciones en las que efectivamente hablo con gente a las que he querido y quiero, algunas, ya ni existen, pero se que ellas me escuchan y me sienten de alguna manera. Ay Señor, como nos hemos levantado hoy. Sigue escribiendo, que me encanta.
ResponderEliminarSoy un apasionado de la divulgación científica, me leo todo lo que sale pero no se encuentran a menudo buenos escritos de divulgación como éste, que mezcla la literatura y la ciencia de un modo extraordinario. Me gustaría leer más artículos así. Mi enhorabuena y gracias.
ResponderEliminarNo entiendo mucho de física. No es mi fuerte, pero me ha encantado como pueden interactuar dos sistemas diferentes que habiendo estado juntos se separan. Es curioso el resultado.
ResponderEliminarNão entendo nada de física, nunca entendi mas sempre fico cheia de encantamento ao imaginar essas conexões quânticas e seus desdobramentos, continue falando sobre isso e tenho esperança de um dia vir a entender mais,não me falta vontade de saber, mas faz falta alguém como vc que fala disso de forma que até uma criança entende.
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