Cuando tomábamos ese
café de las once, Kimura dijo algo que me dejó muy pensativo. Me comentó:
─Estoy muy
impresionado al ver que en España haya tantas señales y signos de vida entre
tanta muerte y horror. Ver a las personas, que con gran corazón ayudan, tanta
gente colaborando, ver tanta vida entre ataúdes es algo aterrador y, también, grandioso. Desde luego, creo, que por eso me gusta tanto España. Tenéis
algo grabado a fuego en vuestras mentes, la historia lo refleja a menudo, vuestra
esperanza siempre es mucho más poderosa que vuestro miedo...
Me quedé muy en
silencio ante esas palabras, en unos instantes no supe cómo reaccionar ni qué responder. En realidad no había nada que contestar a lo que había dicho mi
amigo, únicamente reflexionar. Sus palabras me sonaron paradójicas pero algo de
verdad ─y de eternidad─ había en ellas.
Terminé lentamente los
últimos sorbos del café y le pregunté:
─¿Es posible que la
muerte sea más débil que la vida? Por lo que dices, cabe pensar que la vida tiene
mucha menor dimensión en el tiempo, pero es más densa, tiene más peso. La vida
lo rompe todo... no sé cómo decirlo.
A Kimura aún le quedaba
café en su taza (bueno, él no tomaba café, él siempre bebe, a esa hora, té
verde) y se volvió a mirar a lo lejos, por la ventana, en un gesto muy suyo, es
como si fuera a salir volando. Un poco más atrás, a su lado, yo también miraba
a la distancia. Con una voz, que me sonó solemne, añadió:
─Sabes que siempre he
estudiado con placer y curiosidad vuestra historia, nunca la he comprendido del
todo, pero ahora parece que vislumbro algo de vosotros y de esa historia
también, en estas dramáticas circunstancias.
Tardé unos largos
segundos en preguntarle escuetamente:
─¿Qué has visto?
─Creo que vosotros,
cuando estáis en las situaciones más terribles de la vida siempre os planteáis
el mismo interrogante incluso, sin saber que lo hacéis.
Ahora me salió rápido
la pregunta:
─¿Qué interrogante?
También él contestó de
inmediato:
─Lo vuestro es decir siempre:
«Sé que tengo muy pocos días. ¿Por qué he de tener tanto miedo a perderlos?»
De nuevo miré por la
ventana. Y vi a aquellas gentes con las mascarillas puestas y el paso firme,
seguro,... valiente.
El escrito de hoy me encanta, igual que la frase que has puesto de Victor Hugo.La frase porque yo también lo creo así. Y el escrito porque creo que define lo que fue (digo fue, porque no se en generaciones venideras como ser@) el sentir, la forma de ser del pueblo español. No perdemos la esperanza de vencer, aunque nos sintamos perdidos. Gracias Ignacio.
ResponderEliminarGracias a ti, por leerme y por seguir siendo una fiel lectora de mis textos.
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