También este es
tiempo de recuerdos, es momento propicio para darle atrás al reloj de nuestra
mente y hacerlo girar en sentido inverso. Recostado, cómodo, en el sillón; frente
a la ventana mirando a las nubes y a esa gaviota que se posa siempre en la
chimenea de la casa roja de enfrente. Sonó débil el teléfono ─siempre suena
débil, defecto de fábrica─ y tuve una llamada de esas que no se esperan jamás,
venía envuelta en recuerdos de la adolescencia.
Un antiguo compañero
de estudios de los dos últimos cursos del bachillerato de entonces, que ambos
cursamos en Gandía (Valencia), me llamaba. Había encontrado, no sé dónde ─bueno,
sí, en Internet, claro─ mi número de teléfono y tuvo la feliz idea de tratar de comunicarse
conmigo.
Calculé mentalmente
los años que habían pasado y casi me asusté: ¡Cincuenta y siete!, ¡más de medio
siglo!
Tuvimos una intensa y
agradabilísima charla después de esos años, y refrescamos la memoria rememorando
que a finales de la década de los 60 nos vimos un rato en Sevilla, cuando ambos
estudiábamos, allí, los primeros años de carrera. Mi amigo estudiaba por aquel
tiempo Arquitectura aunque pronto lo dejó para pasarse a cursar Derecho en
alguna universidad del norte de España.
Trajimos al presente
a profesores y compañeros de aquella feliz época, A don José Meri Puig, nuestro
increíble profesor de Física y Química que era capaz de proporcionarnos una
esplendida enseñanza estando ya con una ceguera muy acusada, a don Antonio
Martí Lloret, profesor de Inglés que ─con su enorme simpatía y sonrisa perenne─ nos tenía siempre prendidos. Admirábamos la solemnidad de don Benito Orihuel
Gasque, nuestro gran profesor de Matemáticas. Vimos también que nunca hemos
olvidado las magistrales clases de Literatura de don Juan Manuel Bonastre
Oltrá, y aquellas extraordinarias exposiciones sobre “Geopolítica” de don José Camarena Mahiques. También trajimos a nuestra memoria al magnífico profesor de
Dibujo, don José Rausell Sanchís, uno de los más grandes escultores valencianos
de la segunda mitad del siglo XX y que, afortunadamente, aún vive. No quiero perder
de vista que también hablamos del profesor don Juan Moragues, hombre discreto,
de gran bonhomía, siempre dispuesto a echar una mano de ayuda.
Había muchos otros de
los que ya no nos dio tiempo a hablar pero que, seguro, lo haremos en otra
ocasión.
¡Son muchos años!, ¡el
mundo ha dado ya muchas vueltas desde entonces! Pero también estuvimos perfilando
la lista de compañeros y, a falta de algún nombre ─o de algún apellido─ casi llegamos
a rehacerla.
Al caer la tarde de
ese feliz día, comencé una exhaustiva búsqueda en Internet de compañeros de aquella época y únicamente pude ponerme en comunicación con uno, que además era un buen
amigo y una persona de grandes valores.
Seguiré con la
búsqueda hoy y continuaré hablando de estos recuerdos otro día.
Esta foto anterior, encontrada
en Internet, es de algunos profesores de los antes citados. De izquierda a
derecha, don Juan Moragues, don Antonio Martí, don José Camarena, don José Merí y don Juan Manuel Bonastre. Creo que la foto está tomada en la playa de Gandía
en el año 1954. Nosotros los conocimos varios años después, en septiembre de
1963.
Instituto Laboral "Ausías March" (Gandía, Valencia) |
No hay comentarios:
Publicar un comentario