jueves, 9 de abril de 2020

Un tiempo para los recuerdos de entonces


     También este es tiempo de recuerdos, es momento propicio para darle atrás al reloj de nuestra mente y hacerlo girar en sentido inverso. Recostado, cómodo, en el sillón; frente a la ventana mirando a las nubes y a esa gaviota que se posa siempre en la chimenea de la casa roja de enfrente. Sonó débil el teléfono ─siempre suena débil, defecto de fábrica─ y tuve una llamada de esas que no se esperan jamás, venía envuelta en recuerdos de la adolescencia.
     Un antiguo compañero de estudios de los dos últimos cursos del bachillerato de entonces, que ambos cursamos en Gandía (Valencia), me llamaba. Había encontrado, no sé dónde ─bueno, sí, en Internet, claro─ mi número de teléfono y tuvo la feliz idea de tratar de comunicarse conmigo.
     Calculé mentalmente los años que habían pasado y casi me asusté: ¡Cincuenta y siete!, ¡más de medio siglo!
     Tuvimos una intensa y agradabilísima charla después de esos años, y refrescamos la memoria rememorando que a finales de la década de los 60 nos vimos un rato en Sevilla, cuando ambos estudiábamos, allí, los primeros años de carrera. Mi amigo estudiaba por aquel tiempo Arquitectura aunque pronto lo dejó para pasarse a cursar Derecho en alguna universidad del norte de España.
     Trajimos al presente a profesores y compañeros de aquella feliz época, A don José Meri Puig, nuestro increíble profesor de Física y Química que era capaz de proporcionarnos una esplendida enseñanza estando ya con una ceguera muy acusada, a don Antonio Martí Lloret, profesor de Inglés que ─con su enorme simpatía y sonrisa perenne─ nos tenía siempre prendidos. Admirábamos la solemnidad de don Benito Orihuel Gasque, nuestro gran profesor de Matemáticas. Vimos también que nunca hemos olvidado las magistrales clases de Literatura de don Juan Manuel Bonastre Oltrá, y aquellas extraordinarias exposiciones sobre “Geopolítica” de don José Camarena Mahiques. También trajimos a nuestra memoria al magnífico profesor de Dibujo, don José Rausell Sanchís, uno de los más grandes escultores valencianos de la segunda mitad del siglo XX y que, afortunadamente, aún vive. No quiero perder de vista que también hablamos del profesor don Juan Moragues, hombre discreto, de gran bonhomía, siempre dispuesto a echar una mano de ayuda.
     Había muchos otros de los que ya no nos dio tiempo a hablar pero que, seguro, lo haremos en otra ocasión.
     ¡Son muchos años!, ¡el mundo ha dado ya muchas vueltas desde entonces! Pero también estuvimos perfilando la lista de compañeros y, a falta de algún nombre ─o de algún apellido─ casi llegamos a rehacerla.
     Al caer la tarde de ese feliz día, comencé una exhaustiva búsqueda en Internet de compañeros de aquella época y únicamente pude ponerme en comunicación con uno, que además era un buen amigo y una persona de grandes valores.
     Seguiré con la búsqueda hoy y continuaré hablando de estos recuerdos otro día.


     Esta foto anterior, encontrada en Internet, es de algunos profesores de los antes citados. De izquierda a derecha, don Juan Moragues, don Antonio Martí, don José Camarena, don José Merí y don Juan Manuel Bonastre. Creo que la foto está tomada en la playa de Gandía en el año 1954. Nosotros los conocimos varios años después, en septiembre de 1963.

Instituto Laboral "Ausías March" (Gandía, Valencia)

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