
Esta mañana he estado ojeando las noticias y veo que en tan sólo diez días los insurgentes han conseguido dar un vuelco a la guerra civil Siria que llevaba catorce años activa, o dormida a ratos. Al Assad ha huido del país, presuntamente a Rusia. Pero, ¿quiénes son estos rebeldes? ¿Cuáles son las siguientes etapas para un nuevo Gobierno sirio? Todo es casi incompresible en esta guerra mundial a trozos en la que está nuestro planeta.
Parece como si los guionistas de este mundo hubiesen decidido cambiar el canal de "telenovela romántica" a "distopía apocalíptica"? Porque, francamente, los titulares parecen sacados de un híbrido entre Juego de Tronos y un telediario especial a medianoche. Parece que esta bendita Tierra no quiere quedarse atrás en la competición de “¿Quién crea más caos en menos tiempo?”. ¡Bienvenidos al siglo XXI, donde la guerra es por capítulos y la paz, apenas un anuncio televisivo!
Empecemos con Ucrania, esa tierra hermosa que alguna vez nos dio el pan de cada día (literalmente, el mayor exportador de granos) y ahora parece estar protagonizando un remake interminable de la Guerra Fría. Rusia sigue lanzando su mejor interpretación de “villano de la vieja escuela”, mientras que el resto del mundo se debate entre aplaudir o mandar más armas, ¡curiosa tesitura! La trama, hasta ahora, incluye destrucción masiva, sanciones económicas y una generosa dosis de indiferencia internacional. ¡Ah!, y mientras tanto, ¿alguien se acuerda del invierno energético? Europa está haciendo juegos malabares entre calentar sus hogares y no cabrear a Moscú. ¡Qué época tan complicados para los que estamos aún vivos!
Pero no nos quedemos ahí, que el conflicto en Oriente Medio está empeñado en demostrar que el caos tiene un doctorado en reincidencia. Israel, Palestina, y ahora el siempre impredecible Siria (Damasco ha sido tomado) donde Turquía, Rusia, los kurdos y todo el vecindario se reparten roles en esta trágica obra de teatro. ¿Cuál será el desenlace? Bueno, eso depende de quién grite más fuerte y quién pierda primero los nervios (o los misiles, que es peor).
¿Y qué decir de Corea del Norte? Porque no sería una crisis mundial sin un dictador que juega con misiles como si fueran cohetes de Año Nuevo. Mientras tanto, Corea del Sur, Japón y Estados Unidos hacen su mejor esfuerzo para no parecer preocupados. Es como si Kim Jong-Un quisiera asegurarse de que nadie se olvide de su pequeño rincón de paranoia nuclear.
En fin, mis queridos amigos, este mundo ─que no es otra cosa que un punto muy marginal en la Vía Lactea─ parece un volcán en constante erupción. Pero, como en cualquier reality show, los espectadores —todos nosotros— seguimos viendo desde el sofá, esperando a que alguien cambie el guion.
¿Qué es lo más irónico de todo?
¿Lo más irónico? Es que a pesar del drama, aquí estamos: discutiendo en redes sociales, preocupados por el próximo modelo de iPhone y, claro, preguntándonos si sobreviviremos al próximo episodio.
¿Seguimos tomando una cervecita tumbados en el sofá?

Diario casi cronologico del gran desastre que vive el Planeta. Siglo horrible nos espera.
ResponderEliminarCuánta razón tienes, ésto es un sin sentido, que no sabemos cuándo, ni donde parará.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Albert Einstein, retrocediendo hasta la Edad de Piedra.
Con una buena dosis de ironía, has hecho un recorrido sangrante por la sangrante realidad que nos circunda.... y por el desinterés generalizado de los que, al no sentirnos directamente afectados, vivimos como si no pasara nada.
ResponderEliminarY lo que nos queda por ver... si es que lo veremos.
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