
En los últimos años, una nueva tendencia ha comenzado a surgir en algunos municipios, se trata de las cabalgatas de navidades y reyes con temáticas que poco o nada tienen que ver con el espíritu navideño tradicional. Estas iniciativas, al parecer impulsadas por concejales deseosos de innovar o sorprender, han dado lugar a desfiles que, más que evocar la magia de estas fiestas, parecen sacados de mundos distópicos o de fantásticos relatos medievales.
El ejemplo más reciente lo viví anteayer en mi propio pueblo. La cabalgata, que se suponía destinada a emocionar a los más pequeños con la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar resultó ser un espectáculo sorprendente y confuso. Un imponente desfile de dragones, al estilo de los de San Jorge, cruzaba las calles. Sobre ellos, guerreros con férreas armaduras negras y amenazantes, parecían más preparados para una batalla épica que para repartir alegría. Entre ellos, un grupo disperso de romanos malabaristas con espadas y lanzas añadía un toque circense, mientras desde las carrozas del cartero real se lanzaban caramelos con tal fuerza que más de un niño tuvo que esquivarlos como si se tratase de proyectiles.
Aunque es cierto que las cabalgatas tradicionales pueden repetirse hasta la monotonía, el viraje hacia este tipo de demostraciones plantea preguntas importantes: ¿Qué conexión tienen estos elementos con la historia de los Reyes Magos y la Navidad? ¿Es realmente necesario sacrificar la coherencia temática en aras de la originalidad?
A nuestro entender el propósito original de las cabalgatas debe ser el de transmitir la magia de los Reyes Magos y su mensaje de generosidad. Sin embargo, esta nueva moda corre el riesgo de desvirtuar la tradición, confundir a los niños e incluso generar incomodidad en los asistentes. Aunque es comprensible que las autoridades locales deseen ofrecer algo diferente, sería ideal encontrar un equilibrio entre la creatividad y el respeto por el espíritu navideño.
Quizás sea momento de que los responsables municipales reflexionen sobre estas decisiones. ¿De verdad queremos que nuestras cabalgatas se conviertan en una mezcla de fantasía medieval, distopías y confusión? ¿Lo único que vale ya es el espectáculo?
¿No será mejor recordar que, a veces, lo clásico y sencillo es lo que más llega al corazón?

Estamos tan aturdidos y manipulados que hacen con la gente lo que les da la gana.
ResponderEliminarEstamos en un Mundo de locos, donde se ha perdido el valor de las tradiciones.
ResponderEliminarYa todo vale, y se mezclan churras con merinas, sin que nadie se extrañe.
Totalmente de acuerdo !! Si es una cabalgata navideña de Reyes, hay que respetar ese espíritu !!
ResponderEliminarBuenas tardes -noches de sábado !!
Toda la razón Ignacio
ResponderEliminarLas cabalgatas de ahora no tienen nada de Navidad
Nada tem a ver com o espírito natalício...quando deveria ser relembrado o nascimento de Jesus ...O Salvador!
ResponderEliminarBom dia!🙏💐