
Repasando la prensa de esta mañana y aún en la cama con el sopor propio de una hora muy temprana, leí un titular que me captó de inmediato: “Teología del hogar”. Quedé traspuesto durante unos instantes; apagué el móvil y me arropé de nuevo para seguir durmiendo.
¡Teología del hogar! ¿De cualquier cosa se puede elaborar una teología? No pude proseguir el sueño y pensé que sí, que prácticamente de cualquier cosa se puede elaborar una teología, siempre que se analice desde una perspectiva que conecte ese tema con la naturaleza de la creación, la vida espiritual o los principios de fe. Para mí que la teología no se limita a estudiar lo divino en abstracto, sino que busca comprender cómo lo divino se manifiesta o se relaciona con diversos aspectos de la realidad; por tanto queda claro que se puede teologizar cualquier aspecto de lo humano y de lo divino. ¿Vosotros lo veis así?
Seguí dándole vueltas al asunto y llegué a la conclusión de que la teología del hogar es aquella que examina los espacios domésticos como lugares de comunión espiritual, reflexión sobre la creación de un ambiente que refleje el amor y los valores supremos, y la importancia de las relaciones familiares desde una perspectiva sagrada. ¿Podría ser eso?
Quedé unos momentos medio dormido, pero el tema no permitía que el sueño cuajara y de nuevo me interrogué: ¿Existe una teología del aburrimiento?
No sé cuánto tiempo estuve navegando entre el sueño y el despertar.
La respuesta a mí mismo fue afirmativa, una teología del aburrimiento es no sólo posible, sino que podría ofrecer reflexiones profundas sobre la experiencia humana y su relación con lo espiritual. El aburrimiento, aunque a menudo percibido como una experiencia negativa, puede analizarse teológicamente para descubrir lo que revela sobre el Creador, el tiempo, la existencia humana y nuestra relación con el sentido de la vida. Y que, igual que existía una teología del trabajo, que trata sobre el sentido del trabajo humano como participación en la obra creadora. Y, posiblemente, a esa teología del aburrimiento se le podrían dar diferentes enfoques, por ejemplo, uno de ellos podría ser el aburrimiento como vacío existencial y otro el aburrimiento y la creatividad espiritual. Y posiblemente muchos más.
Recordé, de haberlo estudiado para mi artículo de hace unos días, que en la tradición mística, algunas figuras como San Juan de la Cruz y su concepto de la "noche oscura del alma" han reflexionado sobre estados de sequedad (tedio) espiritual que podrían vincularse al aburrimiento. Estos momentos de aparente vacío pueden ser la antesala de un encuentro más profundo con lo trascendente.
Total, que una teología del aburrimiento podría ayudarnos a ver esta experiencia no como un obstáculo, sino como un lugar de potencial encuentro con nosotros mismos y con nuestra esencia y una oportunidad para reordenar nuestra vida hacia todo aquello que verdaderamente importa, ¿no?
Ya dejé la cama pensando en cómo podría organizar un poco mi cabeza y poner por escrito todo este follón mental y matinal. Bueno, ahí lo dejo, casi me dan ganas de decir: ¡Qué os aproveche!

Jajajajajaja. ¿Siempre te despiertas tan alterado? De todas formas me ha quedado muy claro eso de tantas y tantas teologías, gracias guapo.
ResponderEliminar¡Contigo se puede ir de sorpresa en sorpresa...! Pero cuando pensamos en Dios, todo lo podemos poner en relación Él. Los que lo hacemos desde la fe -más o menos activa o cuidada- podemos profundizar en toda su amplitud, sin reservas ni prejuicios. Pero cuando lo centramos en creencias de las que el "teo" lo asimilan a tópicos, pero no quiere ser asimilable a una religión concreta, entonces viene la confusión, de la que se puede sacar poco provecho. Parto de la premisa de que, la ciencia no niega la existencia de Dios; aunque los agnósticos exigen pruebas científicas que la apoye.
ResponderEliminarTus textos me quitan, a veces, el sueño, pero me hacen mucho bien porque me exigen reflexión, profundizar, investigar filosofía y otras materias. La comodidad es enemiga de la vida a sí es que yo no pato.
ResponderEliminarMe gusta pensar en lo de la teología del aburrimiento.
ResponderEliminarBuenos dias! Gosto muito de suas reflexões...e teria que medita-las não só um instatante ...mas sempre.
ResponderEliminarMuito obrigada...por compartilhar.
Creo que todo se puede teologizar desde el momento en que pensamos que Dios está en todo, y si sabemos mirar, se puede ver en multitud de pequeños detalles y experiencias cotidianas.
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