Lo primero que hacemos
es poner un recipiente al fuego con el agua suficiente para cubrir un puñado de
guisantes, otro de habas y unos trozos de alcachofas; y añadimos algo de sal. Normalmente
─por el asunto de las prisas y el tiempo─ solemos añadir estos productos
congelados aunque previamente los sacamos de sus bolsas y dejamos descongelar
una hora o cosa así. La cazuela la ponemos media hora a fuego lento. ¡Ah!, los
ingredientes los metemos en el agua cuando ya está caliente. Ya saben... media
hora.
Ahora, en una sartén
de borde alto ─que algunos llaman paellera honda─ calentamos aceite y freímos
un pimiento verde cortado a tiras de un centímetro de ancho más o menos y
cuando está terminado lo apartamos. En el mismo aceite se fríe un tomate grande
─maduro y rojo─ bien picado.
Una vez finalizada la
fritura del tomate echamos en la sartén honda todo el contenido de la cazuela
con los vegetales. Añadimos el pescado, que puede ser merluza, rape o algún
pescado de piedra si es que disponemos del mismo. Es aconsejable poner unas rodajas
de rape por su sabor tan especial. Las hay congeladas y que, también, un rato
antes es bueno someter a un proceso de descongelación (el microondas también
sirve). Hay que remover un poco con cuidado de no desmenuzar demasiado el
pescado y dejar cocer algunos minutos, diez o cosa así.
Llega el momento
culminante de añadir el arroz, inmediatamente remover,
poner azafrán, un poquito de pimienta si gusta. Probar y rectificar de sal si
es preciso. En este instante comenzamos a contar veinte minutos, pero no
olviden que el tiempo es muy relativo, ya lo dijo A. Einstein.
A veces es
conveniente ponerle una cucharadita de preparado especial para paellas pues le
da un buen toque especial y lo podemos completar esparciendo por encima tres o
cuatro dientes de ajo sin pelar.
Este arroz debe
quedar caldoso, por lo que debemos tener preparada cierta cantidad de agua muy
caliente por si hay que agregarle. En los minutos finales repartimos por encima
las tiras de pimiento que habíamos reservado.
Dejaremos reposar
tres o cuatro minutos y luego lo llevamos a la mesa.
Seguro que os habrá quedado
un plato magnífico. ¡Bon profit!
Vería bien en estos momentos preocuparnos más por las consecuencias que por el desconfinamiento y perdón por las comparaciones que casi siempre son odiosas.
ResponderEliminarBuen día a todos y gracias a Don Ignacio.