Efectivamente su
lenguaje evoca, sugiere y dice sin decir; pone en manos del espectador de la
obra, un amplio espectro de posibilidades que le permite entrar y explorar un
espacio de sentimientos complejos como la soledad, el sexo, el amor, la ira, el
miedo... Contemplar su obra nos genera una posterior sensación de curioso
asombro al percibir lo desatado en nuestro interior con el sencillo producto de
ferretería.
¡Cuándo hay arte hay arte!
ResponderEliminar¡Me ha encantado!