domingo, 21 de junio de 2020

De colisiones con el futuro


     Es posible que todos tengamos una hilera de frases que nos indiquen rumbos para cruzar por la existencia, son como las rayitas de una rosa de los vientos particular. Probablemente, para muchos, una de estas frases-flecha sea la de Ortega y Gasset: «La vida es una serie de colisiones con el futuro».
     Cierto es que nuestras vidas están plagadas de expectativas con lo venidero y también lo están las Artes, las Ciencias y las Humanidades. Estamos, irremediablemente, en la era de Internet, y todas esas disciplinas se enfrentan a próximos y sucesivos choques con la posteridad. Y hay obstáculos, sin duda; uno de ellos es la abundancia de información. Se ha calculado que en tiempos de Cervantes y Shakespeare existían unos dos mil libros impresos; es muy posible que los hombres cultos de la época conociesen los que más destacaban de ese par de miles de volúmenes, y en esto gozaban de amplia ventaja aquellos que sabían latín y francés. Distintos proyectos de biblioteca en la Red ponen hoy, a disposición de todos, varios millones de libros de forma gratuita y con poco más que el esfuerzo de apretar una tecla. ¿Qué es ser culto hoy? En 2012 se publicaron más libros en el mundo que en toda la década de los 60; es tanta la cantidad de libros que no podemos leer que nuestra ignorancia crece mucho más que nuestro conocimiento.
     El entorno literario no se verá solo afectado por la abundancia, sino que será muy distinto, entre otras cosas, por la invasión masiva de los «e-books» o libros electrónicos. El «e-book» posee un enorme potencial que irá desarrollándose paulatinamente.  No es difícil prever que pronto los libros electrónicos tengan bandas sonoras como el cine, y que sea posible escuchar palabras y recomendaciones leídas por el propio autor de la obra. Es muy probable también que los libros contengan todo tipo de imágenes e ilustraciones e incluso vídeos de paisajes y localizaciones ─ficticios o reales─ de allá por donde discurra la trama. Y ustedes lo saben: hoy importan más las modas que los modos.
     Hay un fenómeno, aún incipiente, pero que puede llegar a tener un gran alcance, e incluso dar lugar a la aparición de nuevas formas literarias estables. Consiste en la participación de seguidores o fans en las creaciones, estos tendrán la posibilidad de contribuir con anotaciones que podrían ser incluidas en los propios textos.  Hoy existe, y está en franco crecimiento, lo que se ha dado en llamar «fanfic» (o FF, "ficción de fans"). Se trata de una novedosa narrativa (o no tan nueva) en la que los fans utilizan los ambientes, los personajes y las situaciones de un relatos de creadores ajenos ─a partir de novelas, series de TV, personajes de comics u otros─ para engarzar con ellos sus propias historias e interpretaciones.
     Inevitablemente la vida es ─en muchos aspectos─ un complejo dilema entre el pasado y el porvenir. Este dilema quizás es lo que sintetizaba Schopenhauer, hace bastante más de un siglo, con la siguiente frase: «Qué bueno sería comprar libros si a la vez pudiésemos comprar el tiempo necesario para leerlos».
Ignacio Pérez Blanquer
Académico de Santa Cecilia


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