viernes, 26 de junio de 2020

Suputar y garambaina


     ¿Qué pregunta le han planteado con más frecuencia en su vida? ¿Lo ha pensado alguna vez? Hace un par de días me encontraba en esa lid conmigo mismo, incluso hice una pequeña lista que después me ocupé de ordenar, y la pregunta que puse primera de la lista fue: «¿Cree posible que se pueda construir una máquina que sea capaz de pensar?» Mi respuesta ha sido invariable, y sin abrigar ninguna duda he contestado siempre: definitivamente sí, sí creo ─no sólo─ que se podrán fabricar máquinas que "piensen" sino que ya están fabricadas desde hace tiempo. Claro, normalmente existirán matices pues lo de "pensar" no está absolutamente claro ("pensar" también es echar pienso a los animales).
     El término "pensar" comprende actividades que se producen en nuestro cerebro ─a veces ordenadas y a veces desordenadas─ y describe las cogniciones que tienen lugar durante el juicio, la elección, el establecimiento de relaciones entre las ideas, el emprendimiento y la resolución de problemas, el cálculo, la creatividad, la originalidad, la fantasía y los sueños. Para facilitar esta tarea debemos estar "programados" ─tanto humanos como máquinas─ con palabras, con muchas palabras, con esas pequeñas metáforas que son las palabras.
     Entre todas esas palabras que conforman nuestro léxico también tenemos nuestros términos preferidos o vocablos que por diversas causas utilizamos con harta frecuencia. Durante muchos años he utilizado la palabra "calcular" y un día, después de un feliz hallazgo en el diccionario empecé a alternarla con "suputar", de idéntico significado.


     Me queda la duda de si sería admisible utilizar la palabra "suputador" como sinónimo de ordenador o computador o "suputadora" como sinónimo de calculadora.
     La otra palabra que deseaba traer hoy aquí era "garambaina".


     No es que la haya escuchado muchas veces, pero siempre la había relacionado con algún adjetivo despectivo y descalificador y parece que la intuición no me engañaba. De todas maneras les diré que el último feliz encuentro con esta palabra ha sido en un libro de arte para referirse a esos adornos de mal gusto que a veces pueblan estanterías y mesillas y que algunos denominan ─de forma supuestamente más fina─ bibelotspalabra proveniente del francés que sí recoge nuestro diccionario.
     Llama la atención observar que la tercera acepción de garambaina: "letras o rasgos mal formados y que no se pueden leer" es muy coincidente ─en contenido semántico─ a la tierna palabra, y llena de evocaciones infantiles: garabato.

No hay comentarios:

Publicar un comentario